leyendas
El capitán de Alemania Occidental, Franz Beckenbauer, sostiene el trofeo de la Copa del Mundo después de que su equipo derrotara a Holanda por 2-1, en la final de la Copa del Mundo de fútbol en el estadio olímpico de Munich, en Alemania Occidental, el 7 de julio de 1974. El gran futbolista alemán Franz Beckenbauer ha fallecido a los 78 años, informa la agencia de noticias dpa. (Foto: AP/Archivo)

Pittsburgh, Pa. El mundo se sacudió con dos noticias durante esta semana: la partida de dos leyendas; de dos hombres que marcaron la historia del futbol mundial, ya como jugadores, y luego como técnicos; dos leyendas que fueron campeones del mundo en la cancha y en la dirección; solo entre estos dos titanes sumaron 6 copas del mundo sin contar los títulos, ligas, copas América y Eurocopas.

La primera leyenda, Mario Jorge “Lobo” Zagallo, nació en 1931, fue delantero del Flamengo y del Botafogo de Brasil; campeón del mundo en Suecia 58 jugando al lado de Pele, y fue figura junto con Garrincha en Chile 1962. Luego fue el técnico de la célebre selección Brasileña de México 70, cuando estuvieron juntos los famosos “cinco dieces” para mí, la mejor selección nacional de futbol en la historia.

En este Brasil de México 70, Zagallo, junto a los cinco 10’s, como Pelé, que era el 10 del Santos; Rivelino, 10 del Corinthians; Jairzinho, 10 del Botafogo; Tostao, 10 del Cruzeiro y Gerson, 10 del Sao Paulo, formaron una máquina que no solo jugaba y hacía goles, sino que jugaba lo que se llamó el “Jogo bonito”, jugaban para la retina del público, se divertían tocando el balón de primera, el taco, la rabona, el driblín, el túnel, hacían parte del futbol hermoso que el scratch brasilero le mostraba al público. Era la orquesta manejada en la cancha por Pelé y en la dirección por el Lobo Zagallo.

En la final del 70 derrotaron en el Azteca 4-1 a la sección de Italia, en una de las mayores exhibiciones de futbol en una final mundial.

Luego del fracaso del Brasil en la copa de Alemania en 1974, donde el tricampeón del mundo fue eliminado en primera ronda, Zagallo renuncia a la selección y se dedica a entrenar clubes del futbol local; el Flamengo y otros pasaron por sus manos, hasta que en 1991 asume como coordinador de la selección Brasilera, y en 1994 acompaña a Carlos Antonio Parreira en el mundial de USA 1994. Allí, de la mano de Dunga, Bebeto y Romario, se alzaron con el título de “Tetracampeones del mundo”, con una selección que era más completa; no solo con el “Jogo bonito”, sino también, más física, con más marca y muy completa en la mitad de la cancha.

Para el mundial del 98 en Francia, Zagallo acompaña al equipo y terminan subcampeones; fue una selección que nos mostró a uno de los mejores equipos en la historia, con Rivaldo, Ronaldo, Roberto Carlos y Cafú entre otros; una selección de ensueño, una lástima que no hayan podido salir como campeones, aunque dieron sobrada muestra de su calidad y entereza como equipo.

Después del 98 Zagallo termina su vínculo con la auriverde, retoma como técnico del Flamengo, y en 2002 vuelve a ser coordinador de la selección, y Brasil vuelve a ser campeón del mundo en la copa Corea-Japón de ese año, para finalmente despedirse de la verdeamarela en 2006.

Y también esta semana nos dejó “Der Kaiser”, Franz Beckembauer, el capitán de la selección alemana de futbol campeona del mundo en Alemania 1974, y a mi ver, el mejor defensa central en la historia del futbol. Jugó la final del 66 en Inglaterra contra la selección local y fue tercera en México 1970; campeona de la Eurocopa del 72 en Bélgica y subcampeona en Yugoslavia en el 76.

Como entrenador de la selección Alemana fue subcampeón en 1986, cuando perdió la final en México contra la Argentina de Bilardo y Maradona en el Monumental Azteca; en la que considero la mejor final en la historia de los mundiales. Fue un thriller que empezó con 2 goles de Argentina, de Brown y Valdano, el descuento de Rummenigge y el empate de Voeller, y al final, un pase de Maradona a Burruchaga que lo deja frente a Schumacher, y este consigue el definitivo 3-2 para la albiceleste.  

El capitán del equipo nacional de fútbol de Alemania Occidental, Franz Beckenbauer, segundo desde la derecha, abraza a su compañero de equipo, en el partido final de la Copa Mundial de Fútbol en el Estadio Olímpico, el 7 de julio de 1974. (Foto: AP/Archivo)

 

En 1990 fue campeón del mundo en Italia 90. Esta ha sido una de las mejores selecciones alemanas, que jugaba a lo típico de los “tanques” germanos; juego rápido, vertical, con hombres veloces por las puntas como Littbarsky y Haessler; un gran cerebro en la mitad de la cancha como Matthaeus, y dos potentes delanteros como Voeller y Klinsmann; un equipo altamente físico. El único partido que empataron fue el famoso 1-1 contra Colombia, con gol inicial de Littbarsky y el empate de Freddy Rincón, en un empate histórico para el futbol colombiano.

El día 8 de julio de 1990 en el Estadio olímpico de Roma se jugó la revancha contra Argentina; el equipo de Beckembauer salió a atacar desde el primer minuto a la selección de Bilardo, que no pudo encontrar su juego; un partido que Argentina planteó más a defender, ya que no conseguía meterse en el partido; sin embargo, el marcador permaneció empatado a ceros al final del primer tiempo.

En la segunda parte no cambió la tónica; Alemania volcado al ataque y Argentina defendiendo, pero Pedro Monzón fue expulsado y el juego se complicó cada vez más para la albiceleste. Al minuto 84 Sensini entra con un quite deslizante y se lleva a Voeller; el árbitro mexicano Codesal pitó el penal sin dudar; Andreas Brehme lo cobra sin ningún problema, rasante al palo derecho de Goycochea, que no tiene nada que hacer ante un cobro perfecto del capitán alemán. Al final, los teutones derrotan al cuadro argentino 1-0 y levantan la copa por tercera vez en su historia, y el Kaiser Beckembauer como director técnico se lleva los honores del tricampeonato.

El Kaiser y el Lobo, dos leyendas que nos dejaron como legado lo mas hermoso del fútbol, como líderes de su equipo, tanto en la cancha como desde el banco de los técnicos.

Un ¡gracias! a estas leyendas, que ya están acompañando a Diego, Pelé y Cruyff; el cielo está de plácemes y disfrutando de dos de los más grandes en la historia.

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