En la imagen un registro de trabajadores sanitarios al atender a un paciente con covid-19 en una de las Unidades de Cuidados Intensivos del Hospital Alberto Sabogal, en el Callao (Perú). (Foto: EFE/Luis Ángel González)

Perú es el país con la mortalidad más alta del mundo por COVID-19 por «una falla masiva de las instituciones públicas y privadas», unido a la escasa inversión en salud pública durante las últimas décadas y la alta informalidad laboral, según el informe de una comisión de especialistas publicado el 21 de julio.

El documento elaborado para el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Concytec) estableció las causas que llevaron a Perú a ocupar el primer lugar del mundo en mortalidad por COVID-19, al registrar actualmente 585 fallecidos por cada 100.000 habitantes desde el inicio de la pandemia.

En primer lugar, destacaron la desatención de la sanidad pública durante años, que enseguida se vio desbordada, sin posibilidad de atender a todos los que lo necesitaban, por lo que «muchos fueron librados a su suerte».

Esta situación desveló en toda su crudeza «una clamorosa falta de médicos, enfermeras, técnicos de salud, camas hospitalarias, Unidades de Cuidados Intensivos (salas UCI), postas médicas, provisión de oxígeno medicinal y medicinas, entre otros equipos médicos para hacer frente a la emergencia sanitaria».

El comité de expertos también advirtió que «las erradas políticas sanitarias, expresadas en marchas y contramarchas respecto a la cuarentena, los tratamientos médicos y las pruebas rápidas y moleculares» contribuyeron igualmente al aumento del número de contagios, hospitalizaciones y muertes por COVID-19.

Desde el inicio de la pandemia, Perú ha tenido cinco ministros de Salud, además de tres presidentes distintos, producto de la crisis política producida en noviembre de 2020.

Asimismo, el informe resaltó «la lenta adquisición de plantas de oxígeno y la demora en la obtención y aplicación de las vacunas», que no comenzaron a ser aplicadas de manera masiva hasta febrero de 2021, tras el escándalo por la vacunación irregular y secreta de un exclusivo grupo de funcionarios y allegados.

INFORMALIDAD LABORAL CLAVE

El documento también concluye que la informalidad laboral, que abarca al 70 % de la población económicamente activa, fue la principal causa del fracaso de los confinamientos, «pues tuvieron que salir a trabajar, y traer ingresos para alimentar a sus familias» al carecer de una protección social y un salario fijo.

Perú fue el primer país de Latinoamérica en decretar en marzo de 2020 un confinamiento nacional y obligatorio cuando apenas había evidencia de unos 70 casos de COVID-19, una medida estricta que mantuvo por tres meses y medio, lo que no evitó que el coronavirus se extendiese hasta los rincones más recónditos del país.

A ello contribuyeron igualmente «el hacinamiento en las viviendas precarias, el caótico transporte público y los desordenados mercados de abastos», así como «la falta de electricidad, agua potable y desagüe, y el poco acceso a Internet».

MAYOR EMBATE EN POBLACIÓN POBRE

En ese sentido, el estudio subrayó que los sectores más pobres y humildes han sido los más golpeados por la pandemia al registrar «muchos más infectados, hospitalizados y fallecidos que los sectores de mayores ingresos».

Para el comité encargado del informe, la principal lección a extraer de esta dura experiencia es que «la salud pública, basada en atención primaria, debe convertirse en la primera prioridad del país, garantizando a todos los peruanos y peruanas una adecuada atención, base de su bienestar».

El grupo que elaboró el documento estuvo integrado por el sociólogo Sinecio López, la psicoanalista María del Carmen Ramos, el filósofo Pablo Quintanilla, la médica Lely Solari, el economista Hugo Ñopo, la empresaria Isabel Álvarez y el ingeniero Fernando Villarán, quien lo presidió.

Desde el inicio de la emergencia sanitaria, Perú acumula más de dos millones de casos sintomáticos confirmados de COVID-19 y se aproxima a las 200.000 muertes, lo que significa que al menos uno de cada 200 peruanos ha fallecido por esta enfermedad.

En el proceso de vacunación, el Ministerio de Salud informó que el martes se superó las 11 millones de dosis aplicadas y que más de 4 millones de personas tienen completa la pauta de dos dosis, lo que equivale al alrededor del 12 % de la población.

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