La miel contiene importantes propiedades nutricionales. (Foto: Ilustrativa/Pexels)

La película favorita de mi hijo cuando tenía tres años era Bee Movie “La historia de una abeja”, de Dreamworks (2007), que deja bien claro la increíble función que tienen las abejas en nuestro ambiente. Es sorprendente saber que la falta de este tipo de insectos pueda causar un desequilibrio ecológico irreversible.

ABEJAS, POLEN Y MIEL

Las abejas salen del panal recorriendo largos trayectos en busca de flores para recolectar néctar, una sustancia líquida que contiene azúcares y otros compuestos, con la cual elaboran una mezcla espesa y pegajosa conocida como miel. Mientras las abejas van de flor en flor, sus patas se impregnan de polen, un polvo amarillo que no es más que los “espermatozoides” que fecundan al “óvulo” de las flores, en un evento denominado polinización, indispensable para la reproducción de las plantas. El polen o “pan de abejas”, es considerado como complemento alimenticio desde tiempos del antiguo Egipto y la antigua Grecia.

La abeja europea o abeja doméstica (Apis mellifera) es el único género de abejas melíferas (productoras de miel) sin aguijón.

PROPIEDADES DE LA MIEL

¿Quién no la ha probado? La miel es un fluido natural dulce color ámbar, que popularmente ha sido usada para diferentes propósitos gracias a sus propiedades nutricionales. ¡Y con razón!, se ha comprobado científicamente que contiene alrededor de 180 tipos de diferentes compuestos, que incluyen agua, azúcares (fructuosa, glucosa, maltosa, sacarosa), aminoácidos, proteínas, enzimas, minerales esenciales (calcio, cobre, hierro, magnesio, zinc, fósforo y potasio), vitaminas (B, C, D, E) y varios fitoquímicos.

La composición, sabor y color de la miel depende del tipo de flor, área geográfica, clima y las especies de abejas que hayan elaborado la miel.

De acuerdo con un estudio publicado en la revista científica Molecules, la miel es una sustancia natural apreciada por sus beneficios terapéuticos desde la antigüedad, ya que juega un papel clave en la salud humana; por ejemplo, tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, gracias a su alto contenido de flavonoides y ácidos fenólicos; también posee propiedades anticancerígenas frente a diferentes tipos de tumores, actuando sobre diferentes vías moleculares que intervienen en la proliferación celular maligna. Además, posee actividad antidiabética, debido a que ayuda a reducir la concentración sérica de glucosa, fructosamina y hemoglobina glicosilada en sangre. Y ejerce un efecto protector en el sistema cardiovascular, donde previene principalmente la oxidación de las lipoproteínas de baja densidad, en el sistema respiratorio contra el asma y las infecciones bacterianas, y en el sistema gastrointestinal.

En tanto, otro estudio realizado en la Universidad de Oxford, la miel es una alternativa poderosa a los fármacos, pues es igual de beneficiosa y contiene menos efectos secundarios cuando se trata de enfermedades ligeras como gripa o tos. Sugieren que consumir un poco de miel ayuda a mantener la piel sana, evitar el estreñimiento y mejora el sueño. Solo recuerde, el viejo dicho, “todo con medida, nada con exceso”

Las abejas productoras de miel se conocen como abejas melíferas. (Foto: Ilustrativa/Pexels)

EL DATO

China es el mayor productor mundial de miel, el país más importante para la apicultura, el mayor exportador y también el mayor consumidor del mundo. En Estados Unidos hay 2.8 millones de colonias que producen alrededor de 75 mil toneladas de miel por año. Los estados más productivos son California, Florida, Arizona, Dakota del Sur, Montana y Dakota el Norte.

Los estadunidenses consumen alrededor de 500 mil toneladas de miel cada año.

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