Después de la Tormenta

Aprendiendo Resiliencia de la Naturaleza

Filadelfia, PA – Recuerdo el invierno del 2017, Filadelfia fue azotada por varias tormentas. Una de estas rompió varias ramas del árbol en frente de mi casa. El árbol no se veía nada bien, parecía que había llegado a su final. Yo con mucha tristeza esperé la primavera y el verano para ver cual seria el resultado de tan traumática temporada en el árbol que le daba tanta vida y visibilidad a mi casa. Al llegar la primavera, me sorprendió que el árbol comenzara a florecer. Al llegar el verano, el árbol estaba más esplendoroso que nunca, regresó con más fuerzas que antes, había reemplazado lo que había perdido y aún más. De la misma manera recuerdo haber observado la destrucción del huracán Maria en la Isla de Puerto Rico. Parecía que cada árbol, cada área verde habría sido arrancada de raíz. Las imágenes eran deprimentes, y también me hizo cuestionar si esa belleza había sido exterminada. Milagrosamente, tiempo después, toda esa belleza retornó, los árboles florecieron y retoñaron a pesar del gran golpe, las áreas enverdecieron como si nada hubiese sucedido. Ambas situaciones me enseñaron una gran lección acerca de la resiliencia. La naturaleza resiste y se reinventa cada día, a pesar de las temperaturas que cada vez se hacen más hostiles, y de aguantar la contaminación que cada vez es peor. Cuando llega la tormenta, las palmeras se remenean, otros árboles pierden ramas, las flores son arrancadas, y las montañas quedan desnudas por un tiempo. Pero al llegar la calma, la naturaleza siempre se impone, plantando semillas donde antes no había, haciendo crecer nueva vida y volviendo a traer la esperanza.

En estos momentos de prueba, mientras estamos en medio de la tormenta, puede que estemos perdiendo algunas ramas, que nuestras hojas estén siendo arrancadas y que el viento nos quiera arrebatar nuestra esperanza. Pero es bueno saber que como la naturaleza podemos sobreponernos ante las adversidades más fuertes. Que podemos reinventarnos, crecer y aprender en el proceso. ¡Ten fe! Y si llegaras a perderla, observa y aprende de la naturaleza.

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