Matías Tarnopolsky. (Foto: Crédito/Yosaidy Gonzalez)

De origen ucraniano, sus antepasados escaparon de Bielorrusia a principios del siglo pasado; perseguidos por ser judíos emigraron a la Argentina.

Matias nació en Buenos Aires en el año 70, se mudó con sus padres a Inglaterra en 1972. Su padre, es un médico psiquiatra y psicoanalista, y su madre, es música profesional; ambos hicieron sus carreras profesionales en Londres. Por 20 años se quedaron ahí, para después mudarse a Canadá.

“Siempre he hablado castellano y aprendí inglés desde pequeño; o sea que crecí en una familia bilingüe. Tengo un hermano menor, y hasta hoy seguimos los cuatro juntos. La lengua común es el español”. Matías, comparte con los lectores de Impacto.

Viene de una familia llena de música, de arte, y cultura. No solo su madre le heredó el gusto por la vida artística, también su padre es artista; todos son amantes de la literatura.

“Siempre teníamos gente muy interesante visitándonos de todas partes del mundo. En el 76, muchos de los amigos de mis padres se tuvieron que escapar de la Argentina, muchos de ellos tenían hijos de mi edad, que hoy en día siguen siendo mis amigos”.

Siempre había música sonando en su casa; amigos músicos y muchos conciertos. “Era una cosa muy hermosa y típica de la cultura argentina. En su momento –no sé si es válido hoy en día–, en Argentina, en cada cuadra de Buenos Aires había tres cafés y dos librerías. Siempre el mundo de la interacción social, de la literatura, del arte, de la música estaban muy presentes en nuestra vida cotidiana”.

Rev. Luis Cortés, Esperanza CEO, con Matías Tarnopolsky (Foto: Crédito/Yosaidy Gonzalez)

Instrumentos que capturan los sentidos

“Primero estudié piano, luego tuve una especie de rebelión contra mi madre como niño, y me introdujeron al clarinete, y ese fue mi instrumento más querido durante toda mi juventud y durante mis estudios”.

Matías, de adolescente quería estudiar ciencias; no sabía bien en qué área, porque amaba más los conciertos. “Mis padres me llevaban a muchísimos eventos culturales en Inglaterra, y me formaron unas memorias increíbles. En Londres, siendo una capital cultural inigualable, veíamos lo mejor de todo el mundo”.

Como todo jovencito, Matías, tuvo sus momentos de rebeldía con sus padres, en que no quería asistir a eventos. “Yo tendría unos 15 años y tocaba Astor Piazzolla, y yo les dije que no quería ir, y no fui. Qué lástima; hubiera sido el único momento de mi vida en que hubiera visto a Piazzolla en vivo y en directo”.

En su escuela secundaria organizaban conciertos, y fue donde se dio cuenta que realmente le apasionaba la música y que quería dedicarse a ella. “Fui a la universidad a estudiar música; luego hice pasantías intensivas en la radio clásica de la BBC, y eso, al final se convirtió en un trabajo, y ahí me pude lanzar en una carrera profesional. Durante esos años, de joven iba mucho a los conciertos de verano, que organizaba la BBC con las mejores orquestas del mundo. Me acuerdo muy bien de un concierto donde me sentí tan conmovido, que decidí que quería esto para siempre; dedicarme a compartir esa sensación que estaba sintiendo, la belleza y la fuerza de la música con todo el mundo”.

Matías Tarnopolsky. (Foto: Crédito/Yosaidy Gonzalez)

Una sinfonía increscendo de éxitos

“En Filadelfia tenemos realmente algunas de las mejores orquestas del mundo, y con los mejores directores musicales. Con Yannick Nézet, tenemos una situación de orgullo global, y nunca nos olvidemos de lo que tenemos aquí, en nuestra cultura musical, con esta extraordinaria orquesta; que para mí es un privilegio y un gran honor, estar como su director administrativo”. Todo esto lo ha logrado sin el propósito de desarrolar una carrera profesional, pero con una sólida formación en Londres, en la radio clásica de la BBC, «Radio Three», y en su Orquesta Sinfónica, fue escalando hasta que llegó a dirigir una de las mejores orquestas del mundo.

“Me mudé a los Estados Unidos cuando me ofrecieron un trabajo con la Sinfónica de Chicago. Ahí el director musical era el gran Daniel Barenboim, argentino también. De allí pasé a la Filarmónica de New York, y luego a la Universidad de California en Berkeley, donde manejaba una serie de conciertos muy especiales, de un programa que se llama ‘Coup Performances’. En 2018 llego a Filadelfia, a esta gran orquesta”.

Matías tuvo siempre muchísima suerte de estar rodeado de gente que lo apoyaba, así como él a ellos, por lo que lograban hacer un mejor trabajo juntos. Parte de su agenda era siempre empujar en una dirección positiva para crear más acceso a la música; vigilar la calidad musical, siendo innovador en los programas, hasta llegar a director musical de la orquesta.

“Es realmente una cosa muy enriquecedora, que espero poder compartir con más público en Filadelfia; celebrar lo que tenemos, porque es único”.

Matías ha recibido muchos reconocimientos, y recientemente recibió uno por su liderazgo como latino en Filadelfia; él está muy orgulloso de su origen hispano, y de ser migrante.  “Yo soy quien soy, ¿Era emigrante en Inglaterra? Un poco lo sentía, pero no demasiado, en algunos momentos más que en otros; también aquí en EE. UU, pero me ayudó que llegué de Inglaterra”.  Matías recuerda un momento muy difícil, que se vivió durante la guerra del 82 entre Inglaterra y Argentina. “Había mucho sentimiento anti argentino en Inglaterra. Yo no lo comprendía; para mí, yo era solo un argentino viviendo en Inglaterra; fue muy complicado. Pero muchos ingleses amigos de mi familia realmente nos ayudaron, nos apoyaron e hicieron sentir bien; fue muy conmovedor”.

Matías afirma que ha tenido realmente una vida de mucho privilegio y buena suerte, razón por la que está agradecido todos los días. Para el prodigioso, pero sencillo argentino, tener esta cultura y antecedentes familiares latinos, es una parte muy importante de su vida, que ha estado enriquecida además por el arte. “La música es amistad y la amistad es música”.

“En Filadelfia me recibieron con los brazos abiertos. Para mí ha sido conmovedor poder escuchar esta orquesta todos los días, y luego, poder dirigir la orquesta en estas grandes salas… todo esto es un gran privilegio. Yo puedo ir todos los días, sentarme a escuchar un ensayo por la noche y sentir una gran sensación de orgullo”.

La orquesta acaba de volver en septiembre de una gran gira por Europa; su primera salida internacional desde la pandemia. Visitaron las grandes capitales musicales, entre ellas París, Hamburgo, Berlín, Lucerna, Edimburgo, y terminaron en Londres. “El 8 de septiembre llegamos a Londres, que fue el día en que falleció la reina, y el concierto fue cancelado a último minuto”. Pero la orquesta y su director Yannick, querían compartir la música con el público que ya estaba llegando al teatro, y todos se subieron al escenario. Tocaron el himno nacional de Inglaterra, luego ofrecieron un momento de silencio en homenaje al público y a la nación, y después tocaron un breve fragmento de una de las grandes obras musicales inglesas, ‘Nimrod’, el primer movimiento de las variaciones Enigma, de Edward Hell. “Y estábamos ahí, en donde yo me formé en gran parte musicalmente, en un silencio total. De repente la orquesta empezó a tocar; esto no lo habíamos ensayado. Tan, tan increíble son estos músicos y Yannick. Y una belleza y una ternura nos comenzó a invadir; nunca me voy a olvidar de ese momento. Y creo que fue uno de los momentos más memorables y entrañables en la historia de la Orquesta de Filadelfia”.

El jueves 8 de diciembre, la orquesta, el Centro y Karam Music, celebraron una gran colaboración con la Universidad de Pennsylvania para hacer la digitación de los archivos. Por primera vez en su historia este va a estar completamente a disposición del público. “Yannick, el director musical, expresó que somos una organización que se dedica tanto a la tradición como a la innovación, y las dos, tradición e innovación están siempre en una danza, juntos”. Y esa es la filosofía programática de la orquesta. Ver las grandes interpretaciones de las sinfonías de los grandes compositores como Beethoven, y quizás también, de quienes nadie conocía. La orquesta que ha ganado un Grammy por las grabaciones de la sinfonía de Florence Price.

Matías Tarnopolsky. (Foto: Crédito/Yosaidy Gonzalez)

El regreso a Latinoamérica

La Orquesta es uno de los grandes embajadores musicales, no solo de Filadelfia, sino del país. Y habiendo ahora conectado con la comunidad latinoamericana de la ciudad, la comunidad empresarial, cultural, entre otros, y no solo en Filadelfia, sino en toda la costa oeste, la orquesta está avanzando en el proyecto de volver a Latinoamérica. “Tenemos que volver y estamos planificando ese viaje para el año 2025, y estamos invitando a la comunidad que nos apoye; que nos ayude a ir… Hace unos 20 años que no estamos en Sudamérica y queremos compartir la música de esta gran orquesta con públicos de todo el mundo, y especialmente de Latinoamérica. Ahora es el momento, tenemos dos años para planificarla e invito a toda la comunidad a que nos ayude y nos acompañe en Filadelfia y, eventualmente, en la gira”.

Hay grandes artistas latinos en la orquesta; “nuestro clarinete principal, Ricardo Morales, puertorriqueño, es uno de los máximos clarinetistas del mundo, es una joya en la orquesta y un patrimonio musical de Filadelfia. Otro clarinetista, Sócrates Villegas es mexicano y un gran artista. Uno de nuestros columnistas, Ernesto Torres, también es un músico impecable, increíble.

¡Y ahora decimos entre bromas que la lengua oficial de la orquesta es el español, y que los otros, europeos, americanos, coreanos, tienen que aprender español!”

Las artes son una fuerza tan positiva en el mundo porque dan voz a ideas y conceptos que las palabras escritas o habladas no pueden dar por sí solas. El arte realmente nos ayuda a expresar cosas mucho más transcendentes que los diálogos cotidianos, y tenemos que no solo proteger, sino compartir, avanzar y celebrar al máximo las artes en todos los rincones de nuestra comunidad.

Como la música la llevan en la sangre, ya sus hijos recorren su propio camino lleno de notas musicales. “Mi hija canta en coro desde niña. Mi hijo toca el clarinete también y quiere estudiar producción musical; están en un momento de la vida muy especial, donde pueden decidir en qué dirección quieren ir”. Como padres y como buenos líderes, lo que desean para sus hijos, es que se realicen en plenitud, desarrollando sus potencialidades.

Matías también es un apasionado del futbol, y en este mundial está feliz con los triunfos de su selección.  Al final de la conversación, agradeció el espacio y dijo que fue la primera vez que hacia una entrevista en español. “Esperamos que vengan a vernos y apoyarnos; aquí siempre serán bienvenidos”. Concluyó.

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