Dos mujeres figuran entre las principales candidatas a la presidencia de México en 2024, a pesar del dominio histórico de los hombres en la política del país. En este contexto, la VOA rememora la vida y obra de 5 de las mujeres más influyentes de la historia mexicana a través de los tiempos.

México vive un histórico rumbo a las elecciones del próximo domingo 2 junio, en las que una mujer podría por primera vez resultar electa presidenta del país. Los ojos del mundo están atentos ante una situación sin precedentes en un panorama político dominado históricamente por los hombres.

Entre las principales candidatas en la carrera por el mandato se encuentran Xóchitl Gálvez del Frente Amplio por México y Claudia Sheinbaum del Movimiento Regeneración Nacional, ambas con amplia preferencia electoral en la carrera por la presidencia.

En este escenario, la Voz de América te propone un viaje a través de los tiempos para recordar a 5 mexicanas que desafiaron las convenciones establecidas y transformaron la historia de México.

Sor Juana Inés de la Cruz, conocida como la “Décima Musa”

El Siglo de Oro de la literatura en español tiene una de sus máximas exponentes en la mexicana Sor Juana Inés de la Cruz, destacándose en la poesía, el teatro y los ensayos. Abordó una amplia gama de temas, entre ellos el amor, la filosofía y la teología. La caracterizaba su profundidad intelectual y una aguda observación de la sociedad y la condición humana.

Por los matices de su obra y la forma en que encaminó su vida durante el siglo XVII, algunos investigadores la consideran como una pionera del feminismo en México.

Se sabe que nació en San Miguel Nepantla, cerca de la Ciudad de México y la nombraron Juana Inés de Asbaje Ramírez de Santillana.

Entre sus obras más destacadas se encuentran «Primero sueño«, un poema filosófico que reflexiona sobre el conocimiento, y «Respuesta a Sor Filotea de la Cruz«, un ensayo donde defiende el derecho de las mujeres a la educación y el estudio.

Su negativa a contraer matrimonio la llevó por el camino religioso. A la edad de 19 años ingresó al convento de las Carmelitas Descalzas y posteriormente a la Orden de las Jerónimas, donde continuó en su búsqueda de la sabiduría.

Sor Juana Inés enfrentó numerosos desafíos por su género y dedicación al estudio. Recordemos que vivió en una época donde las mujeres debían dedicarse al ámbito doméstico. Sin embargo, su talento y determinación, la convirtieron en una figura influyente en la corte virreinal y en los círculos intelectuales de su tiempo, hasta su muerte en 1695.

Frida Kahlo, ícono de la cultura mexicana que trasciende fronteras y generaciones

“Tan absurdo y fugaz es nuestro paso por este mundo, que solo me deja tranquila el saber que he sido auténtica, que he logrado ser lo más parecido a mí misma”, dijo Frida Khalo en una de sus célebres frases.

Según datos históricos, nació en el año 1907 en Coyoacán, Ciudad de México y murió a la prematura edad de 47 años. Su nombre completo fue Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón.

La adversidad que marcó su vida, así como una obra profundamente íntima la convirtieron en una figura emblemática del arte mexicano, así como un símbolo de lucha y resiliencia.

A lo largo de su vida, Kahlo sufrió una serie de enfermedades y lesiones incluyendo un grave accidente de tráfico en su juventud, que la dejó con secuelas físicas permanentes. Su arte refleja con sinceridad estas experiencias. Exploró temas como el dolor, la sexualidad y la mexicanidad con una fuerza emocional sin precedentes.

El estilo pictórico de Frida Khalo destacó por una fusión de elementos surrealistas, con influencias del arte popular mexicano. Sus autorretratos revelan tanto sufrimiento como fuerza interior y desafían las convenciones artísticas y sociales de su tiempo.

Informes consultados, la identifican como la pintora mexicana más influyente del siglo XX, a pesar de la supremacía masculina de la época en su país.

Además de su obra como artista, Frida Khalo tuvo un profundo impacto en el panorama cultural y político de México. En este sentido, destaca su activismo en defensa de los derechos de las mujeres y las minorías, así como su compromiso con la justicia social.

Josefa Ortíz de Domínguez, pionera de la Independencia de México

La llamaban cariñosamente “la corregidora” y según los historiadores fue una de las primeras mujeres en incorporarse a la “Conspiración de Querétaro”, que marca el inicio del proceso independentista en México.

El matrimonio de Ortíz de Domínguez con el corregidor de Querétaro le permitió obtener información privilegiada sobre los movimientos políticos de la época. Esto la llevó a participar activamente y a desempeñar un rol crucial en la insurgencia liderada por el sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla. En México la consideran una heroína de la nación y una de sus fundadoras.

Narra la historia que cuando las autoridades coloniales descubrieron la conspiración, Ortíz fue encarcelada, allí enfrentó interrogatorios y torturas. Sin embargo, no reveló la identidad de sus cómplices.

Aunque su papel en ocasiones tiende a subestimarse, Ortíz representa los orígenes de la participación femenina en las luchas por la Independencia de México.

Elvia Carrillo Puerto, luchadora incansable por los derechos políticos de la mujer

Nació en Motul, Yucatán y fue una de las impulsoras de las luchas por el sufragio femenino en el siglo XX.

“Elvia Carrillo Puerto, llamada la monja roja del Mayab, consagró su vida a lograr el sufragio femenino, la emancipación de la mujer y sus derechos en México, Por encima de sus cualidades, como maestra y poeta, destacó por su discurso en favor del control de la natalidad, la libertad sexual, el divorcio y contra lo que consideraba la opresión religiosa de la época”, de acuerdo con Piedad Peniche Rivero, antropóloga e investigadora mexicana.

Una de las mejores formas de interpretar sus aportes a la historia de México, es a partir de diferentes momentos como activista. Sus inicios, la llevaron a fundar en 1912 la “Liga Feminista Campesina”, que abogaba por la distribución justa de tierras y derechos para las mujeres jefas de familia.

Carrillo participó en la fundación de las “Ligas de Resistencia Feministas», donde abordó temas como el derecho al voto, la higiene y la educación de las mujeres. En 1919, organizó la “Liga Rita Cetina Gutiérrez” en la Ciudad de México, con el objetivo de promover el debate sobre el voto femenino en las cámaras legislativas.

En 1923 fue elegida como diputada municipal representando a Yucatán. Muchos de sus esfuerzos rindieron frutos en 1953, cuando el presidente Adolfo Ruiz Cortines propuso cambiar el Artículo 34 Constitucional, reconociendo el derecho al voto de las mujeres en todas las elecciones.

De esta forma, Carrillo que murió en 1968, allanó el camino en la defensa por los derechos de muchas mujeres mexicanas y se le recuerda como una pionera de la liberación de la mujer en México.

Griselda Álvarez Ponce de León, una mujer de muchas facetas y la primera gobernadora de México

Nació en 1913 en Guadalajara, Estado de Jalisco, dentro de una familia con tradición política, su bisabuelo y su padre ocuparon cargos de gobernación.

En el artículo titulado “Griselda Álvarez en la Memoria”, del filólogo, biógrafo e historiador español-mexicano José Manuel González Freire, escribió sobre ella: “…fue una escritora, maestra, periodista, política y madre. Una mujer que marcó a muchas generaciones de estudiantes, de poetas y políticos durante todo el siglo XX en México”.

Álvarez sobresalió por su trayectoria política, especialmente por ser la primera gobernadora en la historia del país, en el estado de Colima entre los años de 1979 y 1985. También fue senadora y funcionaria federal en diferentes espacios de tiempo.

“En un periódico local de Colima en el año 2018 se hizo una encuesta estatal de cuál fue el o la mejor gobernador/-a (…) la encabezaba Griselda Álvarez, y sigue siendo la mejor valorada del siglo pasado y este siglo hasta la fecha”, según la investigación biográfica de González Freire.

Sin embargo, su trayectoria como escritora y periodista representa un valioso legado para México. Su pasión por las letras y su compromiso con la difusión de la cultura, la llevaron a escribir numerosos ensayos y artículos, así como a ser una defensora de la preservación del patrimonio cultural mexicano.