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Susie Wiles será la primera mujer jefa de gabinete en la presidencia de Trump

El candidato presidencial republicano, el expresidente Donald Trump, llama al escenario a Susie Wiles, durante un evento para dar seguimiento a la jornada electoral, el miércoles 6 de noviembre de 2024, en West Palm Beach, Florida. (AP Photo/Alex Brandon)

Donald Trump nombró el jueves a Susie Wiles, directora de facto de su campaña presidencial, como jefa de gabinete de la Casa Blanca, por lo que se convertiría en la primera mujer en ocupar el cargo.

«Susie Wiles me ayudó a lograr una de las mayores victorias políticas en la historia de Estados Unidos y fue parte integral de mis exitosas campañas de 2016 y 2020», dijo Trump en un comunicado.

Wiles es ampliamente reconocida tanto dentro como fuera del círculo íntimo de Trump por dirigir lo que fue, por mucho, su campaña más disciplinada y mejor ejecutada, además de que era considerada por muchos como la candidata principal para ocupar el cargo. Se mantuvo en buena medida lejos de los reflectores, e incluso se negó a decir algunas palabras mientras Trump celebraba su victoria electoral la madrugada del miércoles.

También se había negado a aceptar formalmente el cargo de directora de campaña, evitando convertirse en un blanco, tomando en cuenta el historial de Trump de cambiar frecuentemente a las personas que se desempeñan en ese puesto.

El nombramiento de Wiles es la primera gran decisión que da a conocer Trump desde que ganó las elecciones, y una que podría resultar una prueba decisiva en su próximo mandato, ya que debe conformar rápidamente al equipo que ayudará a dirigir el enorme gobierno federal. Wiles no le aporta al cargo mucha experiencia a nivel federal, pero tiene una relación cercana con el próximo mandatario.

Durante la campaña, Wiles logró hacer lo que pocos han podido: ayudar a controlar los impulsos de Trump, sin reprenderlo, sino ganándose su respeto y demostrándole que le iba mejor cuando seguía sus consejos que cuando los ignoraba,

Trump tuvo cuatro jefes de despacho en su primer mandato, incluido uno que sirvió en capacidad de interino durante un año, parte de una rotación de personal sin precedentes. Trump despidió a muchos de sus colaboradores principales durante su primer periodo presidencial, quienes resentían el sentirse gestionados o tratados con condescendencia, mientras que otros quedaron atrapados en las disputas ideológicas al interior de la Casa Blanca.

“Susie es dura, inteligente, innovadora y es admirada y respetada universalmente. Susie continuará trabajando incansablemente para Hacer Grande a Estados Unidos Otra Vez”, dijo Trump en un comunicado. “Es un honor bien merecido tener a Susie como la primera mujer en ser jefa de gabinete en la historia de Estados Unidos. No tengo dudas de que hará que nuestro país se sienta orgulloso”.

Según la CNN, a Wiles se le atribuye que esta última campaña del republicano, la tercera después de 2016 y 2020, haya sido la más «sofisticada y disciplinada».

Una veterana de la política en Florida, dirigió la campaña de Trump en ese estado en 2016 y ayudó a Ron DeSantis a ganar las elecciones a gobernador de Florida en 2018.

Según Politico, Wiles ha sido su jefa de gabinete de facto desde hace más de tres años y tuvo mucho peso a la hora de conseguir que el nominado republicano a la Presidencia en estas últimas elecciones fuera Trump y no DeSantis.

Según la cadena NBC News, Wiles, hija del legendario jugador de la NFL Pat Summerall, está «acostumbrada a la adversidad».

A principios de los años noventa le dijo a su padre, alcohólico, que le avergonzaba su comportamiento público y el deportista admitió que la carta que esta le envió fue determinante para que dejara la bebida.

Wiles era la secretaria personal del Secretario de Trabajo Raymond Donovan cuando este estaba siendo investigado por sus supuestos vínculos con la mafia. Este último acabó dimitiendo después de que el fiscal especial rechazara imputarlo.

Biden consoles Democrats: ‘A defeat does not mean we are defeated’

US President Joe Biden arrives to speak during an address to the nation in the Rose Garden of the White House in Washington, DC, USA, 07 November 2024. EFE/EPA/ALEXANDER DRAGO / POOL

United States President Joe Biden addressed Thursday the Democratic Party’s defeat in this week’s elections, promising to ensure a «peaceful and orderly transition» of power as he consoled Democratic voters, saying, «A defeat does not mean we are defeated.»

Biden spoke from the White House Rose Garden at a press conference attended also by his staff and part of his family.

The president spoke for just seven minutes. He was greeted with more than a minute of applause from his team and his granddaughter, who was in the front row and to whom he blew a kiss in his only emotional gesture to the audience.

Biden did not confirm whether he would attend Trump’s inauguration, but hinted that he might, saying, «I will fulfill my oath and I will honor the Constitution on Jan. 20.»

The president also urged Americans to embrace unity and said «We accept the choice the country made,» referring to the election results

«I’ve said many times, you can’t love your country only when you win. You can’t love your neighbor only when you agree,» he added.

In his speech, the president also referenced and praised Vice President and Democratic nominee Kamala Harris, whom he spoke with on Wednesday.

US President Joe Biden delivers remarks on the results of the 2024 presidential election during an address to the nation in theWhite House’s Rose Garden. (Elecciones) EFE/EPA/GRAEME SLOAN

«She has a backbone like a ramrod, she has great character, true character. She gave her whole heart and effort, and she and her entire team should be proud of the campaign they ran,» Biden said.

Several Democratic Party figures have criticized Biden’s decision to run for re-election, arguing that his candidacy blocked a primary process that would have allowed Harris to strengthen her campaign.

Biden, 81, was the Democratic nominee until July, when his party forced him to withdraw after a disastrous debate performance against his rival, prompting criticism of his age and mental acuity.

One of the harshest statements came from Jim Manley, an aide to former Senate Majority Leader Harry Reid, who told Politico that Biden’s «arrogance» made Trump’s victory possible.

Regresar rápido a la escuela y hacer ejercicio ligero puede ayudar a los niños y jóvenes a recuperarse de conmociones cerebrales

escuela
Karter Duey, de Centennial, Colorado, sufrió una conmoción cerebral al caerse varios pies durante una práctica con su equipo de porristas en abril. Su madre, Jana, dijo que volvió a la escuela después de recuperarse en casa durante una semana y media. (Foto: Jana Duey)

Durante la práctica de porristas en abril, Karter, la hija de Jana Duey que cursa el sexto grado, sufrió una conmoción cerebral cuando cayó de cabeza desde varios pies de altura sobre una colchoneta en el gimnasio. Días después, la joven aún tenía dolor de cabeza, mareos y sensibilidad a la luz y al ruido.

Karter descansó una semana y media en su casa en Centennial, Colorado, y luego regresó a la escuela cuando sus síntomas de conmoción fueron tolerables; al principio, solo iba medio día y con un calendario adaptado que le permitía hacer tareas en papel en lugar de en la computadora, y tomarse más tiempo para ir de una clase a otra.

Según Duey, Karter iba a la enfermería cuando tenía dolor de cabeza. También comenzó fisioterapia para rehabilitar su cuello y recuperar el equilibrio después del accidente, ya que sentía inestabilidad al caminar.

Después que los niños sufren conmociones cerebrales, una de las mayores preocupaciones para ellos y sus padres o cuidadores es cuándo pueden volver a hacer deportes, dijo Julie Wilson, doctora de Karter y codirectora del Programa de Conmociones en el Children’s Hospital Colorado, en Aurora.

Volver a la escuela lo antes posible, con el apoyo adecuado, y hacer ejercicio ligero que no implique riesgo de golpearse la cabeza son pasos importantes para la recuperación luego de una conmoción, según las investigaciones más recientes.

“Es muy importante que los niños y adolescentes vuelvan a sus actividades diarias habituales tan pronto como sea posible y tan pronto como puedan tolerarlas”, afirmó Wilson.

En agosto, el Departamento de Educación de Colorado actualizó sus directrices para desmentir mitos comunes sobre las conmociones, como la necesidad de pérdida de consciencia para diagnosticar una conmoción.

Las nuevas directrices reflejan las mejores prácticas basadas en evidencia sobre cómo el regreso a la escuela y al ejercicio puede mejorar la recuperación. Según expertos médicos, educar a las familias y escuelas sobre estas nuevas pautas es esencial, especialmente durante el aumento de conmociones en otoño debido a deportes como el fútbol americano y el fútbol.

Más de 2 millones de niños a nivel nacional han sido diagnosticados alguna vez con una conmoción o lesión cerebral, según la Encuesta Nacional de Entrevistas de Salud de 2022.

Numerosos estudios de la última década han demostrado que los adolescentes se recuperan más rápido de las conmociones y disminuyen el riesgo de síntomas prolongados al hacer ejercicio ligero, como en una bicicleta estática o con una caminata rápida, dos días después de la conmoción. Ese mismo período también puede ser el momento ideal para regresar al aula, siempre que los niños puedan tolerar los síntomas restantes de la conmoción.

“Aunque el cerebro no es un músculo, actúa como uno y tiene un fenómeno de úsalo o piérdelo”, comentó Christina Master, pediatra y especialista en medicina deportiva y lesiones cerebrales del Children’s Hospital of Philadelphia.

En lugar de esperar en casa a recuperarse por completo, Master sugiere que los estudiantes regresen a la escuela con apoyo adicional de los maestros y descansos para aliviar síntomas como dolores de cabeza o fatiga, e ir aumentando la actividad de manera gradual.

Todos los estados tienen normas para los estudiantes atletas lesionados, que incluyen removerlos de los deportes, autorización médica para regresar y educación sobre las conmociones. Aunque algunos, como Virginia e Illinois, tienen políticas de “regreso al aprendizaje”, Colorado no está entre ellos. Este y otros 15 estados tienen protocolos de gestión de conmociones basados en la comunidad.

Eso es lo que Colorado actualizó este verano. REAP —que significa Remover/Reducir; Educar; Ajustar/Acomodar; y Progresar— es un protocolo para que las familias, proveedores de salud y escuelas ayuden a los estudiantes a recuperarse durante las primeras cuatro semanas después de una conmoción.

La escuela puede enviar un mensaje para alertar a los maestros de que un estudiante sufrió una conmoción, y luego enviar actualizaciones semanales con detalles sobre cómo manejar síntomas, por ejemplo, la dificultad para concentrarse.

“Tenemos nuevos protocolos para apoyar a estos niños”, afirmó Toni Grishman, consultora principal en lesiones cerebrales del Departamento de Educación de Colorado. “Pueden seguir teniendo síntomas de conmoción, pero podemos apoyarlos”.

Los síntomas de conmoción se resuelven en la mayoría de los pacientes durante el primer mes. Sin embargo, aquellos con síntomas persistentes, llamados síntomas post-conmocionales persistentes, pueden beneficiarse de un equipo de atención multidisciplinario: médicos, fisioterapeutas, psicólogos y apoyo adicional en la escuela, comentó Wilson.

David Howell, director del Laboratorio de Investigación de Conmociones de Colorado en el Centro Médico de la Universidad de Colorado Anschutz, está estudiando cómo los niños y sus familias enfrentan los impactos físicos, cognitivos, sociales y emocionales de las conmociones.

En algunos estudios, los adolescentes usan sensores para medir la intensidad y el volumen del ejercicio, así como los síntomas comunes de las conmociones, como problemas de sueño y equilibrio. En otros, los niños y sus padres responden preguntas sobre sus percepciones y expectativas sobre el proceso de recuperación.

“Lo que uno aporta a una lesión a menudo se exacerba con la lesión”, dijo Howell, mencionando la ansiedad, la depresión o el simple hecho de atravesar un momento social difícil. La recuperación puede verse influenciada por las relaciones con los amigos y la familia.

Duey dijo que la parte más difícil de la recuperación de Karter fue que no pudo estar con las porristas durante nueve semanas, incluyendo la competencia final de su equipo en Florida. Karter, ahora de 12 años, observaba la práctica y apoyaba a sus compañeras en primavera, pero perderse la competencia le dolió profundamente, dijo Duey.

“Hubo muchas lágrimas”, comentó Duey.

Si bien reconocer una conmoción y actuar rápidamente puede ayudar a cualquiera, en la práctica, más de la mitad de los casos de estudiantes en Colorado pueden pasar desapercibidos con conmociones no diagnosticadas, según las estimaciones de Grishman.

Las razones para los diagnósticos omitidos son muchas, señaló Grishman, como la falta de educación, barreras al acceso médico, la reticencia de los padres a informar a las escuelas sobre una conmoción por temor a que se excluya a su hijo de las actividades, o no tomar en serio los síntomas en un estudiante con antecedentes de problemas de comportamiento.

Hacer que las escuelas sigan las pautas de conmoción, en general, es un desafío, comentó Grishman, y agregó que algunos distritos aún no lo hacen.

Dijo que es difícil rastrear el número de escuelas que siguieron las pautas del Departamento de Educación de Colorado el año pasado, pero espera que una mejora en la recopilación de datos brinde más detalles este año. Durante el año escolar pasado, Grishman y sus colegas capacitaron a 280 miembros del personal escolar en gestión de conmociones en 50 distritos escolares de Colorado.

Siempre que sea posible, los entrenadores deben estar en las líneas laterales para apoyar a los estudiantes atletas, señaló Master, y los atletas deben ser conscientes de los síntomas de conmoción en ellos mismos y en sus compañeros, y buscar atención de inmediato.

Sin embargo, las conmociones no se limitan al campo atlético escolar o a deportes como el fútbol americano o el fútbol. Deportes de aventura como el parkour, slackline, motocross, rodeo, esquí y snowboard también presentan riesgos de conmoción, dijeron Wilson y Grishman. “Las porristas, de hecho, es uno de los deportes con muchas conmociones asociadas”, añadió Howell.

Duey comentó que Karter ocasionalmente tiene dolores de cabeza, pero que recuperó su equilibrio con la ayuda de la fisioterapia y ya no presenta síntomas de conmoción. Está de vuelta en el equipo de porristas y preparándose para competir.

KFF Health News es una redacción nacional que produce periodismo en profundidad sobre temas de salud y es uno de los principales programas operativos de KFF, la fuente independiente de investigación de políticas de salud, encuestas y noticias.

«Va a ser peor de lo que está ahorita», desánimo entre migrantes tras victoria de Trump

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Migrantes hacen fila en estaciones migratorias este jueves, en Tapachula (México). EFE/Juan Manuel Blanco

Tapachula (México).- Migrantes y activistas en la frontera sur de México, en el estado de Chiapas, prevén que el triunfo en las elecciones de Estados Unidos del candidato republicano, Donald Trump, quien ha prometido endurecer las medidas migratorias, pueda agudizar la crisis que vive la región y piden al Gobierno mexicano ayuda y protección de sus derechos ante las amenazas del magnate neoyorquino.

En Tapachula, principal urbe de la migración irregular en la frontera sur, Carlos Roberto Marx, activista en derechos humanos de manera independiente, consideró que el endurecer las leyes por parte de Donald Trump va favorecer a los narcotraficantes y traficantes de personas porque van a poder cobrar más para llevar a un migrante a la frontera.

“Yo pienso que es lo que va pasar. Sí va a volverse la crisis migratoria, va a ser peor que la que está ahorita por la misma situación; van a estar endurecidas las leyes en Estados Unidos y no va poder irse la gente libremente”, apuntó Marx a EFE.

Miles de personas desplazadas siguen llegando a México cada día, y entre enero y julio de 2024, hubo más de 700.000 detenciones de personas en movimiento, según el Comité Internacional de Rescate (IRC, por sus siglas en inglés).

Es el caso de Rene García Salvador, migrante de El Salvador, se mostró más cauteloso a la espera de ver los anuncios oficiales y si Trump, quien ya fue presidente entre 2017 y 2021, avanza con sus planes más controvertidos como el cierre de la frontera y las deportaciones masivas.

“Vamos a ver cuáles son los cambios migratorios y las reformas que él está exigiendo, él dice que no quiere criminales, en cierta manera tiene razón, porque mucha gente no llega a trabajar o aportar, sino que llegan a ser una carga y en ese aspecto le doy toda la razón, pero que provea los medios para legalizar a la gente que va contribuir a la sociedad, eso es lo que sugerimos a la gente que vamos a llegar allá”, aseguró García.

Otra de las historias es la de Richard Mujica, originario de Colombia, quien dice haberse quedado a la deriva en Tapachula, luego de enterarse de la victoria del republicano, por lo que tiene temor de las deportaciones masivas, pero a pesar de eso, seguirá con su intención de cruzar a México para apresurar el paso a pesar de los riesgos para llegar a Estados Unidos.

“Nos va fregar la vida – subrayó – ya no haremos el intento de pasar, y ya han salido las noticias de que van a hacer la deportación más grande en la historia de los Estados Unidos, nosotros sacrificamos las cosas que teníamos para poder llegar hasta acá y entonces para regresar a nuestro país no es fácil, acá tenemos que quedar en la calle”.

Precisamente, miles de migrantes salieron este martes en caravana desde la frontera sur de México, para pedir, en el marco de las elecciones de Estados Unidos que no se endurezcan más las políticas migratorias para ingresar en el país.

Los hechos ocurren tras un aumento del 193 % interanual en la migración irregular a través de México hasta un récord de más de 712.000 personas, según la Unidad de Política Migratoria del Gobierno.

Trump dice que la frontera será una prioridad y que no es «una cuestión de precio»

(Foto: EFE/ALLISON DINNER)

El expresidente Donald Trump (2017-2021) dijo este jueves al canal NBC que una de sus prioridades durante su segundo Gobierno, que comenzará a partir del 20 de enero de 2025, será tener una frontera «segura y protegida».

El republicano, ganador de la elecciones el martes pasado contra la vicepresidenta de EE. UU., Kamala Harris, señaló durante una conversación telefónica de unos 15 minutos con la periodista Kristen Welker que el asunto no era «una cuestión de precio».

«En realidad, no tenemos otra opción cuando la gente ha matado y asesinado, cuando los capos de la droga han destruido países. Ahora van a regresar a esos países porque no se quedarán aquí. No hay precio», aseveró el futuro presidente.

Durante su campaña, Trump prometió llevar a cabo una deportación masiva, una iniciativa cuestionada por exfuncionarios federales a raíz del costo y la logística que ello implicaría, así como de organizaciones civiles, que han expresado su temor de que en dichas operaciones no se respete el debido proceso.

El republicano matizó que al mismo tiempo que busca establecer una «frontera fuerte y poderosa», su administración apoya una inmigración legal. «No soy alguien que dice: ‘No, no puedes entrar’. Queremos que la gente entre», recalcó.

Trump señaló además que desde la mañana del miércoles ha hablado con unos 70 líderes mundiales, entre ellos el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, así como con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy.

A lo largo de su campaña, Trump aseguró que de salir elegido lograría un acuerdo que finalizaría la guerra entre Ucrania y Rusia, con cuyo presidente, Vladimir Putin, todavía no ha conversado, según dijo a NBC.

Igualmente, Trump reveló que ha sostenido «muy buenas llamadas, muy respetuosas en ambos sentidos» tanto con quien fuera su rival, Kamala Harris, como con el presidente de EE. UU., el demócrata Joe Biden, con quienes habló sobre cómo efectuar una transición de mando «fluida» y pacífica.

«(Harris) dijo que le gustaría que fuera lo más fluida posible, con lo cual estoy de acuerdo, por supuesto», añadió el futuro presidente, quien de paso reveló que pronto podría tener un almuerzo con Biden.

El presidente Biden prometió este jueves garantizar una «transición pacífica y ordenada» e insinuó que asistirá en persona a la investidura de Trump en Washington el próximo 20 de enero.

Cuando perdió las elecciones en 2020, Trump se convirtió en el primer presidente en 150 años en no asistir a la toma de posesión de su sucesor, en ese caso Joe Biden, tras negarse a aceptar su derrota, bajo acusaciones nunca confirmadas de que hubo fraude en esos comicios.

Los superricos del mundo registran ganancias récord de 64.000 millones tras victoria Trump

Trump
Elon Musk habla en un mitin de Donald Trump en el Madison Square Garden de Nueva York. (Foto: AP)

Las 10 personas más ricas del mundo obtuvieron unas ganancias récord de 64.000 millones de dólares en conjunto después de que el miércoles se certificara la victoria del republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales de EE. UU., de acuerdo al Índice de Multimillonarios de Bloomberg.

Este ránking, que monitoriza diariamente los cambios en el patrimonio de los ‘superricos’ del planeta, refleja que el máximo beneficiado del triunfo de Trump fue el consejero delegado (CEO) de Tesla y X, Elon Musk, cuya fortuna subió 26.500 millones de dólares, hasta los 290.000 millones, el miércoles.

Bloomberg señala que se trata del «mayor incremento diario» de riqueza para los superricos que se ha constatado desde que comenzó a elaborarse el índice en 2012.

Además de Musk, defensor a ultranza de la candidatura de Trump en los últimos meses y posible miembro del próximo gabinete presidencial del magnate, en esta lista sobresalen otras personalidades del sector tecnológico.

Jeff Bezos, fundador de Amazon y segunda persona más rica del mundo, añadió 7.000 millones de dólares a su fortuna, cercana ahora a los 230.000 millones de dólares.

Por su parte, Larry Ellison, presidente de la empresa de software Oracle y también declarado trumpista, incrementó su patrimonio en casi 10.000 millones de dólares, hasta los 193.000 millones de dólares.

También salieron reforzados los exejecutivos de Microsoft, Bill Gates y Steve Ballmer; los antiguos responsables de Google, Larry Page y Sergey Brin, y el consejero delegado de Berkshire Hathaway, Warren Buffett, que se subieron a esta ola, a pesar de no haberse pronunciado sobre su candidato preferido durante la campaña.

El único miembro de la élite económica mundial que perdió dinero fue el magnate francés de marcas de lujo Bernard Arnault, cuya fortuna se redujo en casi 3.000 millones de dólares.

Además, el patrimonio del director ejecutivo de Meta, Mark Zuckerberg, se redujo ligeramente en 81 millones de dólares, aunque sigue valiendo 202.000 millones.

Trump llegó a amenazar en agosto con encarcelar a Zuckerberg de por vida por supuestamente conspirar contra él en las elecciones de 2020.

Estos fueron los cambios porcentuales en las mayores fortunas del mundo en las 24 horas posteriores a la elección de Trump como el 47 presidente de EE. UU., según Bloomberg.

1. Elon Musk 290.000 millones de dólares (+10,1 %)

2. Jeff Bezos 228.300 millones de dólares (+3,2 %)

3. Mark Zuckerberg 202.500 millones de dólares (0 %)

4. Larry Ellison 193.500 millones de dólares (+5,4 %)

5. Bernard Arnault 173.200 millones de dólares (-1,6 %)

6. Bill Gates 159.500 millones de dólares (+1,2 %)

7. Larry Page 158.300 millones de dólares (+3,6 %)

8. Sergey Brin 149.100 millones de dólares (+3,6 %)

9. Warren Buffett 147.800 millones de dólares (+5,4 %)

10. Steve Ballmer 145.900 millones de dólares (+2 %).

‘Johnny’ Méndez y Rivera Schatz de nuevo presidentes de la Cámara y Senado de Puerto Rico

Puerto Rico
Jenniffer González (c), del Partido Nuevo Progresista, ofrece declaraciones en compañía de su esposo José Jovín Vargas (d) en San Juan (Puerto Rico). (Foto: EFE/Enid M. Salgado Mercado)

San Juan.– Jenniffer González, del Partido Nuevo Progresista (PNP), que se perfila como la próxima gobernadora de Puerto Rico, presentó este jueves a ‘Johnny’ Méndez y Thomas Rivera Schatz de nuevo como presidentes de la Cámara de Representantes y del Senado, respectivamente.

«Estamos ya organizando lo que debe ser la estructura política que nos va a permitir aprobar la legislación que fue parte del compromiso programático de nuestro partido en la pasada elección para adelantar lo que es la reconstrucción del sistema energético, la situación en las escuelas, los nombramientos de las agencias de gobierno, entre otras cosas», afirmó González en un comunicado.

Durante el último cuatrienio, ambos cargos estaban ocupados por miembros del Partido Popular Democrático (PPD) y tras las elecciones celebradas en la isla caribeña el 5 de noviembre, el PNP recuperó la mayoría en la Legislatura.

Por su parte, Méndez ocupó el mismo cargo bajo las administraciones de Ricardo Rosselló y de Wanda Vázquez.

«Tenemos a un nuevo presidente electo del Senado de Puerto Rico en el senador Thomas Rivera Schatz», anunció González.

Rivera Schatz ocupa este puesto por tercera vez, anteriormente estuvo como presidente del Senado entre 2009 y 2012 y de 2017 a 2021.

González también informó de que el portavoz del PNP en la Cámara de Representantes será José ‘Pichy’ Torres Zamora y el portavoz alterno Wilson Román.

Mientras que en el Senado, Carmelo Ríos ocupará el cargo de vicepresidente, Gregorio Marías será el portavoz de la mayoría y Juan Oscar Morales será portavoz alterno.

González precisó que por decisión interna de los senadores electos del PNP, uno de los escaños para la vicepresidencia del Senado será ocupado por una mujer para poder darle la oportunidad a todas las mujeres pendientes de los votos que quedan por escrutar.

Asimismo, González aseguró que durante esta semana y la próxima sostendrá una reunión con la Federación de Alcaldes de Puerto Rico.

Trump ha prometido sacudir algunos de los pilares de la democracia

El candidato presidencial republicano Donald Trump en un evento de campaña en el Madison Square Garden de Nueva York el 27 de octubre de 2024. (Foto: AP/Evan Vucci)

Las elecciones presidenciales estadounidenses son el momento en que la nación se mira en un espejo. Son un reflejo de valores y sueños, de agravios y cuentas por saldar.

Los resultados dicen mucho sobre el carácter, el futuro y las creencias fundamentales de un país. El martes, Estados Unidos se miró en ese espejo y una mayoría de votantes vieron al expresidente Donald Trump y le dieron una victoria de amplio alcance en los estados más disputados.

Ganó por muchas razones. Una de ellas fue que una cantidad formidable de estadounidenses, desde diferentes ángulos, dijo que el estado de la democracia era una preocupación primordial.

El candidato que eligieron hizo campaña a través de una lente de oscuridad, llamó al país “basura”, y a su oponente “estúpida”, “comunista” y “la palabra que empieza con ‘p’”.

El espejo no sólo reflejó el descontento de una nación inquieta, sino también a mujeres sin hijos que tienen gatos, historias falsas sobre mascotas devoradas por vecinos inmigrantes haitianos, un énfasis constante en calificar las cosas de “raras”, y un repentino ataque de “alegría” demócrata, ahora aplastado. La campaña será recordada tanto por los acontecimientos profundos —como los dos intentos de asesinato de Trump— como por su curioso hablar sobre los genitales del golfista Arnold Palmer.

Incluso cuando Trump se impuso, la mayoría de los votantes dijeron que estaban muy o algo preocupados de que la elección de Trump acercara a Estados Unidos a ser un país autoritario, donde un solo líder tiene un poder sin contrapesos, según la encuesta AP VoteCast, una encuesta nacional de votantes y no votantes que pretende contar la historia detrás de los resultados electorales. Aun así, 1 de cada 10 de esos votantes lo respaldó de todos modos. Casi 4 de cada 10 votantes de Trump dijeron que querían un cambio total en la forma en que se dirige al país.

En el relato de Trump, la economía estaba en ruinas —a pesar de que casi todos los indicadores dicen lo contrario— y la frontera era una llaga abierta por donde se infiltraban migrantes asesinos —cuando el número real de cruces había caído precipitadamente. Todo esto vino envuelto en su característico lenguaje de catastrofismo.

Su victoria, la segunda vez en la historia de Estados Unidos en la que un candidato gana la presidencia en periodos no consecutivos, demostró el oído agudo de Trump para identificar lo que despierta emociones, especialmente la sensación de millones de votantes de ser excluidos —ya sea porque cayeron ante los estragos del enemigo interno, o porque alguien más hizo trampa o recibió un trato especial.

Eso es lo que los estadounidenses eligieron decisivamente.

La democracia centenaria entregó el poder al candidato presidencial que advirtió a los votantes que podría desmantelar elementos fundamentales de esa democracia.

Después de ya haber intentado perturbar la transferencia pacífica del poder cuando perdió ante el presidente Joe Biden, en 2020, Trump consideró que estaría justificado si decidiera buscar “la terminación de todas las reglas, las regulaciones y los artículos, incluidos aquellos que se encuentran en la Constitución”.

Esto, en contraste con el juramento que hizo, y que volverá a hacer, de “preservar, proteger y defender la Constitución” lo mejor que pueda.

Una medida aproximada y definitivamente imperfecta de si Trump podría decir en serio lo que dice es la cantidad de veces que lo dice. Su amenaza directa de intentar poner fin o suspender la Constitución fue en gran medida algo que enunció una vez.

Pero la campaña de 2024 estuvo llena de sus promesas —mitin tras mitin, entrevista tras entrevista—, que, si se cumplieran, trastocarían las prácticas, protecciones e instituciones que son la base de la democracia tal como las conocen los estadounidenses.

Y ahora, declara después de su victoria, “gobernaré con un lema simple: promesas hechas, promesas cumplidas”.

Durante la campaña, ante ovaciones entusiastas, Trump prometió usar el poder presidencial sobre el sistema de justicia para perseguir a sus adversarios políticos personales. Luego subió aún más la apuesta al amenazar con alistar la fuerza militar contra esos enemigos internos —“el enemigo desde dentro”.

Hacerlo destruiría cualquier atisbo de independencia del Departamento de Justicia, y pondría a los soldados en contra de los ciudadanos de formas no vistas en tiempos modernos.

Ha prometido rastrear y deportar a inmigrantes en cantidades masivas, lo que plantea la posibilidad de usar también recursos militares o de estilo militar para hacerlo.

Incitados por la furia y el negacionismo de él ante su derrota de 2020, los partidarios de Trump en algunos gobiernos estatales ya han diseñado cambios en la forma en que se emiten, cuentan y confirman los votos, un esfuerzo centrado en la noción falsa de que las últimas elecciones fueron amañadas en su contra.

El martes, Trump ganó una elección durante un gobierno demócrata. El esfuerzo por revisar los procedimientos electorales ahora será disputado por los estados a lo largo de su mandato.

Sin embargo, otro pilar del sistema también está en su mira —la administración pública apolítica y sus amos políticos, a quienes Trump llama en conjunto el estado profundo.

Se refiere a los generales que no siempre le hicieron caso la última vez, pero esta vez lo harán.

Se refiere a personal del Departamento de Justicia que se negó a complacer su esfuerzo desesperado por inventar votos que no obtuvo en 2020. Se refiere a los burócratas que retrasaron partes de la agenda de su primer mandato y a quienes ahora quiere purgar.

Trump quiere facilitar el despido de empleados federales al clasificar a miles de ellos como personas fuera de las protecciones del servicio civil. Eso podría debilitar el poder del gobierno para hacer cumplir los estatutos y las normas al drenar partes de la fuerza laboral y permitir que su administración dote a las instituciones de gobierno con empleados más maleables que la vez anterior.

Pero si algunos o todos estos principios de la democracia moderna caen, lo harán por el medio más democrático. Los votantes lo eligieron a él —y por extensión, esto—, no a la demócrata Kamala Harris, la vicepresidenta actual.

Y según las primeras mediciones, fue una elección limpia, al igual que la de 2020.

Eric Dezenhall es un experto en gestión de escándalos que ha seguido la carrera empresarial y política de Trump y predijo correctamente sus victorias en 2016 y ahora. También previó que los casos penales contra Trump lo ayudarían, en lugar de perjudicarlo.

Detectar lo que Trump realmente pretende hacer y lo que podría ser una bravata no siempre es fácil, dijo. “Hay ciertas cosas que dice porque le pasan por la cabeza en un momento determinado”, agregó Dezenhall. “No le doy importancia a eso. Le doy importancia a los temas, y hay un tema de venganza”.

Así que queda por ver si Estados Unidos obtendrá esos dos días especiales que prometió Trump.

Al asumir el cargo nuevamente, declaró, será un “dictador”, pero sólo por un día. Y prometió dejar que la policía organice “un día realmente violento” para acabar con el crimen con impunidad, un comentario que su campaña expuso que no dijo en serio, como su gente mantuvo que no hablaba en serio sobre subvertir la Constitución de Estados Unidos.

Los votantes también dieron a los republicanos de Trump un claro control del Senado y, por lo tanto, una mayoría para decidir si se confirma o no a los leales que Trump nominará para los puestos más altos del gobierno. Trump controla su partido de maneras que no lo hacía en su primer mandato, cuando figuras importantes de su gobierno frustraron repetidamente sus ambiciones más atípicas.

“El hecho de que un pueblo alguna vez orgulloso haya elegido —dos veces— rebajarse con un mandatario como Donald Trump será una de las grandes advertencias de la historia”, expuso Cal Jillson, experto en derecho constitucional y presidencial de la Universidad Metodista del Sur, cuyo nuevo libro, “Race, Ethnicity, and American Decline” (Raza, origen étnico y el declive estadounidense), anticipó algunas de las cuestiones existenciales de la elección.

“Las acciones de Donald Trump serán tan divisivas, irreflexivas y mezquinas en su segundo mandato como en el primero”, advirtió. “Socavará a Ucrania, la OTAN y la ONU en el extranjero; y el estado de derecho, los derechos individuales y nuestro sentido de cohesión y propósito nacional en casa”.

Desde la izquierda política, cualquier amenaza a la democracia no estaba en la mente del senador independiente Bernie Sanders de Vermont cuando ofreció una crítica mordaz de la campaña demócrata.

“No debería resultar una sorpresa que un Partido Demócrata que ha abandonado a los trabajadores descubra que la clase trabajadora lo ha abandonado a él”, dijo en una declaración. “¿Comprenderán el dolor y la enajenación política que experimentan decenas de millones de estadounidenses?”.

Y concluyó: “Probablemente no”.

Por su parte, Trump dice que su intención es restaurar la democracia, no destruirla.

No hubo nada democrático, afirman él y sus aliados, en ver a líderes militares desafiar al comandante en jefe electo —ya sea que se tratara de despliegues de tropas o de su deseo de un desfile militar llamativo . O en ver a presidentes demócratas establecer una política de inmigración y un gran programa de alivio de los préstamos estudiantiles mediante una orden ejecutiva, sin pasar por el Congreso.

Pero ese caso se construye desde abajo sobre la mentira de una elección robada en 2020, sus maquinaciones para detener la certificación de ese voto y el ataque sangriento de su turba al Capitolio el 6 de enero de 2021. Llega al cargo con la intención de indultar a algunas de las personas condenadas por ese motín —y tal vez de librarse de los cargos penales en su contra.

Aún existen barreras. Una de ellas es la Corte Suprema, cuya mayoría conservadora aflojó el control sobre la conducta presidencial en su fallo en que amplió su inmunidad para ser procesado. La corte no ha sido puesta a prueba por completo en cuanto a hasta dónde llegará para adaptarse a las acciones y la agenda de Trump. Y aún no se sabe qué partido controlará la Cámara de Representantes.

La victoria del republicano se produjo gracias a un electorado tan descontento con la trayectoria de Estados Unidos que dio la bienvenida a su enfoque impulsivo y disruptivo.

Entre los votantes menores de 30 años, poco menos de la mitad votó por Trump, una mejora con respecto a su desempeño en 2020, según la encuesta AP VoteCast a más de 120.000 votantes. Alrededor de tres cuartas partes de los votantes jóvenes dijeron que el país se encaminaba en la dirección equivocada, y aproximadamente un tercio respondió que quería un cambio total en la forma en que se gobierna al país.

Según las palabras de Trump, al menos, eso es lo que obtendrán.

Para muchos iraníes, regreso de Trump intensifica temores de guerra; pero otros mantienen esperanzas

Un grupo de manifestantes queman imágenes del entonces presidente estadounidense Donald Trump, arriba, y el entonces presidente electo Joe Biden frente al Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, el sábado 28 de noviembre de 2020, en Teherán, Irán. (Foto: AP/Vahid Salemi/Archivo)

Los iraníes, como muchos en todo el mundo, están divididos sobre lo que traerá la próxima presidencia de Donald Trump: Algunos prevén una guerra total entre Teherán y Washington, especialmente en un momento en que otros conflictos arden en la región. Otros mantienen la esperanza de que el 47mo presidente de Estados Unidos pueda participar en una diplomacia inesperada como lo hizo con Corea del Norte.

Pero casi todos creen que algo cambiará en la relación entre Estados Unidos e Irán.

“Trump utilizará palancas más duras contra Irán”, advirtió Ahmad Zeidabadi, un analista político. “Las autoridades iraníes seguirán rechazándolo y eso podría hacer que él escale su presión”.

Y mientras que el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, quien tiene la última palabra en todos los asuntos de Estado, ha expresado repetidamente su propio repudio por Trump, el nuevo presidente reformista de Irán ha mantenido abierta la puerta a conversaciones con Trump para buscar un alivio de las sanciones internacionales para impulsar una economía en picada. El rial iraní, en caída libre durante años, alcanzó su valor más bajo frente al dólar el miércoles antes de recuperarse ligeramente.

Estados Unidos e Irán han tenido una relación adversa desde la Revolución Islámica de Irán en 1979, la toma de la embajada de Estados Unidos y la crisis de los rehenes de 444 días que siguieron.

El primer mandato de Trump estuvo marcado por un período particularmente problemático, cuando persiguió una política de “máxima presión” contra Teherán. Retiró unilateralmente a Estados Unidos del acuerdo nuclear de Irán con las potencias mundiales, lo que llevó a las sanciones que paralizaron la economía, y ordenó el asesinato del principal general del país.

La confirmación de la reelección de Trump llegó demasiado tarde para la mayoría de los periódicos del miércoles. El jueves, siguiendo la línea oficial, muchos denunciaron la victoria. El periódico Hamshahri colocó una representación artística de Trump en un mono de prisión naranja y esposas bajo el titular: “Regreso del asesino”. El periódico de línea dura Javan publicó que era “volver a la escena del crimen”.

En las calles de Teherán, las opiniones variaron más. Algunos temían un regreso a los puntos bajos del primer mandato de Trump. Otros expresaron alegría.

“Estoy muy feliz de que Trump haya ganado porque realmente es un hombre poderoso”, dijo Fatemeh Kaveh, de 40 años. “Lo veo como un modelo a seguir en términos de personalidad, y siempre veo sus historias (en redes sociales), y creo en él. Estoy muy feliz de que haya ganado”.

Pero la opinión que más importa en la teocracia de Irán es la de Jamenei, quien ha sido el gobernante supremo del país durante seis presidencias estadounidenses. Ha dejado claras sus opiniones sobre Trump.

“No considero a Trump como una persona digna de intercambiar ningún mensaje y no tengo respuesta para él, ni responderé a él en el futuro”, dijo Jamenei al fallecido primer ministro japonés Shinzo Abe en 2019. Esos comentarios llegaron un año después de que Trump retirara a Estados Unidos del acuerdo nuclear, que ofrecía a Irán alivio de las sanciones internacionales a cambio de restricciones destinadas a evitar que construyera una bomba atómica.

Luego vino la decisión de Trump de asesinar al general de la Guardia Revolucionaria Qassem Soleimani, una figura prominente dentro de Irán, en un ataque con dron en Bagdad en 2020.

El sitio web personal de Jamenei aún alberga un video que imagina a Trump siendo asesinado en un ataque con dron iraní mientras juega al golf con el exsecretario de Estado de Estados Unidos y jefe de la CIA, Mike Pompeo. Ambos hombres han recibido protección adicional sobre las amenazas iraníes a sus vidas, y se ha acusado al país de hackear a asociados de la campaña de Trump en esperanzas de perjudicar sus perspectivas. Los iraníes tampoco han olvidado el asesinato de Soleimani.

“Es un buen momento para que Irán se vengue: el asesino de nuestro héroe ha vuelto”, dijo Reza Solatani, residente de Teherán de 39 años. “Eventualmente deberá pagar por su crimen”.

La pregunta ahora es cómo se desarrollará ese enfoque de línea dura en medio de la crisis económica y otros desafíos.

Una serie de protestas masivas han escalado en los últimos años, más recientemente con la muerte de Mahsa Amini y las mujeres rechazando el hiyab obligatorio del estado.

Irán sigue atrapado en las guerras de Oriente Medio que agitan la región, y sus líderes han amenazado con un ataque de represalia después del atentado del 26 de octubre de Israel. Sus aliados están golpeados, incluidos los grupos milicianos de su autodenominado “Eje de Resistencia”, como Hamás, Hezbollah de Líbano y los rebeldes hutíes de Yemen. El apoyo a esos grupos mientras los iraníes batallan económicamente ha sido un grito de protesta.

La elección de Trump significa que “la paz volverá a Líbano y Gaza y Irán no gastará nuestro dinero allí”, dijo Zohreh Naghavi, una mujer de 36 años que trabaja en una tienda de ropa. “Es una buena noticia”.

El presidente iraní Masoud Pezeshkian, quien cumplirá sus primeros 100 días en el cargo la próxima semana, hizo campaña con la promesa de acercamiento a Occidente para levantar las sanciones sobre el programa nuclear de Irán, que ahora enriquece uranio a niveles cercanos a los de grado armamentístico.

El jueves, Pezeshkian pareció seguir abierto a conversaciones con Washington, incluso tras la victoria de Trump, diciendo que “no importa quién haya ganado las elecciones de Estados Unidos”.

“No tendremos de ninguna manera un enfoque cerrado y limitado en la expansión de los lazos con otros países”, dijo, según la agencia estatal de noticias IRNA.

Eso deja abierta la posibilidad de negociaciones. Trump en su primer mandato cortejó famosamente al líder norcoreano Kim Jong Un. Algunos iraníes han imaginado al presidente electo haciendo lo mismo en Teherán.

“Como Trump es un showman, podría anunciar que quiere hablar con Pezeshkian en persona”, dijo Zeidabadi, el analista. “Desafortunadamente, el problema es que (el gobierno) no puede aceptar eso. Incluso si algunas personas en el gobierno están interesadas en hacer eso, la mayoría de los radicales no lo permitirán y esto también puede hacer que Trump se enoje más”.

Sin embargo, algunos sienten que Irán ya está en su punto de ruptura.

“Creo que Irán no tiene más opción que hacer las paces con Trump, considerando la situación del dólar (tipo de cambio) y los medios de vida de las personas y los altos precios”, dijo Sina Khaledian, un enfermero de 32 años. “Hay falta de medicinas y atención médica. Tienen que hacer esto. Creo que la capacidad del país para aguantar se ha agotado”.

Votantes evangélicos blancos apoyan firmemente la presidencia de Donald Trump

Trump
El presidente Donald Trump sostiene una Biblia mientras visita la Iglesia de St. John's, el 1 de junio de 2020, en Washington. (Foto: AP/Patrick Semansky/Archivo)

Después de que el expresidente Donald Trump diera su discurso de victoria el miércoles temprano en el Centro de Convenciones de Palm Beach, en Florida, docenas de sus seguidores se reunieron en un vestíbulo para cantar “How Great Thou Art,” (“Cuán Grande Eres”), recitando de memoria la letra y armonías de una alabanza clásica, popular entre los cristianos evangélicos.

Fue un cierre apropiado para una elección en la que Trump una vez más ganó el apoyo de aproximadamente 8 de cada 10 votantes cristianos evangélicos blancos, según AP VoteCast, una amplia encuesta de más de 120.000 votantes. Ese margen, entre un grupo que representaba alrededor del 20% del electorado total, repite márgenes igualmente impresionantes de apoyo evangélico que Trump recibió en 2020.

El pastor Robert Jeffress de la Primera Iglesia Bautista de Dallas, uno de los simpatizantes evangélicos más prominentes de Trump desde la campaña de 2016, calificó la elección como una “gran victoria”.

“Sí, hubo algunos temas de fe importantes para los evangélicos, pero los evangélicos también son estadounidenses”, dijo Jeffress. “Les preocupa la inmigración, les preocupa la economía”.

Algunos críticos de Trump temen que implementará una agenda nacionalista cristiana que, según ellos, otorga a los cristianos una posición privilegiada en el país y es contraria a la separación entre iglesia y estado.

Aunque algunas de las expresiones religiosas del gobierno son más retóricas que políticas, eso puede tener un impacto en un país que es más secular y religiosamente diverso que en generaciones pasadas, dijo Andrew Whitehead, autor de “Taking America Back for God: Christian Nationalism in the United States”.

“Aquellos que no abrazan esa expresión del cristianismo o la religión cristiana o ninguna religión en absoluto, se sentirán marcados como ‘otros’ y no verdaderamente estadounidenses”, dijo Whitehead, profesor asociado de sociología en la Universidad de Indiana, en Indianápolis.

Whitehead vaticina que una visión nacionalista cristiana probablemente motivará políticas migratorias restrictivas con el pretexto de proteger la cultura estadounidense tradicional, como la prohibición de que personas procedentes de varios países mayoritariamente musulmanes viajen a Estados Unidos.

Pero Jeffress desestimó las preocupaciones de aquellos que vaticinan un gobierno nacionalista cristiano.

“A las personas que no son cristianas les preocupa indebidamente que vaya a instituir algún tipo de teocracia opresiva. No le interesa hacer eso”, afirmó Jeffress, señalando que Trump no ha mostrado interés en prohibir el matrimonio entre personas del mismo sexo ni imponer una prohibición absoluta del aborto.

Los líderes evangélicos que más apoyan a Trump pueden esperar el mismo tipo de acceso a la Casa Blanca que tuvieron en el primer mandato de Trump.

Trump ha proclamado un sentido de mandato divino.

“Muchas personas me han dicho que Dios salvó mi vida por una razón”, dijo Trump en su discurso de victoria, refiriéndose a las afirmaciones generalizadas entre los simpatizantes evangélicos de que recibió una protección divina milagrosa en el intento de asesinato casi fatal en Butler, Pensilvania, el 13 de julio. “Y esa razón fue salvar a nuestro país y restaurar la grandeza de Estados Unidos”.

Durante la campaña electoral, Trump prometió “proteger a los cristianos en nuestras escuelas y en nuestro ejército y nuestro gobierno” y en “nuestra plaza pública”. Muchas de las disputas entre Iglesia y Estado de los últimos años se han centrado en los símbolos cristianos en lugares públicos, como la exhibición de cruces.

La campaña republicana se comprometió a defender a los cristianos así como a los judíos que enfrentan persecución. Si bien incluyó un compromiso general de proteger el culto de todos los grupos religiosos, esos fueron los únicos dos que se mencionaron específicamente. La campaña también defendió el derecho a “orar y leer la Biblia en la escuela”.

Trump se compromete a apoyar otras prioridades evangélicas, como el apoyo a Israel y una oposición a los derechos de las personas transgénero, ya que asegura que: “Dios creó dos géneros, masculino y femenino”. Los evangélicos se sienten consternados por el hecho de que Trump se haya distanciado de las propuestas antiaborto más estrictas, aunque los líderes evangélicos vieron a Trump como preferible a Harris, quien ha defendido fuertemente el derecho al aborto.

Las manifestaciones a favor de Trump presentaron expresiones que han sido abrazadas por los nacionalistas cristianos, como la canción “Dios bendiga a Estados Unidos”. Muchos en los mítines de Trump llevan camisetas que proclaman: «Jesús es mi salvador, Trump es mi presidente”.

El hecho de que los evangélicos apoyaran a Trump inicialmente sorprendió a muchos, ya que el candidato republicano es propietario de empresas de casinos, lleva varios matrimonios a cuestas, y ha sido objeto de acusaciones de conducta sexual indebida y, más recientemente, de haber jugado un papel importante en fomentar los disturbios del Capitolio de 2021, además de su condena por cargos de fraude. Pero muchos simpatizantes cuestionan estas acusaciones o lo ven como un campeón poderoso aunque imperfecto.

“La gente apoya al presidente Trump no por su religiosidad sino por sus políticas”, dijo Jeffress.

John Fea, profesor de historia en la Universidad Messiah en Mechanicsburg, Pensilvania, quien escribió un libro sobre el respaldo evangélico a Trump en su campaña de 2016, dijo que la persistencia de ese apoyo no fue sorprendente.

Durante esta campaña, Fea dijo que habló con evangélicos que se sentían incómodos con Trump. Estaban “buscando cualquier razón para votar por Harris”, como cierta moderación sobre el tema del aborto. “No creo que Harris les estuviera dando mucho”.

No solo los evangélicos blancos no hispanos apoyaron a Trump. También lo hicieron poco más de la mitad de los evangélicos latinos y aproximadamente 6 de cada 10 católicos blancos, según AP VoteCast. En general, aproximadamente 6 de cada 10 mormones también respaldaron al expresidente.

El pastor Abraham Rivera del Centro de Vida La Puerta en North Miami, Florida, atribuyó la popularidad de Trump entre todos los latinos, y en particular entre los evangélicos, a sus valores conservadores respecto a la moralidad y la familia.

“Creo que el tema de la identidad de género que la izquierda promueve mucho, aleja a muchos evangélicos latinos”, indicó Rivera. Miembros de su congregación expresaron algunas preocupaciones sobre la “personalidad» de Trump o las «cosas que dice” pero no sobre sus políticas, señaló.

Rivera prevé que los frecuentes contactos que los líderes evangélicos latinos mantuvieron con el primer gobierno de Trump continúen, lo que les daría voz. En contraste, sintió que las puertas “estaban cerradas” durante la presidencia de Biden, quien parecía ignorar los valores de muchos conservadores.

Pero Rivera agregó: “La idea de que una derecha cristiana malvada va a tomar el control de todo es simplemente una locura”.

Fea aseguró que una agenda nacionalista cristiana puede ser más retórica que sustantiva a nivel nacional, pero advirtió que hay casos genuinos a nivel local. Anticipó que el gobierno de Trump no se opondría a cosas como una nueva ley en el estado de Luisiana que requiere la publicación de los Diez Mandamientos en las escuelas públicas y la orden de un funcionario de educación en Oklahoma que exige que las escuelas públicas incorporen la Biblia en clase. Ambas se enfrentan a recursos judiciales.

La plataforma republicana de 2024 se comprometió a usar “la ley federal existente para mantener fuera de Estados Unidos a los comunistas, marxistas y socialistas que odian a los cristianos”, así como a los “yihadistas”. En campaña, Trump dijo que formaría un grupo de trabajo federal para luchar contra la «persecución contra los cristianos en Estados Unidos”.

Otros grupos, a nivel nacional y en las iglesias locales, están preparados para oponerse a una agenda nacionalista cristiana.

La organización Americans United for Separation of Church and State («Estadounidenses unidos por la separación entre Iglesia y Estado») se comprometió a resistir cualquier política del gobierno de Trump que privilegie a los cristianos y use la bandera de la libertad de culto como una “licencia para discriminar”, aseguró Andrew Seidel, vicepresidente de comunicación estratégica del grupo.

Seidel vaticina que el nuevo gobierno de Trump tendrá un plan para implementar el Proyecto 2025 de la Heritage Foundation, la cual tiene una agenda nacionalista cristiana, a pesar de que Trump se haya distanciado de éste

“Esta vez, están listos para la victoria”, asegura Seidel. “La última vez ganaron una victoria inesperada. No sabían qué estaban haciendo. (Pero ahora) van a estar listos desde el primer día”.

El reverendo Tim Schaefer, pastor de la Primera Iglesia Bautista de Madison, Wisconsin, dijo que se opone al nacionalismo cristiano en parte porque es contrario a la separación entre Iglesia y Estado, una creencia importante en la fe bautista.

“Nuestra labor es recordarle a la gente que no fuimos fundados como una nación cristiana”, dijo. “Había un deseo por parte de los fundadores de ser una nación de pluralidad religiosa”.