(Foto: EFE/Orlando Barría/Archivo)

La Federación Iberoamericana de Asociaciones de Personas Adultas Mayores (FIAPAM) realizó en el 2014 una entrevista con el doctor Javier García Monlleó, geriatra del hospital Universitario de San Rafael-Granada, España. En aquella entrevista surgieron preguntas interesantes para los presentes respecto al acto de envejecer, ya que, al final, si es que no nos vamos antes, todos vamos a ser viejos. El tema de los adultos mayores fue cuestión de discusión, algunos consideraron que, la creación de decretos a favor de ellos es un paso atrás. Una posición que respeto, pero que no comparto.

El comité ejecutivo de la FIAPAM señala y denuncia el grave deterioro de la situación de las personas mayores de 60 años, sobre todo en América Latina y en el Caribe. En este contexto, hace un año la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) proyectó que el número de personas en situación de pobreza tendría un incremento de 45,4 millones en 2020, con lo que el total de personas en esa condición pasaría de 185,5 millones en 2019 a 230,9 millones en 2020, cifra que representa el 37,3% de la población latinoamericana. Dentro de este grupo, el número de personas en situación de pobreza extrema se incrementaría en 28,5 millones, lo que representa el 15,5% del total de la población.

Por otro lado, el 13% de la población de más de 60 años de esta región, se encuentra en esta situación de especial vulnerabilidad, tal y como lo señala la CEPAL, “estas personas han enfrentado la tasa de mortalidad más alta durante la pandemia; por tanto, su demanda de atención especializada y crítica de salud es mayor. Asimismo, el aislamiento en que viven muchas de ellas limita su capacidad para responder a la enfermedad, lo que genera riesgos para su seguridad alimentaria, e incluso afecta su salud mental”.

El 11,5% de la población de América Latina y el Caribe consta de adultos mayores de 65 años sin acceso a ningún tipo de pensión, y una gran cantidad de ellos tienen ingresos escasos con sistemas de pensiones no contributivas, lo cual, si bien evita la pobreza extrema, los condena a vivir en pobreza crónica.

Además, se sabe que los más afectados por el COVID-19 son precisamente los adultos mayores, por ahora la más eficaz herramienta para combatir la pandemia es la vacuna; saber que RD se ubica como el séptimo país en el continente americano con mayor porcentaje de su población vacunada, nos da esperanza.

Cada uno envejece como vive. Se vive según el camino que cotidianamente se va construyendo, pero ¡cuántas trabas se implantan en él!

¡Que el impacto del Señor nos mantenga el pulso equilibrado!

emma_martinez10@hotmail.com

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