(Foto: EFE/OLIVER CONTRERAS)

Las elecciones de medio término al congreso suelen ser un reto para el partido del presidente en el poder porque son un referéndum sobre su gestión.

La historia es, por supuesto, una guía de que los presidentes en ejercicio suelen perder escaños en sus primeras elecciones de mitad de mandato. Entre los demócratas, hay que remontarse a John F.  Kennedy para encontrar a un demócrata que haya ganado escaños en el Senado en su primera mitad de mandato.

Estas elecciones de medio término definen el control de la Cámara de Representantes y del Senado que conforman el Congreso de Estados Unidos.  Los demócratas controlan el congreso desde que Joe Biden ganó la presidencia en el 2020 y logró el control de la Cámara de Representantes por 222 a 212, el margen más estrecho en 20 años. En total hay 435 representantes que sirven por un período de dos años.

En el Senado hay un empate 50 a 50, pero en estos casos la constitución faculta al vicepresidente en ejercicio para votar y desempatar cualquier votación. Actualmente, el voto de desempate de la vicepresidenta Kamala Harris otorga la mayor mínima a los demócratas.

Hay 35 escaños en juego en el Senado para estas elecciones, 14 escaños que están actualmente en manos de los demócratas y 21, en manos de los republicanos. Los representantes y senadores que resulten electos comenzarán su mandato de dos y seis años respectivamente el 3 de enero del 2023.

Los candidatos demócratas en las dos semanas finales aumentaron sus esfuerzos para evitar lo que cada vez parece más evidente: un triunfo republicano que podría resultar en la pérdida de más de 20 escaños en la Cámara de Representantes y quizás también el control del Senado. Casi todas las encuestas y los expertos electorales señalaban que los republicanos retomaran, por lo menos, el control de la Cámara Baja.

El país va por mal camino

Las encuestas siguen mostrando a los votantes frustrados por el alto costo de la vida y responsabilizan al partido en el poder, desde Biden, pasando por los gobernadores, hasta a los miembros del Congreso. Una encuesta de Reuters/Ipsos realizada entre el 31 de octubre y el 1 de noviembre mostró que el 69% de los estadounidenses cree que el país va por mal camino, frente a sólo el 18% que dice que va en la dirección correcta.

El panorama negativo ha hecho que algunos demócratas se replanteen tardíamente los mensajes de su partido para estas elecciones. Hasta ahora habían hecho énfasis en la amenaza que suponen los republicanos para el derecho al aborto y la democracia en un año en el que los votantes han manifestado estar más preocupados por la economía y los altos índices de crímenes violentos.

Los demócratas han recurrido al argumento de «nosotros contra ellos»: advirtiendo sobre las amenazas que los republicanos pueden suponer para el derecho al aborto, la integridad de las elecciones y programas como Medicare y la Seguridad Social.

Por su parte, Biden ha dado prioridad al tema de la preservación de la democracia, considerando que más de 300 republicanos niegan que él ganó las elecciones del 2020, y se presentaron a distintos cargos de elección popular en estas elecciones que también incluyen asambleas y senados estatales y gobernadores.

¿Qué ocurrirá en el Senado?

Durante agosto y septiembre, los demócratas tuvieron ventaja sobre los republicanos en la batalla por el control del Senado. Pero según las últimas encuestas, el impulso de los demócratas se había ido frenando.

El Senado es actualmente una moneda al aire, pues Georgia se fue a segunda vuelta, y se realizará el 6 de diciembre, porque ninguno llegó al 50 %

Si las elecciones se hubieran celebrado en agosto o septiembre, los demócratas mantendrían el control del Senado, e incluso obtendrían una mayoría simple 51/49. Pero las encuestas han sido bastante claras al mostrar un repunte republicano en octubre. El contexto nacional favorecía a los candidatos republicanos, pues los demócratas han fallado en vincular las preocupaciones de los votantes acerca de la economía con la plataforma del partido, y han permitido que las ‘cuestiones económicas’ se definan de forma demasiado limitada, repitiendo las preocupaciones sobre los altos costos de la gasolina y los alimentos sin centrarse también en las cuestiones económicas a nivel familiar, como el cuidado de los niños, los costos de la educación, y programas sociales. Esos son asuntos en los que los republicanos casi siempre han votado para recortar en el presupuesto federal.

Encuesta de NBC

La encuesta nacional de NBC News publicada el 5 de noviembre revelaba un panorama de campaña muy competitivo.

El 48% de los probables votantes decían que preferían un Congreso controlado por los demócratas, mientras que el 47% controlado por los republicanos.

Es un cambio de tendencia con respecto a octubre, cuando el 48% prefería un Congreso controlado por los republicanos frente al 47% que quería que los demócratas estuvieran al mando.

Entre todos los votantes registrados, la preferencia por el Congreso estaba empatada en un 47%-47% – esencialmente sin cambios desde el mes pasado, cuando los demócratas tenían una estrecha ventaja de 1 punto, 47%-46%.

Sin embargo, lo que ha cambiado en la encuesta es que los demócratas han alcanzado a los republicanos en el interés electoral. Un 73% idéntico de demócratas y republicanos expresan un gran interés, registrando un «9» o un «10» en una escala de 10 puntos.

En la encuesta de octubre de NBC News, los republicanos tenían una ventaja de 9 puntos en el interés elevado de los votantes, 78% contra 69%, después de que los demócratas hubieran cerrado previamente la brecha de entusiasmo tras la decisión del Tribunal Supremo de EE. UU. de anular, en el caso Roe VS Wade, el derecho al aborto.

Sin embargo, el entorno político general sigue siendo difícil para los demócratas. Sólo el 44% de los votantes aprueba la gestión del presidente Biden, mientras que el 53% la desaprueba; más del 70% piensa que el país va en la dirección equivocada; y un 81% combinado dice estar «muy» o «algo» insatisfecho con la economía estadounidense.

Es más, el 47% de los votantes dice que quiere un «gran» cambio de dirección con respecto a la forma en que Biden ha estado dirigiendo el país, una cifra superior a la que el sondeo mostró para las primeras elecciones de mitad de mandato de Donald Trump (44%), Barack Obama (41%) y Bill Clinton (36%), todas las cuales resultaron en derrotas en las elecciones de mitad de mandato para esos expresidentes.

Pero incluso si los demócratas pierden escaños en el Senado, no se acercan al número de pérdidas que Obama (6 escaños) o Clinton (8 escaños) tuvieron en sus primeras elecciones de mitad de mandato.

La consecuencia inmediata de un aun posible triunfo republicano en ambas cámaras sería la obstrucción de la agenda legislativa doméstica de Biden y la interferencia en su agenda internacional. En lo doméstico iniciarán una serie de investigaciones sin fin, que paralizará al ejecutivo; interpelarán a varios de los secretarios del Gabinete; irán tras Alejandro Mayorkas el secretario de Seguridad Interna, por el tema de los migrantes en la frontera. En el Senado no aprobarán jueces propuestos por Biden y que esperan confirmación, así como algunos embajadores.

Por otra parte, se espera aun si Donald Trump anunciará su candidatura presidencial para el 2024, dificultando más la decisión del departamento de justicia de abrir una investigación formal y presentar cargos al expresidente por su rol en el asaltó al Capitolio el 6 de enero del 2021.

Un comité especial del Congreso dominado por los demócratas presentó evidencias contundentes en una serie de audiencias públicas. Sin embargo, si el Congreso es controlado por los republicanos, las investigaciones en contra de Trump cesarán y el caso quedará en manos del fiscal general, quien tendrá una enorme presión política.

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