Manifestantes marchan con una bandera que dice "Somos democracia" durante una protesta para reclamar la protección de la democracia del país, en Sao Paulo, Brasil, el lunes 9 de enero de 2023. (Foto: AP/Andre Penner)

Buenos Aires, Argentina- Latinoamérica está convulsionada. Revueltas en Colombia y en Chile, un gobierno que camina por la cornisa en Argentina, con una vicepresidente condenada por robarle al Estado y con un presidente más preocupado por su futuro que por el de los pobres habitantes a los que le juró sacarlos de la miseria. Con una crisis electoral en Perú con una presidente que acaba de cumplir un mes en su mandato y a la que parece que todo lo queda grande. Con dictaduras manifiestas en Venezuela y en Nicaragua y otras tantas situaciones que parecen no terminar.

Brasil también está convulsionado y no precisamente por el fracaso en el reciente mundial de fútbol disputado en catar, a la víspera del carnaval más famoso de mundo. Esta vez fue la política lo que puso en vilo a un país generalmente acostumbrado a otras cuestiones menos escandalosas.

Todo tuvo su génesis con el triunfo electoral de Luiz Ignacio Lula da Silva  y la derrota del discutido (sobre todo por el tratamiento de la COVID y el suministro de vacunas) Jair Bolsonaro. Y fueron precisamente los partidarios de este último quienes disconformes con la derrota de su líder salieron a la calle a manifestarse rompiendo todo lo que se encontraba en su camino, sin importarles absolutamente nada. El edificio del Congreso de la Nación, la sede del Tribunal Supremo y el Palacio de Planalto, fueron asaltadas por estos exaltados que desoyendo el veredicto de las urnas, sembraron el terror  por las calles, haciendo hincapié en Brasilia.

Nadie puede discutir que este llamamiento encubierto de Bolsonaro, tenía la total intención de provocar un golpe de estado al flamante gobierno y a su presidente. Así lo manifestaron distintos opinionistas y especialistas en el tema. Para el “organizador” de la cuestión, se trató simplemente de “la voz del pueblo”. Recluido en Orlando donde tuvo que ser internado por un malestar, Bolsonaro dijo “No permitiremos que la democracia se nos escape de las manos” en tanto que Lula se mostró tranquilo recibiendo el apoyo de destacados líderes del mundo, incluyendo la del ex presidente de Estados Unidos, Barak Obama quien vía Twiter redactó su solidaridad con él y con el pueblo brasileño.

Las autoridades brasileñas junto con la policía y la guardia armada, reprimieron a los manifestantes y recuperaron el control de las instituciones públicas y detuvieron a más de 1000 personas y según la máxima autoridad “recibirán el castigo que merecen”. También hubo que lamentar heridos y muchos internados en hospitales.

La doble moral de los políticos es siempre la causa de estas situaciones que están pasando en Brasil y  que hace unos días pasaron en otros países latinoamericanos. El hecho más significativo y que enciende la mecha que luego explota en las calles, es la actitud de los que pierden y se niegan a entregar el bastón presidencial al ganador de las elecciones. Sin remontarnos a la historia y recordando hechos recientes, está el caso de Cristina Kirchner en detrimento de Mauricio Macri y ahora Bolsonaro a Lula y la prueba de dicha doble moral es escuchar a la vice argentina cuando critica al presidente saliente cuando ella hizo lo mismo.

La Democracia es lo más lindo que puede haber para un pueblo, lástima quienes la manejan.

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