Archivo EFE, 6 de enero, ataque al Capitolio.

Tengo el deseo de que a través de los eventos del 6 enero 2021, los Estados Unidos sea un país unido y con paz. Como sociedad es nuestro deber expresar con certeza, y con una voz fuerte, que la violencia no sirve; no sirve en la política ni en la vida cotidiana. Todo hecho violento genera división. Como sociedad, también es nuestro deber ser conciliador para el beneficio de todo el país.

El llamado al patriotismo evoca que uno rechace fuertemente los actos de todos los insurrectos. Las agresiones del 6 enero 2021, cometidas en contra de nuestra querida república, han tenido sus orígenes dentro de ciertas facciones extremistas del Partido Republicano.

Los partidos políticos, y sus funcionarios dentro y fuera del gobierno, tienen la responsabilidad de defender las palabras escritas por los grandes próceres en nuestra constitución. De tal manera, ningún partido político posee el monopolio sobre la división que se ha generado en este país; a pesar de una multitud de actos divisivos cometidos por la última administración. Por ejemplo, uno de los primeros actos del nuevo Congreso -con mayoría demócrata- fue la ejecución, con una rapidez sorprendente, de un segundo juicio político en contra del expresidente Trump.

Es importante, recalcar que los actos de insurrección en enero, fueron agresiones, crueles malintencionadas y hechos en contra de la democracia de nuestra república.

Pero, tal vez, ciertas facciones dentro del Partido Demócrata tomaron una oportunidad, de cálculo político, para servir a los mejores intereses de su partido, antes que a los mejores intereses del resto del país. Igual que uno debe rechazar los actos de ciertos republicanos “insurrectos”, aunque también hay que rechazar los actos de ciertos demócratas oportunistas; quienes armaron un juicio político que refleja más a un circo que una corte objetiva.

El oportunismo, igual que la violencia, no debería tener espacio en la política. Los actos de insurrección a los que nos referimos también empezaron de manera oportunista.

Al principio, un líder que no reconoció su derrota ante la amplia evidencia de que había perdido; después, algunos funcionarios pensaron que les servía a sus intereses políticos involucrarse con las ficciones de ese líder. Finalmente, el llamado a los seguidores de ese líder para armar lo que hoy nos referimos como una insurrección, para servir los intereses oportunistas de ese líder y sus fieles funcionarios.

También hemos contribuido a la división

Nosotros como miembros de la sociedad, en especifico los que hemos expresado apoyo a este movimiento político, somos culpables por esos actos.

Y aunque se había expresado públicamente, y ahora sabemos con certeza que el expresidente Trump no fue condenado por el Senado, demócratas oportunistas siguieron con este circo político, y la división sigue.

Desde este espacio exhorto para que los partidos políticos, así como los funcionarios del gobierno y los miembros de la oposición, dejen de lado la división política, el oportunismo, y lo más importante, la violencia en cualquiera de sus manifestaciones.

Estas palabras forman parte de una larga confesión. Es necesaria que esta confesión, nazca también en las entrañas del espacio político conservador.

Así mismo, presten atención queridos demócratas y compatriotas liberales. Cada uno tiene que tomar la responsabilidad de haber contribuido a la división; pero también, a pesar de todo, lo que más sirve en un momento como este es pedir disculpas, arrepentirse y tomar nuevos rumbos por un bien común.

De mi parte digo, por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa…

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