Fotografía del 19 de mayo donde se aprecia una pared de la Central Termoeléctrica de Palo Seco en Toa Baja, Puerto Rico. (Foto: EFE/Thais Llorca)

San Juan, .- Puerto Rico afronta la temporada de huracanes 2022, que se prevé muy activa, con la incertidumbre de si el sistema eléctrico está preparado para el paso de tormentas tropicales, mientras crece el descontento por los cortes e incremento del precio del servicio.

La nueva temporada ciclónica en la región, que comenzó oficialmente esta semana, supone un reto para la isla, cuya infraestructura eléctrica genera dudas por los frecuentes apagones, que vivieron su peor episodio con uno general ocurrido a principios del pasado abril.

La distribución y transmisión de la infraestructura eléctrica están desde hace cerca de un año en manos de LUMA, objeto de críticas por parte de quiénes achacan a esta empresa privada falta de experiencia para afrontar una responsabilidad que antes correspondía a la estatal Autoridad de la Energía Eléctrica (AEE).

El presidente de la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego (UTIER), Ángel Figueroa Jaramillo, dijo este viernes a Efe que la infraestructura eléctrica es extremadamente compleja, ya que cuenta con 36.000 millas de cable aéreo y soterrado, parte en la extensa área montañosa.

«Eso hace mucho más difícil mantener adecuadamente el sistema eléctrico», subrayó Figueroa Jaramillo, cuyo sindicato cuenta con representación en la AEE, que todavía mantiene los activos de la generación energética.

Fotografía del 19 de mayo donde se aprecia las malas condiciones de un poste eléctrico en una calle del Viejo San Juan, el casco histórico de la capital de Puerto Rico. (Foto: EFE/Thais Llorca)

NINGÚN SISTEMA ELÉCTRICO ES INFALIBLE

«Primero, ningún sistema eléctrico del mundo es infalible ante la naturaleza, pero siempre que hay mecanismos uno puede aminorar la posibilidad de daños», dijo.

El sindicalista aseguró que LUMA no está preparada para una respuesta adecuada y carece del personal técnico necesario.

«LUMA ha demostrado durante el año que lleva operando que a diario tiene miles de abonados sin servicio, un apagón general y diferentes dificultades», denunció.

Coincidiendo con el inicio de la temporada de cliclones, LUMA presentó su Plan de Respuesta a Emergencias (ERP, en inglés), como parte del esfuerzo para responder a imprevistos.

Su presidente, Wayne Stensby, aseguró que de cara a los próximos meses la empresa ha tomado medidas como adiestrar empleados, aumentar su inventario y coordinarse con agencias gubernamentales.

«LUMA está bien preparada para la temporada de huracanes 2022. Nuestro Plan de Respuesta a Emergencias representa el modelo de cómo la empresa responde cuando una emergencia grave, como un huracán, ocurre», subrayó Stensby.

El directivo sostuvo que la empresa invirtió cerca de 130 millones de dólares en inventario de suministros cruciales y dispone de más de 1.000 trabajadores de campo para hacer frente a cortes del servicio.

El intento de Stensby de generar tranquilidad no convence a parte de la población, que año tras año comprueba cómo la llegada de las tormentas que golpean la región, en especial entre agosto y octubre, provocan cortes que acaban con la paciencia de los ciudadanos.

Osvaldo Becerra, vecino del distrito de Barrio Obrero de la capital, dijo a Efe que «en el verano se volverá a la misma situación» de los habituales apagones, que hace un año afectaron a residentes y comerciantes, aunque para entonces LUMA podía esgrimir que acababa de heredar el legado de la AEE.

El presidente de la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego (UTIER), Ángel Figueroa Jaramillo, durante una entrevista con Efe el 1 de junio en San Juan, Puerto Rico. (Foto: EFE/Alfonso Rodríguez)

LOS PRECIOS SE MULTIPLICAN

Becerra aseguró que si bien podría reconocerse que los cortes han disminuido en los meses en los que los huracanes no afectan a la región, los precios se han multiplicado de una forma inexplicable.

«Las tarifas han aumentado hasta un 150 %, hemos pasado de pagar 170 a 450 dólares mensuales», dijo este vecino de un distrito de trabajadores que difícilmente pueden afrontar esos costes de la electricidad.

«De cualquier forma, en mi casa cuento con una planta de diésel para cuando se va la luz», aseguró por su parte a Efe Steven Figueroa, que justifica esa medida de precaución por los cortes vividos durante años.

Figueroa es un vecino del Residencial Villa Esperanza de Cupey, en el municipio de San Juan, un área de viviendas públicas destinadas a personas con bajos recursos, que gracias a las ayudas estatales que establecen precios fijos para estos colectivos no pagan las tarifas elevadas del resto de la población.

Mientras, la población espera con reservas y signos de descontento, como la manifestación de esta semana de miembros de la Alianza de Empleados Activos, Jubilados y Movilizados de la AEE, que protestaron a un año de entrada en vigor del contrato con LUMA, que exigen sea cancelado por el pobre servicio prestado.

Si el pronóstico de los expertos para esta temporada de huracanes se cumple, con el registro de entre 14 y 21 tormentas tropicales, este sería el séptimo año consecutivo que se sitúa la actividad ciclónica por encima del promedio (14), según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de EEUU.

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