Fotografía de archivo donde se observa a una persona revisando un armas en Lockport, Illinois, EEUU. (Foto: EFE/Kamil Krzaczynski)

Washington, EE.UU.- El Tribunal Supremo de EE.UU. escuchó este miércoles los argumentos orales en el primer caso de calado sobre armas de fuego que examina en trece años, donde tendrá que decidir entre amparar un derecho, el de portar armamento, recogido en la Segunda Enmienda de la Constitución o velar por la seguridad pública.

A evaluación de la máxima instancia judicial estadounidense se somete una demanda interpuesta por dos particulares, Robert Nash y Brandon Koch, y la Asociación de Rifles y Pistolas del Estado de Nueva York, una filial de la Asociación Nacional del Rifle.

Los denunciantes han demandado al estado de Nueva York por prohibir portar armas de fuego en público, pese a que permite a sus residentes llevarlas ocultas en la calle con una autorización especial si alegan una «causa adecuada» que demuestre una necesidad concreta de autodefensa.

Uno de los particulares que han interpuesto la demanda recibió permiso para tener consigo una arma de fuego en el camino a su trabajo, y ambos lograron licencias para llevarlas para cazar y practicar tiro, pero se les negó portarlas fuera de sus casas en general en defensa propia.

IMPLICACIONES EN VARIOS ESTADOS

Este caso puede tener implicaciones en otros siete estados con leyes similares: California, Delaware, Hawái, Maryland, Massachusetts, Nueva Jersey y Rhode Island.

El primero en intervenir en la audiencia ante el Supremo fue el abogado de los denunciantes, Paul Clement, quien fue procurador general de EE.UU. (2005-2008) durante el mandato del presidente republicano George W. Bush.

Clement defendió lo que describió como el «derecho fundamental constitucional» a llevar armas de fuego en la calle.

El letrado afirmó que, con su legislación, que data de hace 108 años, Nueva York han hecho que portar una arma de fuego en público sea un privilegio para aquellos que pueden demostrar «una necesidad atípica» de llevarla.

«Así no es cómo funcionan los derechos constitucionales», dijo Clement, quien subrayó que la historia de EE.UU. confirma el derecho recogido por la Segunda Enmienda de la Constitución «a llevar armas de fuego fuera de casa en defensa propia».

Por eso, instó al Supremo, de mayoría conservadora, a derogar la ley de Nueva York, porque «hace que sea un delito» que ciudadanos ejerzan ese derecho.

Buena parte de las preguntas de los magistrados del Supremo a Clement se centraron en la seguridad pública.

El presidente del tribunal, el conservador John Roberts, planteó una cuestión al abogado de los demandantes sobre qué lugares públicos en el estado de Nueva York deberían vetar portar armas sin violar la Segunda Enmienda y puso como ejemplo los campus universitarios, sitios donde se sirva alcohol o estadios de fútbol americano.

Clement respondió citando dos «principios generales»: el primero sería restringir el acceso a lugares, como se hace con edificios gubernamentales o escuelas, en los que no todo el mundo puede entrar «con o sin una arma de fuego si eres un adulto que no tiene nada que ver con el colegio».

El segundo principio para el abogado es que las restricciones en lugares «sensibles» y a portar armas sean diferentes, porque «una restricción a un sitio sensible no va a limitar la habilidad de llevar una arma sin mostrarla, sino que van a establecer que este es un sitio donde no se permite ningún armamento».

¿ES TIMES SQUARE UN LUGAR SENSIBLE?

A ese respecto, la jueza conservadora Amy Conney Barrett, nominada por el expresidente Donald Trump (2017-2021), preguntó si Times Square en la ciudad de Nueva York podría considerarse «un lugar sensible» donde el Gobierno podría vetar llevar una arma oculta.

En ese punto Clement indicó que no portar armamento en público durante la Nochevieja en Times Square podría ser «una restricción en tiempo, lugar y forma», pero no porque este lugar sea «sensible», sino porque puede haber sitios en los que puntualmente haya un veto por sus características.

Después de Clement intervino la procuradora general de Nueva York, Barbara Underwood, quien al inicio de su alocución defendió las regulaciones de estado, que, a su juicio, «se ajustan bien a la tradición de legislar» cuándo se pueden llevar armas en público.

«Nueva York no es un caso atípico en la medida en que el estado restringe la capacidad de portar armas de fuego en público», apuntó Underwood.

El juez conservador Clarence Thomas preguntó a la procuradora general del estado si esas restricciones son realmente necesarias en áreas menos pobladas fuera de la ciudad de Nueva York.

«Una cosa es hablar de Manhattan o el campus de NYU (siglas en inglés de la Universidad de Nueva York), otra cosa es hablar del norte rural del estado de Nueva York», indicó Thomas, ante lo que Underwood aseguró que las licencias para portar armas están disponibles en ese tipo de áreas no urbanas.

Junto a Underwood también intervino el viceprocurador general principal de EE.UU., Brian Fletcher, en representación del Gobierno del presidente Joe Biden, quien destacó que desde hace siglos los legisladores han protegido al público con la aprobación de leyes razonables.

No se espera que el Supremo tome una decisión sobre esta demanda hasta el próximo verano. Un fallo favorable podría suponer más armas en las calles de Nueva York, una de las ciudades más grandes del país.

La última vez que la corte se pronunció en un caso importante sobre armas de fuego fue hace trece años, cuando el tribunal, con el apoyo de cinco jueces frente a cuatro, falló que la Segunda Enmienda protege el derecho del individuo a tener y portar armas en casa en defensa propia en la causa Distrito de Columbia contra Heller.

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