Manuel Castro, comisionado de la Oficina de la Alcaldía para Asuntos del Inmigrante de la ciudad de Nueva York, habla el 27 de junio del 2022 en Nueva York. (Foto: VOA)

Manuel Castro trabaja en una oficina que se encarga de promover programas que ayudan a los inmigrantes y de garantizar acceso a información pública en numerosas lenguas, entre otras cosas.

Nacido en México, Manuel Castro cruzó la frontera de Estados Unidos por el desierto cuando era un niño, pidiéndole agua a su madre insistentemente mientras ella rezaba. Ahora se encarga del bienestar de más de tres millones de inmigrantes en la ciudad más grande de Estados Unidos.

A pesar de que los mexicanos en Nueva York representan la tercera mayor nacionalidad de la ciudad, Castro es el primer comisionado de la Oficina de la Alcaldía para Asuntos del Inmigrante que proviene de México , que cruzó la frontera de forma irregular y que vivió muchos años sin estatus migratorio hasta que en 2012 pudo beneficiarse de un programa conocido como DACA que le otorgó un número de seguridad social.

“Tengo un interés personal” en lograr una reforma migratoria, dijo Castro, de 38 años, una mañana de la semana pasada en una cafetería de Manhattan. “Cada año que pasa es un año más de más de 30 años desde la última reforma migratoria”.

Castro, que lleva décadas haciendo activismo a favor de los inmigrantes, ha demostrado a muchos que el “sueño americano” es posible si a uno se le da una oportunidad.

El mexicano, sin embargo, ha sido nombrado comisionado en momentos en que una reforma migratoria para ayudar a legalizar a millones de migrantes en Estados Unidos es improbable y el país atraviesa una creciente inflación que aqueja a las familias de bajos recursos.

“A pesar de que estamos en una fase de recuperación de la pandemia, los inmigrantes son los que han sufrido más porque no han contado con el mismo apoyo que otros. Muchos quedaron fuera de los fondos de ayuda (pública)”, dijo Castro

Castro es comisionado desde enero bajo la nueva administración del alcalde Eric Adams. Mucho de su tiempo lo pasa en la calle escuchando a los inmigrantes que habitan los barrios de la ciudad.

Su oficina se encarga de promover programas que ayudan a los inmigrantes y de garantizar acceso a información pública en numerosas lenguas, entre otras cosas.

También aporta unos 10 millones de dólares cada año fiscal a grupos que ofrecen abogados gratis a inmigrantes para que puedan defenderse en las cortes migratorias.

“Falta que otros estados y ciudades a través del país reconozcan que los migrantes son vitales, que son la columna vertebral de las economías y de la vida diaria”, dijo Castro. “Son trabajadores esenciales pero los excluyen a la hora de darles apoyo, así que tenemos que hacer mucho en ese aspecto”.

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