matanza
Fotografía cedida por el Museo Bullock donde se muestra un vestido de novia exhibido durante la muestra 'Vida y muerte en la frontera 1910-1920' en la sede del Museo de Historia en Bullock Texas. (Foto: EFE/Museo Bulloc)

María León 

Un siglo después de ‘La matanza’, una sangrienta década durante la cual familias mexicoamericanas fueron víctimas de violencia racial en la frontera de Texas (EE. UU.) con México, sus descendientes, historiadores y académicos luchan para que esta parte de la historia no sea olvidada. 

Esta masacre, que se registró en esa frontera entre 1910 y 1920, es considerada como uno de los peores casos de violencia racial en Estados Unidos, pero poco aparece en la historia oficial. 

TORTURADOS Y ASESINADOS 

Tanto hombres como mujeres de origen mexicano fueron torturados y asesinados por extraños, sus vecinos, vigilantes o inclusive por las mismas autoridades, incluyendo el departamento policial de los Texas Rangers. 

«Mi abuelo y mi bisabuelo fueron asesinados durante este violento periodo contra la comunidad mexicoamericana en Texas», dijo a EFE Trinidad Gonzales, profesor de historia del South Texas College. 

El académico indicó que, durante este negro periodo, existía mucha incertidumbre en la región fronteriza avivada por la Revolución Mexicana que se llevaba a cabo simultáneamente en el país vecino. 

«Mi abuelo tenía las llaves de muchas rancherías; un grupo de bandidos lo obligó a abrir varias rejas. Cuando los rangers llegaron a cuestionarlo sobre los hechos, mi bisabuelo estaba con él, mi abuela solo escuchó los disparos que le quitaron la vida a ambos», relató Gonzales. 

El historiador subrayó que muchas de las personas que murieron a manos de los rangers o «los rinches», como los mexicoamericanos los llamaban en esa época, fueron personas que ya estaban detenidas por falsas acusaciones. 

«La historia era la misma, les dispararon porque trataban de huir», lamentó Gonzales. 

Fotografía cedida por el proyecto ‘Refusing to Forget’ (‘Negándonos a olvidar’) donde aparecen sus cofundadores de izquierda a derecha, Trinidad Gonzales (South Texas College), Benjamin Johnson (Loyola University), Mónica Muñoz Martínez (Brown University), Sonia Hernández (Texas A&M University), y John Morán González (University of Texas), mientras posan para una foto durante la recepción de apertura de la conferencia «Reverberaciones de la memoria, la violencia y la historia: el centenario de la investigación de Canales de 1919» celebrada en la primavera de 2019 en el Museo Estatal Bob Bullock, en Austin, Texas. A más de un siglo de ‘La matanza’, un sangriento periodo de diez años durante el cual familias mexicoamericanas fueron víctimas de violencia racial en la frontera de Texas con México, sus descendientes, historiadores y académicos luchan para que esta parte de la historia no sea olvidada. (Foto: EFE/Refusing to Forget) 

RESENTIMIENTO RACIAL 

Indicó que este resentimiento racial era impulsado en todos los niveles, incluyendo el gobierno estatal. 

En el caso de su abuelo y bisabuelo considera que su familia tuvo «suerte» porque pudieron enterrarlos. Cuenta que era frecuente que los cuerpos fueran dejados a la intemperie como una «advertencia» para otros. 

Una de las principales razones de ‘La matanza’ fue para quitar las tierras a muchas de estas familias mexicoamericanas, quienes por generaciones fueron dueñas de grandes extensiones, cuenta el experto. 

Gonzales, junto con historiadores, educadores y descendientes de estas víctimas crearon el proyecto ‘Negándonos a olvidar’ para contar esta parte trágica de la historia del país. 

El grupo, que tiene más de una década trabajando en este proyecto, considera que este periodo no ha recibido la misma difusión como la violencia contra de la comunidad afroamericana. 

Fotografía cedida por el Museo Bullock donde se muestra un cartel sobre el renacimiento fronterizo de la música tejana exhibido durante la muestra ‘Vida y muerte en la frontera 1910-1920’ en la sede del Museo de Historia en Bullock Texas. (Foto: EFE/Museo Bulloc) 

PRESERVAR LA MEMORIA  

«Este proyecto busca preservar la memoria de la violencia vivida en la frontera de Texas y México. Sin embargo, es algo que difícilmente se lee en los libros de historia o inclusive en los medios de comunicación», dijo Benjamín Johnson, miembro del proyecto. 

El colectivo estableció un sitio en internet donde cuentan la historia de «La matanza», hacen presentaciones y recientemente publicaron un libro para recordar los 100 años de estos sangrientos eventos. 

También han logrado establecer placas en diferentes puntos de la frontera donde honran la memoria de los fallecidos, los cuales se calculan en cientos, aunque nadie conoce la cifra exacta. 

Actualmente se lleva a cabo la exposición ‘Vida y muerte en la frontera 1910-1920’, que se presentará en varios museos de Texas hasta mayo de 2025. 

Johnson recalcó que no todos los residentes de Texas apoyaban estos asesinatos impunes y que varios lucharon para terminar con esta injusticia social. 

«Es muy importante para todos los estadounidenses sin importar su origen, (conocer) que tenemos periodos oscuros en nuestra propia historia donde se cometieron abusos y crímenes en contra de nuestro mismo pueblo», dijo el profesor de historia en la Universidad de Loyola en Chicago. 

El académico considera que aquellas personas que creen que este país nunca ha cometido errores son un «peligro» porque, en su opinión, tienen menos posibilidades de «verlo», inclusive cuando pasa enfrente de sus propios ojos. 

DEMONIZACIÓN DE LOS MIGRANTES 

Lamenta por ello la crisis a lo largo de la frontera con México y los constantes ataques en contra de los migrantes que están llegando a solicitar asilo. 

«Vemos una retórica donde se está demonizando a los migrantes, no es exactamente lo mismo que vimos durante ‘La matanza’, ya que los migrantes vienen solo de paso y vienen de otros países, pero, sin embargo, vemos comentarios que los califican de criminales», dijo. 

Al igual que durante ‘La matanza’, Johnson considera que lo más peligroso es que los ataques provienen de las mismas personas que ocupan altos puestos en el gobierno. 

Sonia Hernández, otra de las fundadoras de ‘Negándonos a olvidar’, dijo que esperan que sus esfuerzos sirvan no solo para informar al público sobre la historia de este país, sino también para que la gente rechace la violencia. 

«Detrás de la retórica antiinmigrante que en la actualidad vemos tiene mucha historia por detrás», indicó. 

«Creo que es importante que la gente entienda que si nuestros políticos y representantes utilizan una palabra despectiva como ‘animales’ para referirse a un grupo de personas, esto tiene consecuencias», agregó. 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí