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El último informe del FBI sobre violencia ha revelado que los incidentes de crímenes por prejuicios aumentaron en un 2,7% el pasado año, su nivel más alto en más de una década.

El documento señala que los judíos son los que más sufren crímenes por prejuicios religiosos, ya que el 60,2% los han tenido como objetivo en el pasado año. «Y esto es extremadamente preocupante, porque no son incidentes aislados, sino que son fruto de una tendencia que no se puede ignorar», explicó Leah Soibel, fundadora de la organización Fuente Latina.

El total de crímenes por prejuicios en el país llegó a 7.314, el número más alto desde 2008, según el informe del FBI recién publicado.

El FBI define crímenes prejuicios como los actos criminales motivados por raza, etnia, religión, orientación sexual, discapacidad, género e identidad de género.

Los crímenes de odio racistas fueron los más numerosos, seguidos por los de religión y después por los de orientación sexual. De las 8.552 víctimas, el 58% fue atacada por su raza y etnia, el 21% por su religión y el 17% por su orientación sexual.

El 3 de agosto del año pasado, un tirador mató a 23 personas en un supermercado en El Paso, Texas, en lo que se ha descrito como el crimen de odio contra hispanos más mortal en la historia moderna de EE. UU.

Los crímenes por orientación sexual han ido en aumento desde que en 2013 el FBI comenzó a llevar un registro. Se sabe que el año pasado, por lo menos 11 personas transexuales fueron asesinadas, pero el propio FBI considera que es una cifra mucho menor de lo que en realidad sucede.

Crímenes antijudíos

La Liga Antidifamación (ADL) indicó que 2019 había registrado más ataques antisemitas que en todos los años precedentes, desde que comenzaron el recuento, en 1979, con 2.100 actos violentos, entre asaltos, vandalismo y acoso. Y en los últimos años, la comunidad judía estadounidense ha sufrido el ataque más letal de su historia, el de la sinagoga El Árbol de la Vida, de Pittsburgh, con 11 muertos, en 2018, pero también los ataques de Poway, Jersey y Monsey, así como varios asaltos aislados en Brooklyn.

«En momentos de crisis, los judíos han servido de chivo expiatorio para las frustraciones sociales», señala Soibel. «Desde la Edad Media hasta el nazismo, esa ha sido una constante histórica. Y la situación actual, con conflictos políticos internos y externos en medio de una pandemia global, es el caldo de cultivo perfecto para fabricar culpables de las situaciones difíciles y que causan incertidumbre», agregó.

Durante la reciente campaña electoral, la desinformación se hizo muy presente en los medios sociales e incluso penetró en los medios de comunicación tradicionales.

«Lo vimos en lugares como Florida, cuando la aplicación de WhatsApp de muchos usuarios hispanos se vio invadida de información falsa y asustadora, destinada a aterrorizar a los votantes que, en su mayoría, no se informaban a través de los medios de información tradicionales y sí a través de un medio tan falto de control y de contraste de datos como los mensajes telefónicos», señaló la experta.

Las «informaciones» diseminadas por individuos y grupos, nacionales e internacionales, con diferentes intenciones espurias, «estaban plagadas de los mismos tropos de siempre», indicó Soibel: «Se referían a un grupo de judíos que controlan muchas áreas de poder mundial e intrigan para continuar haciéndolo».

La experta indicó que lo malo de todo esto es que, «si bien suena ridículo y simplista», hay gente que lo cree y que, influida por ello, actúa en consecuencia.

El Centro de Estudios sobre el Odio y el Extremismo, de la Universidad del Estado de California, divulgó un reciente estudio en el que señalaba que los crímenes por prejuicios antisemitas habían aumentado en 2019 en un 14%, situando a ese año entre los que habían acumulado más de 900 ataques antisemitas en la última década.

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