Fotografía personal cedida donde aparece el escritor Luis H. Zayas, profesor de la Escuela Steve Hicks de Trabajo Social y también profesor de psiquiatría y ciencias de la conducta en la Universidad de Texas en Austin. (Foto: EFE/Álbum Luis Zayas)

El sistema migratorio de EE. UU. causa innecesario «sufrimiento existencial» para los inmigrantes, especialmente en aquellas familias separadas en la frontera, al ignorar elementos claves de las migraciones como salud mental, estrés y trauma, afirma en entrevista con EFE el escritor Luis H. Zayas, autor de tres libros al respecto.

El profesor de la Escuela Steve Hicks de Trabajo Social en la Universidad de Texas en Austin subraya que al trabajar con niños inmigrantes y con sus familias «se deben considerar todos los aspectos de la inmigración, asentamiento y ajuste a un nuevo país».

Y el aspecto inmigratorio esencial, dijo, es «tratar a los inmigrantes con la dignidad y respeto que se merecen».

Zayas, de Puerto Rico y también profesor de psiquiatría y ciencias de la conducta en la universidad mencionada, es autor de Latinas Intentando Suicidio (2011), Ciudadanos Olvidados (2016) y Entre Hieleras y Perreras (2023), donde presenta sus investigaciones y estudios clínicos sobre los niños alojados en centro de detención de inmigrantes en la frontera durante los últimos 20 años.

El libro incluye numerosos relatos en primera persona tanto de menores de edad como de sus padres sobre sus experiencias con el sistema de inmigración estadounidense, así como un análisis de las consecuencias mentales y emocionales que sufren esos inmigrantes a corto y a largo plazo, y una serie de recomendaciones de cambios en las leyes de inmigración.

Según Zayas, uno de los hallazgos clave de sus investigaciones fue determinar que muchos inmigrantes «asumen que su experiencia inmigratoria es única» hasta que luego se enteran de que otros inmigrantes han pasado por circunstancias similares.

Sólo entonces, puntualizó Zayas, los inmigrantes «reflexionan sobre cómo otros respondieron a sus experiencias y aprenden de los otros».

«Simplemente porque son inmigrantes que ingresan a nuestro país y traen consigo diferentes idiomas y culturas, eso no los hace tan diferentes de los demás. Si entendemos la razón los llevó a abandonar su país y las pruebas y tribulaciones de la migración, entonces tal vez podamos evocar más empatía de los ciudadanos y de sus representantes políticos», indicó Zayas a EFE.

«Esto es lo que estoy tratando de lograr», enfatizó.

Por eso, el libro describe en cierto detalle los efectos psicológicos y sociales de las circunstancias previas y posteriores a la migración y los efectos de esas circunstancias en el desarrollo y la salud mental de los niños y en el futuro de sus padres.

Además, se presentan la realidad de los centros de detención en Texas, que fueron reclasificados como «centros de cuidado infantil autorizados», así como la detención de inmigrantes adolescentes en «centros residenciales de tratamiento» y el alcance completo de la Política de Separación Familiar de 2018 (bajo la presidencia de Donald Trump) que desató numerosas protestas en Estados Unidos.

HÉROES MIGRATORIOS

Zayas relata historias de «viajes plagados de hambre, violencia y dolor», de detención en «cámaras frigoríficas, jaulas y cárceles» y de la situación de esas familias al quedar en libertad y tratar de ajustarse a la vida en este país.

«No es suficiente que los inmigrantes encuentren empleo y vivienda y lleven a sus hijos a la escuela. También deben tener que lidiar con las experiencias de su migración y las cosas horribles que experimentaron y vieron», declaró Zayas.

Aun así, Zayas ofrece una visión cautelosamente optimista, basándose en los «héroes» a quién él entrevistó, como un adolescente ciego que llegó solo a Estados Unidos o una niña que «aprendió a ser fuerte» al ver los ataques de ansiedad de su madre. O el padre y su hijo que se turnaron para proteger a su familia durante el viaje, o el niño que salvó a su madre de ahogarse en el Río Grande.

A la vez, Zayas se lamenta de que «no existe un remedio para lo que todo inmigrante tiene que enfrentar».

«Muchos de nosotros bloqueamos los desafíos y no pensamos en morir, pero incluso hacerlo significa que estamos enfocados en mantenernos vivos, existiendo y prosperando. Los inmigrantes no tienen esa opción», comentó el catedrático.

«Si ellos se dan por vencidos ante los peligros y las decisiones de vida o muerte, como han hecho algunos migrantes, entonces se han dejado vencer por el sufrimiento.

Todo migrante por encima de cierta edad se asoma a ese abismo y debe decidirse a seguir luchando», aseveró

Y esa lucha incluye lidiar con un sistema inmigratorio «que trata a los migrantes como menos que humanos», en vez de recibir a los inmigrantes «de una manera justa y humana».

En su libro, Zayas insta al gobierno estadounidense a «dejar de utilizar enfoques temporales cuando debe reconocerse que la inmigración es un fenómeno permanente».

«Podemos ahorrar mucho más dinero y hacer un trabajo mucho mejor si invertimos en la creación de zonas de asentamiento permanente en las que los inmigrantes puedan ser procesados y descansar y recuperarse», opinó Zayas, afirmando que «Una política nacional que fomente la inversión en América Central y del Sur, en lugar de en China, detendría la crisis en su origen».

En definitiva, el problema se reduce a «entender la urgencia de la reforma migratoria y la necesidad de políticas y prácticas humanas,» concluyó.

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