Ayudar a cocinar desde el pre escolar es una manera de enseñar a comer saludable. (Ilustrativa. Pexels)

Filadelfia, PA – En un estudio realizado en más de cien países en el 2016, la Organización Mundial de la Salud encontró que la obesidad infantil es el problema mundial de salud pública más grave del siglo XX. Los datos arrojaron que existen 124 millones de niños y adolescentes con sobrepeso u obesidad; de los cuales, 41 millones, (el 33%), son menores de 5 años. Entre las sugerencias para afrontar este problema se propone: el comer más frutas y verduras, reducir el azúcar y la sal, hacer actividad física, controlar el peso e iniciar la educación nutricional en los niños desde que están en la guardería y escuela primaria, incluyendo la formación de las madres gestantes.  

Los niños aprenden los buenos hábitos por lo que ven y practican en el entorno familiar, lo que debe iniciarse a temprana edad, cuando son pre-escolares.

Convierta a sus hijos en “pequeños chefs”; y para ello, hacerlos participar en la preparación de las comidas es un buen primer paso. Se forjarán hábitos de orden, disciplina, buena comunicación y paciencia, ya que las recetas toman tiempo de preparación, y lo más importante: aprenderán a comer en forma saludable y nutritiva.

“El cocinar con los niños les crea experiencias gratas de recordar. Desarrollan todos los sentidos y especialmente el olfato, uno de los más ligados a la memoria”.

Frutas y verduras deben estar presentes en todas las comidas si queremos niños saludables. (Ilustrativa. Pexels)

Conocer los distintos olores, sabores, texturas, las distintas maneras de combinarlos y prepararlos, agudiza sus sentidos; por ello será muy enriquecedor y divertido aprender todo acerca de los alimentos.

Es importante también enseñarles los riesgos de seguridad cuando están en la cocina, para crear conciencia y no para que le tengan temor.

Estos algunos consejos

Guardar y organizar las compras del mercado es la oportunidad para aprender los nombres, beneficios y usos de los alimentos, así como para promover el buen hábito de leer empaques y etiquetas.

Seleccionar los utensilios que vamos a utilizar, como cucharas, tazones y los ingredientes, si están a su alcance, es una tarea en la que los pequeños, incluso desde los 2 o 3 años, pueden colaborar.  

Preparar los ingredientes, lavar y pelar frutas y verduras con las manos o pela papas, pelar huevos duros y ajos, picar alimentos blandos bajo supervisión, mezclar, medir, le ahorrará tiempo, y los niños estarán felices de darle una mano.

Dictar la receta enseña a seguir instrucciones, ayuda a mejorar la lectura y aprender nuevo vocabulario relacionado con la preparación, tarea adecuada para aquellos en edad escolar.

Pesar y medir ingredientes es una forma distinta de aprender sumas y restas, unidades de medida, equivalencias, una clase de matemáticas completa que los hará sentirse muy importantes.

La preparación general, según la edad de su hijo, le permite irlo involucrando en tareas como batir huevos, mezclar ingredientes secos, cernir, amasar con las manos. Permítale convertirse en su asistente de cocina y poner “manos a la obra”.

La presentación del plato. Toda comida entra por los ojos, la presentación y su decoración, así como el “emplatado” son parte del proceso; su hijo puede participar eligiendo y dando sugerencias, haciendo uso de su creatividad.

Servir y poner la mesa lo pueden hacer desde los 3 años, esto refuerza sus nociones de matemáticas, contar cuántos son los comensales, qué utensilios necesitan y cómo decorar la mesa; es una tarea simple, mas no por ello poco importante.

Poner “manos a la obra” es lo que más disfrutan los niños al cocinar. (Ilustrativa. Pexels)

Recoger la mesa y dejar todo limpio desde muy pequeños, ya que conviene enseñar a los niños el hábito completo, lo que incluye lavar y guardar todo lo utilizado en su lugar, incluso si usted usa una lavaplatos.

Para que sus niños se inicien en la preparación de una receta completa, empiece por lo sencillo, pero saludable y nutritivo, como preparación de ensaladas, bebidas refrescantes, batidos. Puede inventar meriendas saludables para la escuela, preparar galletas y postres bajos en azúcar, etc.

Usted conoce a su hijo y sabe qué y cómo puede hacer ciertas tareas, pero escúchelo y confíe en él; déjele probar y explorar tareas nuevas que quizás antes no se atrevía a ofrecerle, en la cocina; siempre bajo su supervisión y con el material apropiado. Estoy segura de que se sorprenderá de su pequeño chef. Busque sus recetas favoritas y ¡ponga manos a la obra!
Bilingual Educational Services, petymarcet@gmail.com , 267 970 4848.

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