(Foto: Ilustrativa/Pexels)

La guerra en Ucrania está generando un realineamiento en los flujos comerciales globales de combustibles. Las sanciones impuestas contra Rusia, por las economías avanzadas del Grupo de los Siete, le ponen un techo al precio de las exportaciones rusas de petróleo crudo en $60 por barril. Por ende, a los aseguradores, los financieros y los transportistas les prohíben procesar exportaciones marítimas de petróleo ruso que excedan el precio tope.

Hasta ahora, estas sanciones no han lesionado los precios mundiales del petróleo, los cuales han permanecido en alrededor de $70 por barril, mientras que las exportaciones rusas de crudo han sido desviadas hacia otros mercados, como China e India. Sin embargo, la desviación principal de los flujos comerciales de gas natural y petróleo está ocurriendo entre Estados Unidos y Europa Occidental, la cual ha contribuido a reducir las importaciones europeas desde Rusia. Por ejemplo, en enero las exportaciones estadounidenses de petróleo desde la Costa del Golfo de México hacia Europa Occidental llegaron a 1.5 millones de barriles por día, en orden decreciente hacia el Reino Unido, los Países Bajos, Italia, Francia, España y Alemania.

Además, las exportaciones hacia Europa Occidental han convertido a Estados Unidos en uno de los mayores exportadores de gas natural licuado. El año pasado, desde las terminales del Golfo de México, las exportaciones estadounidenses de gas natural alcanzaron un monto mensual de alrededor de 550,000 millones de pies cúbicos. Según el historiador de la energía Daniel Yergin, citado en el Wall Street Journal (02/27/2023), “la energía de Estados Unidos se está convirtiendo ahora en uno de los cimientos de la seguridad energética de Europa.”

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