Fotografía cedida por la Universidad de Texas Arlington (UTA) donde se muestra el mapa que el ingeniero topográfico del Ejército de EE.UU., el teniente William H. Emory, realizó en 1844 y que sirvió principalmente en su momento como una herramienta de referencia en las negociaciones de Estados Unidos con la República de Texas sobre el tema de la anexión. EFE/UTA Library /SOLO USO EDITORIAL /NO VENTAS

Washington, (EFE News). – Texas cumple hoy 175 años de su anexión a Estados Unidos, después de nueve años como república independiente que han dejado ciertas nostalgias secesionistas en el estado en el cual ahora viven unos 29 millones de personas.

El origen mismo de la República de Texas fue la secesión de México en ancas de milicias encabezadas por Sam Houston y apoyadas con entusiasmo por el entonces Gobierno de Estados Unidos, que suministró a los rebeldes armas, munición y voluntarios.

La decisión de anexarse a Estados Unidos causó una protesta mexicana, ya que el Tratado de Velasco de 1836, cuando Texas se independizó, estipulaba que si la región se separaba de México no podría ser parte de Estados Unidos y finalmente derivó meses después en una declaración de guerra.

El conflicto armado se prolongó hasta 1848, cuando, por medio del Tratado de Guadalupe Hidalgo, México traspasó a Estados Unidos un territorio que hoy incluye todo o parte de los estados de Texas, Nuevo México, Arizona, California, Utah, Nevada, Wyoming y Colorado.

En un reciente artículo en Texas Monthly con motivo del aniversario de la estadidad, el escritor y analista Casey Michel apuntó que «los texanos parecen tener sentimientos ambiguos» acerca de la anexión y «la nostalgia por la década de independencia de la república está engranada en el carácter de Texas».

«La discusión de una secesión parece haber aumentado en estos tiempos políticamente conflictivos», añadió.

Después que el Colegio Electoral certificó este mes de diciembre la victoria del candidato presidencial demócrata Joe Biden, el legislador texano Randy Weber incluyó en su página Facebook un meme a favor de la secesión.

Por su parte, el representante Kyle Biedermann anunció que presentaría un proyecto de plebiscito que daría a los texanos la oportunidad de votar sobre la secesión.

«Por generaciones, los texanos han soñado con un estado nación independiente y autogobernado, libre del control de los burócratas y la clase política en Washington DC», afirma en su plataforma el Movimiento Nacionalista de Texas, creado en 2005.

Biedermann argumenta que «el gobierno federal está fuera de control y no representa los valores de los texanos. La fe del pueblo de Texas se mantiene comprometida con la preservación de un forma republicana de gobierno, y los ciudadanos tienen el derecho inalienable de alterar, reformar o abolir su gobierno de la manera que crean expediente».

Ruido secesionista que el vicegobernador estatal, Dan Patrick, intentó aplacar al asegurar en las últimas horas que 175 años después de aquel histórico 29 de diciembre de 1845 Texas sigue fiel a su juramento a la bandera de EE.UU.

«Hoy y todos los días, celebramos nuestro voto patriótico estadounidense y todo lo que representa», afirmó en Twitter.

La importancia del estado es notable. En sus 254 condados viven 1,5 millones de veteranos militares de EE.UU. y cuenta con un producto interior bruto de 1,8 billones de dólares, lo que le convertiría, si fuera un país independiente, en la décima mayor economía del mundo, comparable a Rusia, pero mayor que Canadá, Corea del Sur, Turquía, Holanda y Arabia Saudí.

Por todo ello, los texanos presumen y mucho de su relevancia dentro del total de la Unión, y buena muestra de ello es el represente estatal Mike Schofield, quien en un mensaje en su cuenta de Twitter celebró este martes el cumpleaños de Texas como estado de la Unión.

«En esta fecha en 1845, Texas se convirtió en el vigésimo octavo (y más grande) estado de los Estados Unidos», destacó sobre una región que cuando se convirtió en el vigésimo octavo estado de la Unión su territorio incluía porciones de los que son hoy Colorado, Kansas, Nuevo México, Oklahoma y Wyoming, aunque en 1850 hubo acuerdos con Washington para el reacomodo de sus límites geográficos.

Si el censo de 1850 contó en el nuevo estado 212.592 habitantes de los cuales 58.161 eran esclavos, un siglo y tres cuartos más tarde Texas es el segundo estado más poblado del país, después de California, y el 39,7 % de sus pobladores se identifican como hispanos.

Herencia que queda reflejada en el reverso de su sello oficial, donde hay representaciones de la Batalla de Gonzales y el Álamo (en la ciudad de San Antonio) y figuran las banderas desplegadas de Francia, España, México, Texas, la Confederada y la actual de EE.UU, en referencia a las naciones que han tenido la soberanía sobre este territorio.

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