Juan Carlos Romero frente a uno de sus negocios de temporada en Harbor Spruce Park (Foto: Leticia Roa Nixon)

Juan Carlos Romero estaba estudiando para ser ingeniero industrial, pero por necesidades de la vida no terminó la carrera en la Ciudad de México. En 2002 llegó a Filadelfia donde estaba un hermano, e inició a perseguir su sueño americano.

Tras tres semanas de estar en la ciudad, consiguió trabajo de lavaplatos en un restaurante, tarea que creía sería fácil, pero resultó ser una labor pesada.

Después de dos años de haber llegado, surgió la idea de abrir un restaurante con Silvestre Torres con quien compartía un cuarto. Había tanta demanda de comida mexicana que en ese entonces, que tenían que esperar hasta una hora para tener mesa, y otra hora para que llegara la comida. Había pocos restaurantes, La Veracruzana, Plaza Garibaldi y Lupitas.

Empezó de cero como el ave fénix. (Foto: Leticia Roa Nixon)
Organizador de la Fiesta de la Calle 9 (Foto: Leticia Roa Nixon/Archivo)
Con Edgar Ramírez planeando el festival comunitario. (Foto:Leticia Roa Nixon/Archivo)

Silvestre y Juan Carlos compartían las mismas ideas y los mismos sueños de querer tener algo propio.  “En una de tantas desveladas hablamos de poner un negocio aquí”.

A pesar de la mala información de que no podían ser negociantes porque no tenía un número de seguro social, obtuvieron consejo de contadores. “Nos aventamos sin saber cómo era el proceso de abrir un negocio aquí en Filadelfia. Fue una experiencia bien difícil pero después de 20 años creo que ha sido una de las mejores experiencias que he tenido en mi vida”. Dice orgulloso el ahora empresario.

Es así como surgió el restaurante Los Taquitos de Puebla.

Este emprendedor mexicano no solo se convirtió en socio del restaurante, también abrió una tienda de regalos que luego se convirtió en florería, al mismo tiempo que organizaba festivales comunitarios. “Llegó un momento en que me cansé y cuando uno está estresado, uno revienta, y eso es lo que me pasó.  Pero entonces me liberé de todas esas cargas que traía”. Juan Carlos empezó a reflexionar acerca de lo que estaba haciendo, de lo que tenía y de lo que quería hacer.

Cuando se quedó endeudado, se mudó de la calle 9. “No tenía de otra más que volver a empezar de cero”, afirma.

A través un amigo asistió un seminario en Wharton School de la Universidad de Pensilvania, donde aprendió la importancia del nombre de un negocio, que sea corto fácil de recordar y pronunciar. También la creación de un logo sencillo y memorable. “De ahí es donde surge PhillyTacos”, comenta. 

PhillyTacos en Harbor Spruce Park. (Foto: Leticia Roa Nixon)

Siempre ha contado con el apoyo de su esposa, Lluli Pilar. La conoció cuando fue a pedir trabajo a su primer restaurante. “Fue una de mis mejores trabajadoras que he tenido a lo largo de todo el tiempo que he tenido restaurantes”.

Su hija mayor Fernanda cumplió 14 años este mes, su hija Camila cumplirá un año en octubre y su tercer bebé nacerá a finales de año.

Fernanda Romero a los 7 años. (Foto: Cortesía/Lluli Pilar)
Su esposa Lluli Pilar. (Foto: Cortesía/Lluli Pilar)

ACTIVISMO LA RESISTENCIA ALEGRE

Juan Carlos forma parte de la organización comunitaria JUNTOS. Como hombre de negocios organizó en el sur de la ciudad el Festival de la Calle 9, que se realizó durante un septiembre, que es el mes patrio de los mexicanos.

También fue uno de los pioneros de la celebración del Día de Muertos en centro cultural Fleisher Art Memorial. Como parte del comité organizador acuñó el nombre de “La Calaca Flaca”.

Fue parte de varios intentos, que implicaron innumerables reuniones, para formar una asociación de comerciantes mexicanos, y que ahora es una realidad. Juan Carlos es cofundador de la Asociación de Empresarios Mexicanos (AEM). “Siempre he pensado que el trabajo en equipo puede llegar más lejos que el trabajo de manera individual”.

Considera que la pandemia mostró que los comerciantes hispanos eran los más vulnerables ya que los empresarios con número de seguro social eran los más favorecidos durante el primer año de pandemia; de ahí la importancia de organizarse.

Juan Carlos Romero durante un carnaval. (Foto: Leticia Roa Nixon/Archivo)

La AEM tiene dos años y está formalmente legalizada, cuenta con un director y una mesa directiva. Los alrededores de 20 comerciantes eligieron a Juan Carlos como su presidente, y acaban de contratar a Angel Ballesteros, quien actualizará y organizará información, compilará una lista de contactos, y creará un mapa de negocios actualizado del sur de Filadelfia, ya que el más reciente se hizo hace 7 años. También ayudará con traducción y a conseguir fondos. 

“Vamos a seguir buscando talleres porque creo que la información es bien importante para ser empresarios, y eso nos ayudará a crecer nuestros negocios”, agrega.

El 28 de septiembre realizarán la segunda edición de “Taco Fiesta”, iniciativa que surgió de una lluvia de ideas, por la necesidad de que la asociación tuviera un evento propio; y de esa lluvia de ideas surgió Taco Fiesta.

Lo propuso Héctor Herrada, director de la AEM, quien promueve y busca el beneficio de los miembros asociados. Este año van a ser 11 miembros más, y también habrá mayor variedad de puestos de artesanías.

“Este evento será en un ambiente 100% mexicano de comida y música”. Juan Carlos Romero, invita a todos los que gusten de la buena comida, a que gocen mientras ayudan a la organización.

La cita es en el edificio Bok, ubicado en el 901 S 9th St.  a partir de las 6 de la tarde. Los boletos cuestan $65 y se pueden comprar en Eventbrite.

Aquí puedes adquirir los boletos.

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