Los movimientos migratorios son una constante en la historia de la humanidad; y de alguna manera, se podría decir que los nuevos países, civilizaciones e imperios surgen siempre cuando un grupo grande de seres humanos se traslada a otras latitudes para buscar un nuevo comienzo. Desde esa perspectiva, siempre se ha aceptado la afirmación de que los Estados Unidos han sido, esencialmente, una nación construida por inmigrantes.

Desde los albores del nuevo siglo y con el aumento de la polarización política, el discurso sobre los inmigrantes se ha vuelto un tema álgido y difícil de abordar, pues el impacto real, los eventuales costos y los muchos beneficios que se pueden derivar de la llegada de nueva fuerza migratoria, a menudo quedan sumergidos en las discusiones y las acusaciones partidistas sobre los costos de recibir nuevos migrantes para otorgarles servicios y la potencial amenaza a la seguridad.

En la última década, uno de los mayores flujos migratorios se ha originado en Venezuela, a causa del derrumbe de la economía que siguió al estrepitoso fracaso del “Chavismo”  al desmembrar la columna vertebral de una de las economías más sólidas de Latinoamérica  y dejar a millones de venezolanos sin trabajo y sumidos en la pobreza.

Cerca de 8 millones de venezolanos han abandonado el país, huyendo del hambre y el desempleo, migrando por toda Latinoamérica, el Caribe, España y hacia Estados Unidos. El mayor receptor de inmigrantes es su vecino geográfico, Colombia, con 2,5 millones de llegados, según cifras del NYT, seguido por Perú, con cerca de 1,3 millones, Chile, con 533 mil y Estados Unidos con 640 mil para el 2021, según datos del Pew Center.

Aunque los debates políticos a menudo ponen el acento en los factores negativos de la migración, dejando en la sombra los hechos positivos, los inmigrantes también traen muchos beneficios, en especial, por la forma como dinamizan la economía, cubren empleos que los locales no realizan, y fomentan creatividad y emprendimiento.

Según un reporte de la OIM, hay por lo menos 5 campos en los cuales el beneficio de la migración es muy evidente, uno de ellos es su gran impacto en la fuerza laboral. Un estudio realizado en Chile mostró que entre 2009 y 2017 el producto interno del país aumentó en 63mil millones debido a la fuerza de los inmigrantes. Además, contribuyen como emprendedores y como inversionistas. Según la OIM, los inmigrantes venezolanos a la R.D. han hecho inversiones por más de 553.3 millones. En Colombia se atribuye a los inmigrantes venezolanos el impresionante desempeño económico del año 2019, y en Panamá los hogares venezolanos agregaron 283 millones a la economía tan solo en 2022.

Respecto a su contribución como consumidores; un reporte de la Cepal en Costa Rica comprobó que el consumo de los hogares inmigrantes era 10% superior al de la media general. Contribuyen con sus impuestos a todo el sistema tributario del país; y contribuyen al ahorro nacional. Todo esto sin mencionar el gran impacto positivo que el flujo de las remesas tiene sobre las economías de países como El Salvador, Guatemala, Honduras o Nicaragua; donde estos ingresos pueden alcanzar hasta el 17% del producto bruto nacional.

En esta edición resaltamos algunos aspectos de la compleja panorámica de la migración, y en especial las contribuciones, la cara positiva y la riqueza laboral, cultural y humana que aportan los viejos y nuevos inmigrantes venezolanos de Casa de Venezuela de Filadelfia, que están celebrando 20 años de su fundación.

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