Existe o no la justicia

Somos muchos los que cotidianamente nos preguntamos si la justicia existe, si realmente las leyes se aplican a todos por igual; o todo depende de quién se es y de dónde viene.

No hay que ser un perito en cuestiones de ley para saber que la ley, básicamente, es una reflexión de valores, un código de comportamiento personal, y un método de control. Hay tantas leyes, que para entenderlas y comprenderlas totalmente, la mayoría de las veces, necesitamos consultar con un profesional legal. Muchas leyes son para controlar el comportamiento del pueblo, como las leyes de tráfico. Otras leyes son para administrar, como las leyes de hacienda. Las leyes del código penal son para contener el crimen.

Pero la realidad es que en ciertos casos la ley crea el crimen, y el crimen se elimina cuando se elimina la ley. Por ejemplo: en Inglaterra, en el 1606, la embriaguez pasó a ser un crimen, tiempo después también en los EE. UU. La descriminalización del alcoholismo surgió cuando el Congreso respaldó el concepto de que el alcoholismo es un problema de salud, creando el acta de rehabilitación del 1968.  Hoy día, el alcoholismo es una enfermedad, pero conducir en estado de embriaguez es un crimen, y cada estado de la nación aplica un castigo diferente.   

La serie de reglas que hemos aprendido a reconocer de niños son los principios morales.  La moral y la conciencia están unidas; las leyes sociales fueron creadas a base de esta unión, con el fin de obtener orden y seguridad; pero los años pasan, lo nuevo se hace viejo y la vida social, cultural y económica cambia. Para nuestra desgracia, en esta época, los principios morales, en su mayoría, están en las manos del gobierno, de los políticos; son ellos los que determinan qué ley imponer. Por lo general las leyes son establecidas para evitar la insubordinación y proteger la propiedad. Son creadas bajo la ideología de los que están en control; es decir, los políticos electos.

La integridad de muchos políticos es dudosa. Muchos creen que la ley es para imponerla sobre el ciudadano, no sobre el gobierno y sus representantes. Creen fielmente que la comunidad tiene que ser controlada por leyes, aunque sea a beneficio de unos pocos. Tanto la ciudad de Filadelfia como el resto de la nación tienen una infinidad de leyes municipales que pretenden dar seguridad, cuando en realidad han sido creadas para generar dinero y, simplemente, le quitan el derecho al ciudadano de tomar decisiones personales. Otras pretenden hacer la vida más placentera, cuando en realidad estafan al ciudadano, haciéndole pagar el doble por los servicios y el privilegio de vivir en la ciudad.

Lo más alarmante es que muchas de estas leyes oprimen la libertad a nombre de la seguridad. Convirtiéndonos cada vez más, en una sociedad restringida por leyes que nos ahogan, nos roban la paz, el dinero y la libertad. Aquí podemos ver la importancia del voto, votar de manera consciente y con inteligencia. ¡Ejerce tu voto!

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí