Alfredo B. Calderón-Santini, 11 de febrero de 1961 - 29 de abril de 2024. (Foto cortesía Aspira)

Alfredo B. Calderón-Santini, falleció a los 63 años el 29 de abril de 2024, habiendo dejado un notable legado para miles de niños y familias latinas en Filadelfia.

Alfredo fue presidente y director ejecutivo de ASPIRA, Inc. de Pensilvania, desarrollando a la organización durante 23 años, y llevándola desde una pequeña agencia sin fines de lucro hasta convertirla en una líder nacional en la educación de estudiantes latinos. El encabezó la adquisición por parte de la organización de la antigua escuela secundaria Cardinal Dougherty, en Filadelfia. El campus, de 32 acres, alberga hoy varias escuelas y programas de ASPIRA.

Originario de Bayamón, Puerto Rico, Alfredo era un veterano del ejército de los EE. UU., graduado de la Universidad St. Joseph y residente desde hace mucho tiempo del norte de Filadelfia.

Llegó a la ciudad en 1998, después de servir al ejército en logística. Se desempeñó como director de Operaciones de la Philadelphia Workforce Development Corporation antes de unirse a ASPIRA, a donde llegó como director ejecutivo, con una plantilla de cerca de 20 empleados, en el año 2000.

La Asociación Aspira, con sede en Washington, tiene filiales en siete estados y en Puerto Rico, y se presenta como «la organización sin fines de lucro más grande dedicada a la educación hispana en los Estados Unidos». En Aspira Pennsylvania, fundó tres escuelas autónomas en Filadelfia y administró otras dos por un período, y fue él quien estableció una variedad de programas educativos, recreativos, de cuidado infantil y comunitarios, principalmente en los vecindarios de Hunting Park, Olney y Kensington, del norte de la ciudad.

Alfredo se enfocó en expandir recursos y buscar oportunidades para la numerosa población estudiantil puertorriqueña; también abogó por una mayor representación en la Comisión de Reforma Escolar de Filadelfia; impulsó iniciativas de liderazgo estudiantil y el papel de los padres en la escuela; además, estableció asociaciones de programación con muchos otros grupos de la región.

Las escuelas que dirigió están ubicadas en uno de los vecindarios más pobres de los Estados Unidos.

Alfredo B. Calderon-Santini. (¡Presente! 1961-2024 (cortesía Aspira).
Alfredo B. Calderón-Santini. (¡Presente! 1961-2024 (Foto: Jose Rodriguez/JPROD Photography cortesía Congreso).

Alfredo también fue activo en el Consejo de Organizaciones de Habla Hispana, en Taller Puertorriqueño, la Red de Líderes Latinos y en otros grupos. Organizó talleres para padres y respaldó un plan de la ciudad en 2002 para contratar a 250 padres como oficiales de asistencia.

Durante el servicio funerario para honrar el legado de Alfredo el 3 de mayo, su amigo Israel “Izzy” Colón, compartió sus recuerdos y su sentir.

“El fallecimiento de Alfredo fue inesperadamente trágico, y tuvo un impacto emocional traumático en quienes lo conocieron y lo amaron. Un legado no se trata sólo de monumentos o de ganar premios; se trata de la riqueza de la vida del individuo, de lo que esa persona logró y del impacto que tuvo en su familia, su profesión y la comunidad en general. Alfredo, con su manera tranquila, reservada y asertiva, logró lo que pocos en nuestra comunidad habían podido lograr: la construcción y expansión de instituciones educativas bilingües y biculturales controladas por la comunidad.

El legado de Alfredo: Un defensor apasionado de la equidad educativa

Cuando Alfredo llegó a ASPIRA tomó una decisión fundamental: se sintió atraído y abrazado por una filosofía que se basaba no sólo en la importancia de la equidad educativa, sino una filosofía de cambio social comunitario y empoderamiento, tal como lo conceptualizó la fundadora de Aspira, Antonia Pantoja. Como dijo recientemente el exconcejal Ángel Ortiz, “Alfredo fue discípulo de Tony Pantoja, y pasó la mitad de su vida adulta promoviendo esta filosofía”.

También su familia en un homenaje en línea dijo que Alfredo rechazó aumentos de sueldo durante años para que las escuelas y los estudiantes pudieran beneficiarse. «Un líder humilde y servidor convencido, fue un defensor apasionado e incansable de los estudiantes latinos», reiteraron sus seres queridos.

Durante varios días, después de la sorpresiva muerte, sus familiares siguen recibiendo palabras de consuelo, agradecimiento y cariño. Le sobreviven su hija Melisa Calderón-Rosa, su nieta Ryker Loveless, su madre Ylsi Santini, su padre Arsenio Calderón y sus hermanos Gilberto, David, Longino, Nelson Asport y su hermana Alma Rafaela.

Más allá de su trabajo, a Alfredo le gustaba viajar por el mundo, escuchar música, andar en bicicleta y hacer ejercicio. Vivió la vida al máximo y apreció el tiempo con su familia. Será extrañado por muchos, reseña su obituario. Descanse en paz.

(Fotos cortesía de Aspira, Jose Rodriguez/JPROD Photography, familiares y amigos)

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