En el estado mexicano de Veracruz los niños y adultos adornan una rama con esferas, farolillos y cadenas y la llevan de casa en casa del 16 al 24 de diciembre. Los participantes van en procesión cantando versos alusivos a la Navidad y pidiendo aguinaldo, ya sean dulces fruta o dinero a cambio de las canciones y buenos deseos navideños y del Año Nuevo. Esta tradición llamada “La Rama” simboliza la renovación de la naturaleza en invierno y la alegría de la llegada de la Navidad, fomentando la convivencia comunitaria.
El artista visual y muralista veracruzano, César Viveros recuerda que con su esposa Ani llevó esta tradición a la organización no lucrativa “Casa Monarca” en el sur de Filadelfia en 2011 con gran éxito.
El pasado 13 de diciembre la organizadora de “La Rama” fue la maestra Andrea García Espinal, fundadora y directora de “Ñuuxacun” un grupo de baile folklórico mexicano. Acompañados del conjunto musical “Son Revoltura”, los niños y sus padres visitaron varios negocios mexicanos de la calle 9 sur.

“Esta es la primera vez que la organizó con un grupo completo que caminó y pidió aguinaldo en los locales junto con ‘Son Revoltura’ para hacerlo más tradicional y con más gente”, precisó la maestra.

Por su parte, el artista César Viveros expresó que “es importante que mucha gente conozca la gran variedad de manifestaciones artísticas tradicionales de todo México”. Recuerda que de niño “nos juntábamos como siete u ocho de la cuadra y poníamos dinero entre todos, lo que podíamos para comprar cositas para ponerle a una rama que cortábamos en cualquier lado y del 16 hasta el 24 de diciembre salíamos para pedir aguinaldos”. Cuando en una casa no daban mucho se cantaba “ya se va la rama por todo el alambre porque en esa casa están muertos de hambre”.

El artista sugiere que en estos tiempos difíciles salgamos a convivir en la comunidad. “Seguiremos realizando este evento para conservar la tradición para expandirla y a la vez hacer una declaración de que todos tenemos derecho a estar en este lugar que los Padres Fundadores dijeron que era un lugar para que viniéramos huyendo de la persecución y ahora resulta que nos quieren perseguir”, finalizó el renombrado muralista.
La maestra Andrea organizó una posada comunitaria al final del recorrido de “La Rama” que los participantes disfrutaron con gran alegría.
Las posadas navideñas: tradición, fe y esperanza
Otra de las tradiciones latinas son las posadas navideñas durante el tiempo de Adviento y Navidad. Más que una celebración, son un camino espiritual que invita a acompañar a María y José en su búsqueda de un lugar donde nacería Jesús. Cada posada es un recordatorio vivo del nacimiento de Jesus en el corazón de sus fieles.
Las posadas son una celebración tradicional, especialmente en países latinoamericanos, que se realiza durante los nueve días previos a Navidad. A través de cantos, oraciones y símbolos, se recrea el recorrido que hicieron María y José desde Nazaret hasta Belén, pidiendo alojamiento para pasar la noche.
Cada día, una familia o un grupo abre sus puertas para representar este momento, convirtiendo la casa en un pequeño espacio de acogida, oración y comunidad.
Inician el 16 de diciembre; sumando nueve noches hasta el día del nacimiento de Jesús, porque representa los nueve meses de espera de la Virgen María antes del nacimiento de Jesús. Así, cada posada se convierte en una oportunidad para reflexionar, agradecer y prepararnos espiritualmente para recibir al Salvador.
Uno de los elementos más bellos de las posadas es el momento del canto. Dos grupos se colocan afuera y adentro de la casa y, a través de versos tradicionales, se pide “posada”. Finalmente se abre la puerta, se encienden luces y se canta con alegría, celebrando que María y José son recibidos.
Luego se puede rezar, compartir una reflexión breve y terminar con alimentos típicos, dulces o piñatas en algunas tradiciones. Es un momento donde la fe se mezcla con la comunidad, el cariño y la alegría.






