ingeniería
Tanto niños como adultos crean y aprenden en la estación de creación del año pasado.

El sábado 10 de febrero Esperanza College se convertirá en la estación de la creación. Este evento anual celebra la semana de la ingeniería más tarde en el mes. Niños y adultos de todas las edades están invitados.

El evento es planificado por Esperanza College y la Sociedad Hispana de Ingenieros Profesionales (SHPE). Los participantes tendrán la oportunidad de hacer limo, construir torres, crear arcoíris, interaccionar con tecnología moderna incluyendo realidad virtual e impresoras de tres dimensiones.

Una joven niña observa la magia de la ciencia.

El evento concluye con un panel de discusión facilitado por ingenieros y estudiantes de ingeniería. Este panel informativo es inspirador para nuestros jóvenes. Como parte de la celebración, queremos resaltar el trabajo hecho por dos jóvenes ingenieros locales.

Carmen M. Mercado nació y creció en Nueva Jersey de padres puertorriqueños. Desde pequeña le interesaron las ciencias y el construir cosas, los Lego eran uno de sus juegos favoritos. Sus padres siempre la alentaron a explorar y a seguir sus pasiones.

La ingeniera Carmen M. Mercado.

En el décimo grado Carmen tuvo la oportunidad de participar en la primera clase de ingeniería en su escuela. “En el grupo había otras dos niñas y 20 niños, solo tres de nosotros éramos latinos” dice. Carmen salió muy bien en esta clase y continuó a la próxima clase. Su madre la alentó a convertirse en miembro de SHPE, registrándola para la conferencia anual de la organización.

Carmen explica que en esa época “descubrí que la ingeniería es la intersección entre mi pasión por la ciencia y la creatividad”. Ella continuó tomando las oportunidades que se le presentaron. Participó en un programa de investigación de verano en la Universidad de Drexel, lo que abrió puertas para ella estudiar su bachillerato en ingeniería mecánica en esa institución con una buena beca. SHPE también la apoyó financieramente.

Durante su bachillerato, Carmen reanudó el capítulo de SHPE en Drexel y tuvo la oportunidad de participar en tres experiencias de trabajo cooperativo con dos compañías locales (Skanska Inc y Hargrove Life Sciences) y una en Ohio (Battelle). Una forma en la que conectó con sus raíces y el idioma español fue estudiando en España por un término.

La vida profesional de Carmen comenzó en Boston donde trabajó para Raytheon desarrollando tecnología para radares. En cinco años pudo moverse a posiciones con más responsabilidad y crecer profesionalmente, lo que le ganó el premio en el 2020 de “Ingeniero más Prometedor del Año”. Ahora trabaja para Comcast dirigiendo proyectos en el área de telecomunicaciones. En ambas organizaciones Carmen ha estado envuelta en los esfuerzos de diversidad e inclusividad.

Por otro lado, Alan Fernández nació en Buenos Aires, Argentina a una familia de ingenieros. Sus padres son ingenieros agrónomos. De niño recuerda que siempre cultivaban su propia comida y tenían animales. Aunque se mudaron frecuentemente a distintos países latinoamericanos, recuerda que “en casa siempre había ciencia y experimentábamos con la comida”.

El ingeniero Alan Fernández.

Su papá tenía un banco de trabajo y Alan aprendió mucho de él. En un magazín encontró las instrucciones de cómo hacer y programar un robot que siguiera una línea. Él  compró los materiales para los circuitos y para construir el robot. Desde ese momento quedó fascinado e interesado en aprender sobre componentes e ingeniería eléctrica.

Estudio su escuela secundaria en la República Dominicana y decidió mudarse a Estados Unidos para su bachillerato en ingeniería eléctrica y de computadoras en Worcester Polytechnic Institute. “Mi deseo de construir circuitos me inspiraron a mudarme a donde hay mucho desarrollo en estas áreas al igual que en ingeniería eléctrica y de computadoras” explica. Allí se hizo miembro de SHPE.

Alan trabaja con Lutron Electronics donde dirige un equipo que escribe programación. Es parte de SHPE y del esfuerzo en su compañía en atraer talento Latino para diversificar la misma.

Al preguntarles que les recomiendan a nuestros jóvenes, Carmen dice “tomen todas las oportunidades que se les den. No tengan miedo, no duden de sí mismos. Crezcan y exploren”. A lo que Alan añade que, si un estudiante está interesado en construir o diseñar “hay mucha información, mucho contenido de alta calidad disponible en YouTube. Los materiales necesarios son fáciles de conseguir, lo importante, si hay interés, es dedicarle tiempo.”

Los padres, abuelos y otros adultos pueden hacer una gran diferencia en el futuro profesional de nuestros niños y jóvenes. En ocasiones, el primer paso es el encender esa pequeña flama al estimularlos y exponerlos a campos tan fascinantes como la ciencia y la ingeniería. La estación de la creación proveerá esa oportunidad. Esperamos verlos.

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