
Al traspasar la Puerta de ESS Bakery & Café, uno se siente trasladado a una de esas “panaderías boutique” de la Gran Manzana en las que además de ofrecerse productos de repostería y panadería artesanal, se sirve café, sándwiches y postres dulces y salados. Pero sin duda, lo que “engancha” al visitante primerizo antes de degustar lo que este establecimiento ubicado en el corazón de Norristown, PA ofrece, es su ambiente acogedor, en el que se percibe autenticidad y tradición.
Esta primera impresión queda confirmada –además de cuando uno prueba sus elaboraciones– al conocer a sus dueños Alexandra Franco (originaria de Cali, Colombia de donde es su familia y donde creció, aunque naciese en Nueva York) y Jaime Mellado (de Tepeaca, Puebla, México).

Su trayectoria personal –y como emprendedores– se gesta en Nueva York, dando lugar no solo a una tremenda travesía vital –que incluye desde una romántica historia de amor a una aventura empresarial llena de ilusión, avatares, resiliencia y esfuerzo–. Méritos que los han llevado a convertirse en la única panadería latina del área en la que poder degustar una gran variedad de postres internacionales, platillos latinoamericanos (además de sus icónicos pasteles sanos y personalizados) y, en definitiva, como señalan sus propietarios, “comida como debe ser”.
Jaime llegó a los dieciséis años a la Ciudad de los Rascacielos, persiguiendo su sueño. Se preparó para lograrlo trabajando duro en diferentes lugares y múltiples posiciones, desde las más básicas hasta llegar a mánager de diversas cadenas de restaurantes tales como TGI Fridays, Applebee’s y Chevys. Cuando se consideró suficientemente preparado dio el salto y se convirtió en empresario, creando su propia compañía ESS Service Corp. (donde ESS era el acrónimo de Events Special Support, nombre que ha mantenido en el negocio que comparte en la actualidad con su socia y compañera de vida).

Alexandra nació en Nueva York, hija de madre colombiana. A los 11 meses su madre decidió retornar a Cali donde creció y se graduó como médico general.
Durante su tiempo universitario “me la pasaba viajando de NY a Colombia”, señala la empresaria, hasta que conoció en uno de esos viajes a Jaime. “Después de un tiempo frecuentándonos me agradó lo que él hacía y decidí quedarme”.
Hasta ahí el cuento de hadas, porque entonces llegó COVID. A esta pareja, la pandemia les sorprendió en NY, donde hasta ese momento se habían estado conociendo “y reflexionando sobre nuestras vidas y un futuro común” señalan.
Entonces Jaime recibe una llamada de uno de sus amigos quien lo invitaba a abrir una ‘bakery’ en Norristown, un lugar a dos horas de Nueva York. La situación vivida durante la pandemia les hizo evaluar “la densidad que vive uno en NY y el nivel de estrés y decidimos poner rumbo a Norristown con la idea de una ‘bakery’”.

Llegaban a una nueva ciudad, una nueva vida y un nuevo reto, fue entonces cuando se dieron cuenta que el proceso de apertura del negocio “no era tan rápido como lo habíamos experimentado en NY… conseguir permisos y arreglar el local nos llevó cerca de nueve meses, cuando decidimos abrir nos sorprende la Corte con un proyecto de renovación programado durante 4 años, y que requería abrir y cerrar calles”.
Esta situación les mantuvo en una posición débil y de incertidumbre financiera. Finalmente el negocio pudo abrirse, pero “no se produjo en el momento estimado”, así que decidieron ampliar el menú que inicialmente diseñaron “y decidimos adherir comida mexicana, lo cual nos ayudó a reactivarnos por un tiempo”.
“Desde el momento que llegamos a Norristown fue, en nuestra mente, como si hubiésemos retrocedido en el tiempo ya que veníamos con la mentalidad de rascacielos y la ciudad que nunca duerme; el primer día en Norristown fue diferente, marcando una vez más un nuevo comienzo”, señalan ambos con una mezcla de evocación y nostalgia. Para concluir diciendo que “tanto en la ciudad como en sus alrededores, pudimos apreciar una gran diversidad no solo en la naturaleza sino también en la gente, quienes además eran muy amables”.
Sin embargo, tras los inicios las ventas empezaron a bajar y decidieron abrirse a otras posibilidades, ya que Jaime tiene un amplio conocimiento gastronómico acerca de la comida latinoamericana e italoamericana, debido a su anterior empresa de eventos.
“Probamos con comida peruana, obteniendo el mismo resultado que con la mexicana: nos ayudó por un momento, hasta que añadimos lo colombiano, seguido de lo guatemalteco…” señala ella, quien recuerda que «en el transcurso de nuestros cambios de identidad en el negocio, mucha gente nos preguntaba qué éramos si un lugar mexicano o colombiano, querían que nos identificáramos con una bandera al frente pero a nosotros nos ‘adoptaron’ prácticamente una diversidad de clientes que tenemos y vimos que éramos un lugar para todos…sin darnos cuenta, nos habíamos convertido en un espacio multicultural latino”.

Quien se pase por esta panadería verá clientes “desde colombianos a mexicanos pasando por hondureños, venezolanos, nicaragüenses, costarricenses, guatemaltecos, salvadoreños, americanos, hindúes…”.
“Cada uno de los platillos disponibles tiene su demanda y pensamos añadir más productos a nuestro menú”, señala Alexandra.
“Y lo que más buscan son las empanadas colombianas, aparte de un rápido y buen servicio” resalta Jaime.
Lejos de quedarse satisfechos con el posicionamiento que han obtenido para su negocio, estos emprendedores continúan innovando.
“Ahora también hacemos eventos alrededor del área de Norristown y Filadelfia”, señala el poblano.
“Nosotros animamos a otros negocios a resurgir e implantar nuevos productos que a su vez creen fuentes de trabajo, ya que nuestro personal es diverso; la gran diferencia con otras ‘bakery’ se encuentra en la diversidad de productos y los diferentes servicios que ofrecemos”.
Al igual que panaderías icónicas de otros lugares, ESS Bakery & Café está llamada a convertirse en una “institución” de obligada visita en Norristown, donde ya atrae no solo a los locales (hispanos o no) sino a visitantes del área, que acuden al reclamo de alguno de sus productos estrella como es el caso de las famosas empanadas colombianas, o sus espectaculares desayunos.
Mellado y Franco, nos dejan una reflexión final, junto con la invitación a conocer su negocio “Pensemos que como latinos en este país somos una fuerza laboral y consumidora grande que necesita más unión y orientación para todos los emprendedores”.
Si no puedes ir a ellos, ellos irán a ti, puedes conocer más de sus productos online a través de su página web (essbakeryandcafe.com) o por teléfono (484 – 674 7408).





