Cada 9 de julio, el mundo conmemora el Día Internacional de la Destrucción de Armas, una fecha proclamada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para fomentar la eliminación de armas pequeñas y crear conciencia sobre su impacto devastador en la seguridad y la vida de las personas.
Las cifras son contundentes: de acuerdo con el Small Arms Survey, en el mundo circulan más de 875 millones de armas pequeñas, y aproximadamente el 75 % está en manos de civiles. Se estima que una persona muere cada minuto por causa directa de estas armas, ya sea en conflictos armados, violencia criminal o suicidios.
Estados Unidos: cifras que encienden las alarmas
En Estados Unidos, el país con más armas en manos de civiles, la situación es particularmente grave. Según datos del Instituto Nacional de Justicia y de Gun Violence Archive, se calcula que hay más de 393 millones de armas de fuego en circulación civil, lo que representa más armas que personas en el país.
Solo en 2023, más de 44.000 personas murieron por armas de fuego en Estados Unidos, incluyendo homicidios, suicidios, tiroteos masivos y muertes accidentales. El problema de la violencia armada ha sido calificado como una crisis de salud pública por múltiples organismos, entre ellos los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
A pesar de los esfuerzos estatales y locales, el país enfrenta serias dificultades para implementar controles efectivos, y los programas de recompra o destrucción de armas aún son limitados a comparación de otras regiones del mundo.
América Latina: la violencia armada y el desarme como respuesta
En América Latina, una región golpeada por el crimen organizado, la pobreza y la desigualdad, las armas de fuego causan más de 250.000 muertes al año, muchas de ellas en contextos fuera de guerra. Países como México, Brasil, Colombia y El Salvador han desarrollado programas de desarme voluntario, canje de armas y destrucción pública como parte de estrategias para reducir la violencia.
-En México, la Secretaría de la Defensa Nacional ha destruido más de 130.000 armas en los últimos cinco años.
-En Colombia, se han destruido más de 1,3 millones de armas ilegales desde 1990.
-En Brasil, tras el Estatuto del Desarme, se recogieron y fundieron más de 500.000 armas entre 2003 y 2015.
El desarme como símbolo y compromiso
La destrucción de armas no es solo un acto simbólico. Es una acción concreta que evita que estas herramientas regresen al mercado ilegal o sean utilizadas en crímenes. Además, representa un paso firme hacia la construcción de sociedades más seguras, justas y pacíficas.
Este Día Internacional de la Destrucción de Armas es un llamado a la acción para gobiernos, instituciones y ciudadanía. Solo con un enfoque coordinado, políticas valientes y la participación de todos los sectores, será posible poner fin al ciclo de violencia que estas armas perpetúan.






