el chingon
Elementos del altar mayor fueron remodelados. (Foto: Leticia Roa Nixon

Juan Carlos Aparicio Torres, oriundo de San Mateo Ozolco en el estado mexicano de Puebla, junto con sus socios, inauguró el restaurante “El Chingón” en noviembre de 2022. Al año siguiente, el periódico The New York Times   nombró a su establecimiento como uno de los 50 restaurantes más fascinantes en Estados Unidos.

Ahora, este distinguido chef se encuentra entre los 20 semifinalistas del renombrado premio James Beard 2024 para el “Mejor Chef”.  Esta distinción reconoce el talento excepcional y el logro en las artes culinarias, que incluye la hospitalidad.

El chef Juan Carlos Aparicio Torres en su restaurante. (Foto: Leticia Roa Nixon)

El empresario salió de su pueblo natal a los 13 años sin acompañamiento familiar hasta llegar a la ciudad de Nueva York donde fue lavaplatos, empleado de entregas a domicilio y panadero en Brooklyn. Después que se mudó a Filadelfia donde ha trabajado en las cocinas de afamados restaurantes.

Antonio Hernández está a cargo del aspecto operativo. (Foto: Leticia Roa Nixon)

Estos logros, que hoy lo enorgullecen, han sido el fruto de más de dos décadas de su trabajo y creatividad culinaria. “Mucha gente me pregunta porque no lo abriste hace 10, 15, 20 años, porque no estaba listo. Yo realmente aprendí a cocinar aquí en Estados Unidos. Me forjé como representante no solamente de mi cultura, pero de varias culturas”, recalca.

El mosaico de Talavera es parte del restaurante. (Foto: Leticia Roa Nixon)

UN REGALO DE LA PANDEMIA

“El Chingon” surgió de la noche a la mañana, “cuando nosotros empezamos fue durante la pandemia porque toda la familia se quedó sin trabajo”. Afortunadamente, él seguía trabajando y no perdió su fuente de ingresos. En pláticas con sus dos cuñados, todos decidieron abrir un negocio propio con comida de su gusto.

En la fase de planeación, al principio la idea para “El Chingón” era un concepto italiano porque tenía amplia experiencia en preparación de panes y pastas.

En su opinión, cualquier persona puede hacer un taco solo con carne y tortilla. Pero su novedoso restaurante destaca el aspecto de la comida y el ambiente multicultural donde todos son bienvenidos.

La cemita, horneada por el chef, es uno de sus especialidades. (Foto: Cortesía/Juan Carlos Aparicio)

LAS BONDADES DE LA HARINA

“Qué importa de qué cultura vengas, hacer un pan es la esencia que te diversifica por nobleza y paciencia”, comparte Juan Carlos, quien es panadero de profesión. Es lo que mejor cree que hace, en base a su trabajo en un restaurante francés y en uno italiano.

Gracias a su experiencia, el artista culinario, hornea el pan todos los días “y si el pan no sirve yo no abro el restaurante porque me costó mucho tiempo y trabajo replicar una cemita. Creo que lo más bonito que yo hago es recuperar esa nobleza de hacer un pan mexicano aquí en el sur de Filadelfia”. Sin embargo, son pocos los oriundos de México que va a comer a su restaurante “y es triste porque cuando yo abrí este espacio lo abrí con la intención de que la comunidad mexicana se sienta orgullosa de que nosotros que llegamos hace 10,15, 20 años podamos soñar y tener lugares como éste”.

El lavabo del baño es un molcajete grande. (Foto: Leticia Roa Nixon)
 

Este chef también está interesado en representar los platillos regionales de México, del norte al sur, diferentes tipos de cocina que la gente no conoce, como por ejemplo los aguachiles y la cochinita pibil. Por esa razón ha visitado los estados de Jalisco y Oaxaca.

Juan Carlos está aprendiendo de manera constante y enriqueciendo el menú de su restaurante. Al inicio, su establecimiento empezó como taquería y sandwicheria especializado en cemitas y tacos árabes. Su menú incluye ahora una variedad de platillos con su toque único. El chef mexicano se siente orgulloso en particular de su programa de repostería ya que las cemitas son horneadas todos los días en el restaurante y se llevó tres años en perfeccionar la receta exclusiva de su cemita poblana, que es un sándwich tradicional de su estado natal. También transmite su amor y pasión culinaria a la elaboración de helados y postres, así como las tortillas que incluyen una mezcla de harinas en la elaboración de la masa.

La decoración incluye una variedad de “soles”. (Foto: Leticia Roa Nixon)

EL ORIGEN DEL NOMBRE

Antes de abrir “El Chingón “en 2022, Juan Carlos llegó a ser un chef corporativo que manejaba  12 restaurantes y tenía 300 empleados bajo Zavino Hospitality Group, incluidos los establecimientos Zavino  y Tredici Enoteca. Eran tantos los nombres que recordar de los empleados, que el chef se refería con respeto a todos con la palabra chingón “ya que lo mexicano nunca se me va a quitar”. Incluso el dueño de la compañía empezó a usar esa palabra. Cuando abrió su restaurante le dio ese nombre por haber popularizado el término, “no porque yo sea un chingón o me sienta un chingón, sino que me representa el tipo de comida que hago y el espacio del restaurante”.

La variedad de platillos de “El Chingon”. (Foto: Cortesía/Juan Carlos Aparicio)

El término chingón se utiliza en México para aludir a aquel o aquello que es muy bueno o que se destaca en determinado ámbito.

El restaurante es un orgullo de gastronomía mexicana. (Foto: Cortesía/Juan Carlos Aparicio)
 

Su cuñado Antonio Hernández se encarga de la operación de la cocina todos los días incluida la calidad y consistencia de la comida. En tanto que su otro cuñado, Claudio Lorenzo, se dedica al frente del restaurante y la calidad de las bebidas. El chef Juan Carlos se encarga de crear menús, especiales, hacer las compras y llevar el control de calidad hasta de la sal “si tú la cambias, tu comida va a cambiar totalmente no es solo comprar cualquier tipo de sal y echarla y ya”. Aparicio se esmera en cocinar con ingredientes saludables y de la mejor calidad con la que sigue deleitando a cada vez más clientes de exigentes paladares.

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