Las drásticas olas de calor, incluso sobre los 45 grados Celsius (113 grados Fahrenheit) en Europa y Norteamérica, nos hacen tomar medidas ya.

Para la semana pasada solamente en España se habían producido 360 muertes atribuidas al golpe de calor, la mayoría con más de 80 años. Lo que no se refleja son las muertes indirectas en personas con problemas cardiacos, diabetes, convalecientes de otras enfermedades como COVID-19 e hipertensión arterial. Además de otras crónicas o infecciosas, que entran en periodo de crisis y gravedad por estrés producido por calor. Dichas muertes no cuentan directamente por golpe de calor, por lo que la cantidad de fallecidos debe ser mayor.

A temperaturas superiores a 37 grados, el organismo pone en juego los mecanismos de enfriamiento, entre ellos la sudoración, la sed, la debilidad y la reducción del volumen urinario. Son todos síntomas de que algo nos está afectando y podemos caer en fase de shock.

Con calor extremo, nada funciona bien. Las enzimas no cumplen su función y las hormonas no transmiten bien las señales.

La difusión del oxígeno y la expulsión del CO2 se entorpecen, y la función cardiaca se debilita

Todo esto ocurre porque estamos diseñados para trabajar a una temperatura corporal de 36 grados. Y cuando el cuerpo no puede mantenerla, se colapsa.

Síntomas de golpe de calor: desorientación, apatía, falta de ánimo y de fuerza muscular, problemas de memoria, náuseas, dolores abdominales, mareos, boca seca, sed permanente, desmayos, somnolencia, pérdida de peso, malestar general, fiebre, visión borrosa, palpitaciones, tensión baja o alta sin justificación o ansiedad.

¿Qué hacer?

-Reducir la ingesta de azúcares, ya que absorben y arrastran el agua corporal fuera de la célula.

-Mantenerse en lugares frescos y donde corra el aire.

-No salir ni hacer ejercicio en las horas picos de temperatura: 1 pm a 8 pm.

-Beber bebidas isotónicas, no solo agua, ya que la pérdida de electrolitos también es deshidratación.

-Usar ropa ligera.

-Limitar el uso de café, té y bebidas estimulantes, que suelen deshidratar más.

-Comer verduras al vapor, frutas frescas y hortalizas de manera natural.

-Bañarse o refrescarse al menos 2-3 veces al día.

-Evitar los fritos y los embutidos con exceso de sulfitos y sal.

-Beber infusiones frías de limón, manzanilla, verbena y aloe vera, que aumentan la hidratación.

-Tomar ácido hialurónico en cápsulas para ayudar en la hidratación de la piel.

-No tomar el sol en estos días, ya que pueden producirse cambios en el genoma, por la acción UV.

Si alguien cae en shock, hay llamar a los servicios de urgencias, moverlo a un lugar más fresco, iniciar la reanimación básica y bajarle la temperatura rociándole agua y ofrecerle bebidas en cuanto se despierte.

www.DrLuisMontel.com

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