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Trump y el Nobel de la Paz: ¿Diplomacia o espectáculo?

(Foto: EFE/SAMUEL CORUM)

En la vigilia de que se anuncie el Premio Nobel de la Paz, el reciente acuerdo entre Israel y Hamás para liberar rehenes en Gaza, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, se volvió a posicionar como candidato a recibirlo, un galardón que ha perseguido abiertamente desde que Barack Obama lo recibió en 2009. Trump afirma haber resuelto siete conflictos internacionales, pero ¿cuánto hay de diplomacia real y cuánto de narrativa política?

A primera vista, los logros que Trump enumera parecen impresionantes: treguas entre Armenia y Azerbaiyán, acuerdos entre la República Democrática del Congo y Ruanda, y ceses de hostilidades entre India y Pakistán, entre otros. Sin embargo, un análisis más profundo revela que muchos de estos acuerdos son frágiles, temporales o incluso disputados por las partes involucradas.

Por ejemplo, el llamado “Ruta de Trump para la Paz” entre Armenia y Azerbaiyán no es un tratado de paz definitivo, sino un corredor comercial con beneficios estratégicos para Estados Unidos. En el caso del Congo y Ruanda, el grupo rebelde M23 sigue activo, y las violaciones a los derechos humanos continúan. India negó que Washington haya mediado en su conflicto con Pakistán, mientras que el supuesto alto el fuego entre Israel e Irán fue precedido por bombardeos estadounidenses.

Trump, defendió su política comercial y aseguró que los aranceles que ha impuesto al resto de países y territorios «han traído paz al mundo».

Es un preocupante patrón de acuerdos que incluyen beneficios económicos para Estados Unidos, como el acceso preferencial a minerales en África o amenazas comerciales para forzar treguas en Asia. Esto plantea una pregunta fundamental: ¿puede considerarse “pacificador” quien utiliza la presión económica o militar como herramienta diplomática?

Trump también se atribuye haber evitado una guerra entre Egipto y Etiopía por la presa del Renacimiento, aunque las tensiones persisten. Y en el caso de Serbia y Kosovo, el acuerdo facilitado en 2020 fue económico, no político, y no resolvió un conflicto armado activo.

La paz verdadera no se mide por anuncios ni por treguas temporales. Requiere procesos sostenidos, justicia para las víctimas, y compromisos duraderos entre las partes. El Premio Nobel de la Paz debería reconocer esfuerzos que promuevan estos valores, no simplemente gestos estratégicos o mediáticos.

Trump puede haber influido en algunos momentos de distensión, pero su historial está lejos de representar una diplomacia transformadora. Si el comité del Nobel busca premiar la paz, debe mirar más allá del espectáculo y evaluar el impacto real y duradero de las acciones.

Este enfoque contrasta con el perfil de otros laureados del Nobel de la Paz:

Malala Yousafzai (2014) fue reconocida por su lucha por el derecho de las niñas a la educación frente al extremismo en Pakistán.

Nelson Mandela y Frederik de Klerk (1993) compartieron el premio por su papel en el fin del apartheid y la transición pacífica hacia la democracia en Sudáfrica.

Juan Manuel Santos (2016) lo recibió por su liderazgo en el proceso de paz con las FARC en Colombia, que puso fin a más de 50 años de conflicto armado.

A diferencia de estos casos, hubo procesos sostenidos, justicia para las víctimas y compromisos duraderos, los logros que Trump reivindica parecen más gestos estratégicos que transformaciones reales.

No estamos ante un verdadero pacificador sino ante una narrativa política/económica cuidadosamente construida.

El comité del Nobel busca premiar la paz, por lo que su deber es mirar más allá del ruido mediático y evaluar el trasfondo de las estrategias y las acciones, y más aún su impacto profundo, transformador y duradero.

Jannette Díaz: liderazgo con propósito y compromiso comunitario en Filadelfia

Jannette Díaz, presidenta y directora ejecutiva de Congreso de Latinos Unidos. (Foto: Cortesía/Congreso)

“Mi casa es su casa.” Con esta frase, el edificio del Congreso de Latinos Unidos recibe a todos los que cruzan sus puertas. Esa misma calidez y sentido de pertenencia inspiran el liderazgo de su presidenta y directora ejecutiva, Jannette Díaz, una mujer que comprende profundamente las necesidades, los sueños y la fortaleza de la comunidad a la que sirve.

Jannette se mantiene presente en las actividades y programas que ofrece a la comunidad. (Foto: Cortesía/Congreso)

Con una carrera definida por el servicio, la perseverancia y el amor por su gente, Jannette encarna un liderazgo auténtico, comprometido y transformador. Su historia personal y profesional está estrechamente vinculada a la comunidad que ahora dirige, en el corazón del este de Filadelfia.

De la comunidad al liderazgo

Nacida y criada a pocas cuadras de la sede actual de Congreso, Jannette creció rodeada de valores como la dedicación, la empatía y la fe en las oportunidades, principios que aún la guían: “Siempre me enseñaron a enfocarme en las posibilidades más que en los desafíos, y a devolver algo a la comunidad que me formó”, comparte.

Jannette se mantiene presente en las actividades y programas que ofrece a la comunidad. (Foto: Cortesía/Congreso)

Con títulos en Sociología y Justicia Criminal, comenzó su carrera trabajando con adolescentes en el sistema de justicia juvenil. Esa experiencia, junto con el apoyo de mentores que alentaron su curiosidad y deseo de aprender, la llevó a asumir mayores responsabilidades hasta finalmente regresar a su hogar para liderar Congreso: “Me siento verdaderamente bendecida de dirigir una institución en la misma comunidad que me moldeó”, dice con orgullo.

Filosofía de liderazgo basada en el servicio

Jannette se define como una líder servicial, que guía a través de la colaboración y la confianza: “No pretendo saberlo todo. Dependo de mi equipo y de las necesidades de la comunidad para dar forma a mi visión. La confianza es la base del liderazgo efectivo”.

Jannette se asocia con otras líderes en alianzas necesarias para ayudar a la comunidad. (Foto: Cortesía/Congreso)

Su estilo se caracteriza por la presencia constante y la cercanía: “Cada día es diferente. Me gusta estar presente, visible y disponible. Cuando la gente entra a Congreso y ve el letrero que dice ‘Mi casa es su casa’, quiero que sepan que es verdad. Mi puerta siempre está abierta para escuchar y aprender”.

La participación cívica y educativa es vida. (Foto: Cortesía/Esperanza)

Congreso: Un faro de oportunidades

Durante más de 47 años, Congreso de Latinos Unidos ha sido un faro de esperanza y oportunidad en el este de Filadelfia, apoyando a miles de familias, en su mayoría latinas, para alcanzar la autosuficiencia económica y el bienestar integral.


La organización ofrece múltiples servicios en distintas partes esenciales entre ellos estas cinco áreas clave:

Salud: a través de un centro de salud federalmente calificado.

Familia y crianza: con programas de apoyo y prevención de violencia doméstica.

Educación: ayudando a jóvenes y adultos a obtener certificaciones y continuar sus estudios.

Desarrollo laboral: promoviendo empleos sostenibles y mejor remunerados.

Vivienda: brindando orientación y asistencia a familias en riesgo de ejecución hipotecaria.

“Cada persona que llega a Congreso tiene una historia y una meta. Nuestro trabajo es acompañarlos mientras construyen un mejor futuro”, enfatiza Jannette.

Educación cívica: más allá de las urnas

En los últimos años, Congreso ha fortalecido su labor en la participación cívica y la educación electoral, extendiendo sus esfuerzos más allá de las elecciones principales: “Queremos que nuestra comunidad entienda que todas las elecciones son importantes”, explica Jannette.

Jannette está muy orgullosa del trabajo que se ha realizado en Congreso. (Foto: Haydeé Rosario/Impacto staff )

Su equipo desarrolló un innovador kit educativo de participación cívica en colaboración con un artista local, que incluye un libro para colorear sobre el voto, el gobierno y la participación comunitaria: “Queríamos una herramienta accesible, tanto para quienes aprenden por primera vez como para quienes necesitan un repaso. Es una forma divertida y educativa de fomentar la participación cívica”, comenta.

Jannette está muy orgullosa del trabajo que se ha realizado en Congreso. (Foto: Haydeé Rosario/Impacto staff )

El material se utilizará en escuelas, foros comunitarios y reuniones vecinales: “Queremos que la gente vea la participación cívica como parte de la vida cotidiana, no solo como algo que sucede un día en noviembre”, añade Jannette.

Desafíos y resiliencia

Jannette reconoce que el contexto actual trae consigo grandes desafíos: “Vivimos en una época en la que nuestra comunidad corre el riesgo de perder servicios esenciales debido al clima político”, advierte.

La inestabilidad del presupuesto estatal en Pensilvania y el cierre del gobierno federal dificultan mantener los programas esenciales.

“Estos desafíos nos recuerdan la importancia de la responsabilidad fiscal y de mantener reservas que nos permitan seguir operando en tiempos inciertos”, explica. Pero a pesar de las dificultades, mantiene su fe en la misión de Congreso y en la resiliencia de su equipo.

“Los desafíos evolucionan, pero nos mantienen ágiles y creativos. Esa es la esencia del liderazgo: adaptarse sin perder de vista nuestro propósito”.

Jannette Díaz presidenta y directora ejecutiva de Congreso. (Foto: Cortesía/Congreso)

Un mensaje a la comunidad

Con una cálida sonrisa, Jannette comparte un mensaje que refleja el espíritu de Congreso: “Estamos aquí para ayudar y apoyar. Nos encanta ser parte de esta comunidad, y nuestras puertas siempre están abiertas. Incluso si no podemos atender una necesidad específica, te conectaremos con alguien que pueda hacerlo. Y si no necesitas nada, pasa de todas formas: siempre hay un lugar para ti en la familia de Congreso”.

Centros de salud enfrentan riesgos por la caída de la financiación del gobierno 

St. John’s Community Health en Los Ángeles es uno de los cerca de 1.500 centros de salud comunitarios, algunos de los cuales gestionan varias clínicas, que se preparan para recortes en los fondos gubernamentales de los que dependen para operar. (Jackie Fortiér/KFF Health News)

Más de 1.500 centros de salud financiados con fondos federales —que ofrecen servicios a millones de personas de bajos ingresos— enfrentan desafíos financieros significativos, según sus líderes, ya que el cierre parcial del gobierno se suma a otros recortes en sus ingresos.

Algunos de estos centros de salud comunitarios podrían verse obligados a reducir personal médico y administrativo, y hasta servicios. Algunos incluso podrían llegar a cerrar. Sus defensores advierten que esto podría aumentar la presión sobre las salas de emergencia de los hospitales, que ya están saturadas de pacientes.

“Este es el peor momento en todos los años que llevo trabajando en atención médica”, dijo Jim Mangia, presidente y director ejecutivo de St. John’s Community Health, una red de 28 clínicas que atiende a más de 144.000 pacientes en los condados de Los Ángeles, Riverside y San Bernardino, en California. “Estamos enfrentando recortes federales y recortes extremos a nivel estatal que van a afectar los servicios”.

St. John’s y otros centros de salud calificados a nivel federal ofrecen atención primaria y una amplia gama de otros servicios sin costo o a precios ajustados a los ingresos de cada paciente. A nivel nacional, atienden a cerca de 34 millones de personas en las zonas más desatendidas del país.

Los fondos federales provienen de dos fuentes principales, ambas actualmente bajo presión: subvenciones otorgadas en parte a través del Community Health Center Fund, federal, y de reembolsos por la atención brindada a pacientes mediante programas como Medicaid, que ofrece cobertura médica a personas de bajos ingresos o con discapacidades.

A Medicaid lo financian de manera conjunta los estados y el gobierno federal.

En los últimos tiempos, el Congreso ha aprobado esos fondos con cuentagotas. En marzo, los legisladores extendieron las subvenciones hasta el 30 de septiembre. Ese dinero expiró después de que el Congreso, controlado por los republicanos, no aprobara una ley de financiación, lo que ha provocado un cierre parcial del gobierno.

Defensores de los centros enfatizan que se necesita un financiamiento a largo plazo para poder planificar con mayor certeza, idealmente a través de un fondo multianual.

Los centros de salud recibieron $4.400 millones en subvenciones a comienzos de 2024. La National Association of Community Health Centers está presionando para que se asignen al menos $5.800 millones anuales durante dos años, con el fin de mantener los centros plenamente operativos.

La red de seguridad que representan los centros de salud “enfrenta múltiples capas de desafíos”, dijo Vacheria Keys, vicepresidenta de políticas y asuntos regulatorios de la asociación.

La nueva ley de gasto público que los republicanos llaman “One Big Beautiful Bill Act” implicará recortes significativos a Medicaid, lo que impone otra amenaza importante para estos centros.

En 2023, Medicaid representó el 43% de los $46.700 millones en ingresos totales de los centros de salud.

Defensores advierten que los pagos reducidos de Medicaid agravarán la brecha entre el financiamiento disponible y los costos operativos.

También se necesita financiación para programas de desarrollo de personal, para apoyar la prestación de servicios de salud, ya que los centros enfrentan dificultades para contratar y retener trabajadores, dijo Feygele Jacobs, directora del Geiger Gibson Program in Community Health de la Universidad George Washington.

Los primeros centros de este tipo se abrieron en lugares como Massachusetts en la década de 1960. Históricamente, el Congreso los ha financiado con apoyo bipartidista, con algunos obstáculos menores.

La crisis actual comenzó cuando la administración Trump congeló la ayuda nacional a través de un memorando emitido en enero, lo que impidió que algunos centros recibieran subvenciones ya aprobadas. Como resultado, algunos centros cerraron o se fusionaron en estados como Virginia.

Los próximos recortes también llegarán justo cuando los pacientes enfrenten nuevas demandas y desafíos. Entre los cambios en Medicaid incluidos en la ley fiscal y de gasto del presidente Donald Trump se encuentra el requisito de que los beneficiarios reporten sus horas de trabajo u otras actividades comunitarias para poder conservar su cobertura.

Mientras tanto, los subsidios más generosos que la administración Biden y el Congreso habían aprobado para ayudar a los consumidores a pagar los planes médicos adquiridos en los mercados de seguros bajo la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA) están programados para expirar a fin de año.

Si el Congreso no los renueva, algunos costos de los consumidores aumentarán dramáticamente.

Una de las razones del cierre del gobierno es que los demócratas quieren extender esos subsidios, que protegen a los consumidores del aumento en los costos del seguro. El proyecto de ley de financiación de los republicanos no incluía la extensión; los líderes republicanos en el Congreso dicen que ese tema debe tratarse por separado.

“Los consumidores van a necesitar más apoyo que nunca”, dijo Jacobs, quien advirtió que los recortes a Medicaid y el fin de los subsidios mejorados podrían “dejar a muchas personas sin cobertura”.

El 90% de los pacientes de los centros comunitarios de salud tienen ingresos del doble del nivel federal de pobreza o menos, y el 40% son hispanos.

“Estamos recibiendo 300 llamadas por día de pacientes preocupados por su cobertura”, comentó Mangia, de St. John’s.

Los republicanos no están atacando directamente a los centros, aunque sí respaldaron los recortes a Medicaid que afectarán sus finanzas. Muchos argumentan que el gasto en Medicaid se ha disparado y que reducir su crecimiento hará que el programa sea más sostenible.

Apoyo estatal y local

Mientras abogan por un financiamiento federal más estable, los centros también están buscando el respaldo de sus comunidades y gobiernos locales.

Algunos estados ya tomaron medidas al finalizar sus presupuestos anuales. Connecticut, Minnesota, Illinois y Massachusetts asignaron fondos a los centros. Maryland, Oregon y Wisconsin también ofrecieron apoyo.

La pregunta del millón es cuánto tiempo durará ese dinero.

Mientras algunos estados aumentaron su apoyo a los centros, otros están tomando la dirección contraria. Anticipando el impacto de los recortes a Medicaid, estados como California hicieron sus propios recortes al programa.

La oficina del gobernador de California, Gavin Newsom, así como la Administración de Recursos y Servicios de Salud federal, no respondieron a las solicitudes de comentarios.

En Los Ángeles, Mangia dijo que una posible solución es trabajar con aliados a nivel del condado, y señaló que el condado de Los Ángeles tiene unos 10 millones de habitantes.

“Podemos imponernos un impuesto para aumentar el financiamiento de los servicios de salud”, dijo.

Los líderes de los centros están formando una coalición que, “esperan”, incluya a los principales actores del sistema de salud del condado: centros comunitarios, clínicas, hospitales, médicos, planes de salud, sindicatos. El objetivo: iniciar el proceso para presentar una iniciativa ciudadana que permita a los votantes decidir si quieren aprobar un impuesto destinado a financiar a los centros de salud.

“Estamos aprendiendo que el Gobierno federal y el estatal no son confiables cuando se trata de garantizar la financiación continua de los servicios de salud”, dijo Mangia.

Publicada originalmente el 3 de octubre, 2025 en KFF

KFF Health News es una redacción nacional que produce periodismo en profundidad sobre temas de salud y es uno de los principales programas operativos de KFF, la fuente independiente de investigación de políticas de salud, encuestas y noticias.

Filadelfia pierde sabor: el “hasta luego” de Cantina La Martina alerta a la gastronomía local

Dionicio Jiménez, migrante originario de México, fue nominado para el Premio James Beard 2023 al Mejor Chef de la región del Atlántico Medio. (Foto: Cortesia)

Aún no terminamos de digerir la noticia del cierre total de Iron Hill Brewery —una cadena que se declaró en bancarrota con más de $20 millones en deudas y apenas $125,000 en efectivo— cuando nos sorprende otro golpe: el anuncio  de Cantina La Martina,Brazas BBQ Chicken y otros restaurantes locales.

La escena gastronómica de Filadelfia y sus alrededores atraviesa un momento complejo. Con especial pesar se recibió la noticia del cierre de Cantina La Martina en su actual ubicación que se había convertido en un símbolo de la resistencia y resiliencia de un restaurante mexicano de alta cocina, ubicado en Kensington y liderado por el reconocido chef Dionicio Jiménez. Tras casi cuatro años de operación, el restaurante anunció que su último día será el próximo 2 de noviembre.

En su comunicado, los propietarios explicaron que el espacio se volvió “financiera y logísticamente insostenible”, citando tanto las condiciones del vecindario como los retos operativos. Aunque planean buscar una nueva ubicación, el cierre en Kensington simboliza los obstáculos concretos que enfrentan muchos restaurantes hoy en día.

La decisión de no renovar el contrato fue meditada: el local ya no podía sostener los costos fijos frente a ingresos cada vez más variables. Además, como es bien sabido, el vecindario de Kensington continúa enfrentando desafíos significativos. En una publicación del Inquirer,  refieren que los propietarios señalaron que la inseguridad, los problemas urbanos y la logística impredecible del área añaden una carga extra a la operación diaria. Un restaurante necesita atraer clientes, pero también debe ofrecer un entorno seguro y cómodo, especialmente en horarios nocturnos.

A esto se suma el aumento en los costos operativos: inflación en insumos, alzas en servicios, transporte y presión sobre la cadena de suministro. Aunque estos factores no siempre se reportan de forma específica, terminan afectando profundamente cualquier negocio gastronómico.

El cierre de restaurantes no solo representa pérdidas económicas para propietarios y empleados, sino también una merma en la visibilidad cultural y social de las comunidades. Espacios como Cantina La Martina se convirtieron en puntos de encuentro, celebración y difusión de la gastronomía, además de ser una referencia en la ciudad del amor fraternal.

Cuando un restaurante cierra, también se cierran oportunidades de empleo, se afecta a proveedores locales, se pierde interacción cultural y se empobrece el paisaje urbano. Se reduce la diversidad culinaria que distingue a Filadelfia, y con ello, se apagan sabores, historias y memorias que daban vida a la ciudad. Ojalá que pare la cadenita.

Providence Center: liderazgo femenino y estrategia para un futuro sostenible

Adolescentes que participaron en la Academia de Liderazgo de Verano del Providence Center (Foto: Cortesía/Providence Center)

Hace más de 32 años, dos hermanas voluntarias fundaron el Providence Center con una visión clara: escuchar a la comunidad y ofrecer respuestas reales a sus necesidades. Lo que inició como un pequeño proyecto local creció hasta convertirse en una organización sólida, dedicada a complementar los servicios escolares y brindar a niños, jóvenes y adultos un espacio seguro para aprender y desarrollarse.

Un proceso de transformación desde adentro

Con más de tres décadas de servicio a la comunidad del norte de Filadelfia, el Providence Center continúa evolucionando bajo el liderazgo de Siria Rivera, su directora ejecutiva. Durante los últimos años, la organización ha atravesado un proceso de renovación estructural que ha fortalecido su equipo, su misión y su proyección hacia el futuro.

Siria Rivera, M.Ed., Providence Center. (Foto: Cortesía/Providence Center)

Rivera explica que, junto a su equipo de liderazgo Shannon McGill y Carolann Torres el Providence Center emprendió por primera vez un plan estratégico integral.

Shannon McGill, directora de Operaciones y Cumplimiento del Providence Center. (Foto: Cortesía/ Providence Center)


“Fue un no brainer”, comenta. “Sabíamos que era necesario modernizar nuestra estructura sin perder la esencia, manteniendo lo que funcionaba, pero preparándonos para crecer y evolucionar”.

El proceso, desarrollado durante los últimos doce meses, implicó una reorganización interna que redefinió roles y otorgó mayor autonomía a líderes clave. “Antes, algunas decisiones se tomaban sin incluir todas las voces. Ahora, Shannon y Carolann tienen la responsabilidad y la libertad de desarrollar los talentos que ya poseen”, explica Rivera.

Carolann Torres, directora de Finanzas y Subvenciones del Providence Center. (Foto: Cortesía/Providence Center)

Liderazgo con propósito

Dentro del nuevo equipo directivo, Shannon McGill ocupa el cargo de directora de Operaciones y Cumplimiento. Su misión principal es inspirar a los adolescentes a descubrir su propio camino: “Queremos que imaginen nuevas posibilidades, que amplíen su horizonte y vean lo que pueden lograr”, señala.

Adultos participando en una clase de inglés del programa. (Foto: Cortesía Providence Center)

Programas que transforman vidas

El Providence Center ofrece diversos programas diseñados para fortalecer el desarrollo académico, emocional y social de los participantes:

  • Después de Clases: Apoyo académico y recreativo para estudiantes de kínder a octavo grado.
  • Líderes Juveniles: Estudiantes de secundaria que actúan como mentores y promueven el liderazgo comunitario.
  • Academia de Verano (C2L PHL): Para jóvenes de secundaria, enfocada en salud mental, finanzas y preparación para la vida.
Adolescente participando en una clase de yoga. (Foto: Cortesía/Providence Center)

Finanzas con visión y compromiso

Mientras tanto, Carolann Torres, directora de Finanzas y Subvenciones, ha sido pieza clave en la estabilidad y sostenibilidad del Providence Center. Con más de cinco años de experiencia dentro de la organización, Torres combina la estrategia financiera con una profunda vocación de servicio: “Trabajo junto a Siria Rivera en todo el proceso de subvenciones: desde identificar oportunidades y redactar solicitudes hasta reportar los fondos recibidos”, detalla. Además, lidera la contabilidad institucional, la preparación para auditorías y las campañas de recaudación que aseguran la continuidad de los programas comunitarios.

Entre los mayores retos que enfrenta la organización, Torres menciona los cambios en las prioridades de los donantes. “Algunos financiadores de largo plazo han modificado sus enfoques, y muchos donantes individuales están ajustando sus contribuciones debido al entorno político y económico”, señala.

Estudiantes del programa extracurricular del Providence Center. (Foto: Cortesía Providence Center)

Un espacio que transforma generaciones

La visión compartida de estas tres mujeres refleja una sinergia poderosa entre estrategia, servicio y propósito. Su trabajo demuestra que el liderazgo femenino no solo transforma instituciones, sino que también genera un impacto sostenible en las vidas de cientos de familias.

Instalaciones, manualidades y proyectos artísticos son algunas de las actividades que ofrece el programa del Providence Center. (Foto: Haydeé Rosario/Equipo Impacto)

Un mensaje a la comunidad

Con una sonrisa y un tono cercano, Carolann Torres envía un mensaje claro a la comunidad: “Estamos aquí para ayudar y apoyar. Nos encanta ser parte de esta comunidad, y nuestras puertas siempre están abiertas. Incluso si no podemos atender una necesidad específica, con gusto te conectaremos con otra organización que pueda hacerlo. Y si no necesitas nada, igual puedes pasar hay muchas formas de ser parte de la familia del Providence Center”.

Instalaciones, manualidades y proyectos artísticos son algunas de las actividades que ofrece el programa del Providence Center. (Foto: Haydeé Rosario/Equipo Impacto)

Desafíos y sostenibilidad

Uno de los mayores retos actuales, según Rivera, es la recaudación de fondos. “Sí, necesitamos recursos para continuar los programas, pero también para invertir en el futuro del edificio, mejorar los salarios y garantizar estabilidad a largo plazo”, explica.

Instalaciones, manualidades y proyectos artísticos son algunas de las actividades que ofrece el programa del Providence Center. (Foto: Haydeé Rosario/Equipo Impacto)

Crecimiento con calidad, no solo cantidad

En un contexto donde muchos programas sociales miden su éxito por el número de participantes, Rivera defiende un enfoque distinto: crecer en calidad antes que en cantidad.

“Podríamos tener 60 niños en tres salones, pero preferimos que cada uno tenga un espacio cómodo y seguro. Nuestra misión no se trata de expandirnos por presión, sino de fortalecer la calidad de nuestras operaciones y administración para luego crecer de manera sostenible”.

Instalaciones, manualidades y proyectos artísticos son algunas de las actividades que ofrece el programa del Providence Center. (Foto: Haydeé Rosario/Equipo Impacto)

El valor del talento y la visión a futuro

Finalmente, Rivera reconoce otro desafío compartido por muchas organizaciones sin fines de lucro: encontrar y retener talento humano. Sin embargo, destaca que la clave está en ofrecer oportunidades reales de crecimiento. “Shannon y Carolann se han quedado porque han tenido la oportunidad de desarrollarse profesionalmente. Y con ese crecimiento viene también una mejor compensación. Así debe funcionar el liderazgo: creando caminos para que otros también prosperen”.

Instalaciones, manualidades y proyectos artísticos son algunas de las actividades que ofrece el programa del Providence Center. (Foto: Haydeé Rosario/Equipo Impacto)

Este enfoque refleja la filosofía central del Providence Center: reconocer el potencial existente y crear espacios donde las personas puedan desarrollarse sin miedo al juicio, ya sean estudiantes, voluntarios o miembros del personal.

Instalaciones, manualidades y proyectos artísticos son algunas de las actividades que ofrece el programa del Providence Center. (Foto: Haydeé Rosario/Equipo Impacto)

Más allá de sus programas y logros institucionales, el Providence Center se ha convertido en un refugio de esperanza en el norte de Filadelfia. Bajo el liderazgo de Rivera, McGill y Torres, la organización ha logrado equilibrar la gestión administrativa con una profunda sensibilidad humana.

Para información sobre Providence Center comuníquese al 215 739-7465.

Un amanecer de letras latinas en el corazón de Filadelfia

Autor Luis Wettel presentando su libro “Cáncer en el Paraíso”. Feria Latinoamericana del Libro, Kimmel Center, 2025. (Foto: Jesus Rincon)

El pasado 4 de octubre, la comunidad hispana celebró con orgullo la 7ª Feria Latinoamericana del Libro en el Kimmel Center, uno de los espacios culturales más emblemáticos de Filadelfia. El recinto, reconocido por acoger grandes expresiones artísticas, se convirtió en el punto de encuentro de autores, artistas, diseñadores e ilustradores latinoamericanos que compartieron su talento, creatividad y pasión por la literatura.

Algunos miembros del comité organizador de la Feria Latinoamericana del Libro. De izquierda a derecha: Ana Omana, Johann Sarmiento, Norma Corrales-Martin, Ana Patricia Delgado, Leity Rodriguez, Mary Luz Marques, Arianne Bracho y Edgar Ramirez. Kimmel Center, 2025 (Foto: Jesus Rincon)

Un evento lleno de arte, música y emoción

La jornada estuvo cargada de color, música y cultura, reflejando la diversidad y la identidad de la comunidad latina. Entre los asistentes se percibían rostros de orgullo, alegría y también de nostalgia.

Uno de los momentos más emotivos fue la presentación de la organización Opera Philadelphia, que justo celebra sus 50 años en la ciudad. Su director, Anthony Roth Costanzo, consignó a la soprano Evelyn Santiago Schulz, quien deslumbró al público con su voz angelical al interpretar los clásicos “Bésame Mucho” y “Mi Viejo San Juan”. Sus interpretaciones despertaron lágrimas entre los presentes, especialmente entre autores que evocaron recuerdos de sus tierras natales.

Autora Janint Mendoza Young presentando su libro “De Guadalajara a Nueva York”. Feria Latinoamericana del Libro, Kimmel Center, 2025. (Foto: Jesus Rincon)
 

La literatura como puente y celebración

La música, al igual que la literatura, tiene el poder de unir, emocionar y transportar. Durante la feria, se escucharon las voces de poetas consagrados y de nuevos escritores que se atrevieron a presentar por primera vez sus obras. El ambiente respiraba una convicción compartida: mientras haya creatividad, habrá vida, arte y razones para leer, cantar y soñar.

El orador principal fue Edgar Gómez, autor de origen nicaragüense-puertorriqueño nacido en Florida, ganador del American Book Award, el Stonewall Israel Fishman Nonfiction Book Honor Award y el Lambda Literary Award. Gómez presentó su segundo libro, Alligator Tears (Lágrimas de cocodrilo), una autobiografía donde narra su infancia marcada por la escasez económica y la fortaleza de una madre soltera. Su testimonio, cargado de autenticidad y sensibilidad, resonó profundamente entre los asistentes.

Casa de Venezuela auspiciando autoras venezolanas en la Feria Latinoamericana del Libro, Kimmel Center, 2025. (Foto: Jesus Rincon)
 

Autores de todo el país y nuevas generaciones

La feria también fue escenario para autores provenientes de distintos estados como Indiana, Washington D.C., Albany, Texas, Nueva York e incluso Florida. Entre ellos, destacaron las tres autoras venezolanas del libro “Mujeres Indetenibles”, que aborda la resiliencia de mujeres inmigrantes; el escritor Luis Wettel, con su obra “Cáncer en el Paraíso”, una reflexión sobre la caída de su país bajo la dictadura; y Clara Elena García, autora paraguaya radicada en Albany, cuyo libro “Juego de Palabras” y su innovadora línea de productos inspirados en la obra cautivaron al público.

¡México país de honor! Feria Latinoamericana del Libro, Kimmel Center, 2025. (Foto: Jesus Rincon)

Leer siempre será la respuesta

La Feria Latinoamericana del Libro de Filadelfia reafirmó, una vez más, el papel esencial de la literatura y las artes como puentes entre culturas y generaciones. Fue un sábado distinto: un día lleno de letras, música y emoción latina.

Porque, al final, leer o no leer… la respuesta siempre será leer.

Acceso digital como herramienta de conexión comunitaria, reduciendo la brecha digital en Filadelfia

Tener acceso al mundo digital significa poder conectarse con tus comunidades, ya sea en Estados Unidos o fuera de él. Esto es especialmente importante para las personas que han migrado a Filadelfia y desean mantenerse en contacto con sus seres queridos en su país de origen. Los miembros de la comunidad pueden seguir celebrando cumpleaños, aniversarios y días festivos con sus seres queridos a través de mensajes de texto, llamadas o videollamadas. Sin embargo, para hacer esto se necesitan habilidades digitales: saber cómo encender una computadora, unirse a una llamada virtual y activar la cámara y el micrófono.

El acceso digital también implica tener acceso a información local y global. Por ejemplo, mantenerse informado sobre el clima severo, cierres públicos o cambios en los horarios del transporte requiere un dispositivo digital con conexión a internet.

La televisión puede ser una fuente de noticias, pero está limitada al hogar y a la programación disponible. Si alguien desea información sobre una región específica o de una fuente de noticias en particular, es posible que su proveedor de cable no lo ofrezca.

Además, las personas pueden encontrar recursos y organizaciones locales en su comunidad a través de internet, como sitios de distribución de alimentos, eventos comunitarios y capacitaciones laborales. Para esto, también se necesita saber cómo usar un navegador web, un mouse y teclado, o una pantalla táctil.

Es importante destacar que los espacios digitales también pueden ser una fuente de alegría. Son lugares donde se puede acceder a comunidades virtuales con personas que comparten intereses y pasatiempos. Por ejemplo, se pueden unir a grupos en línea de personas que están aprendiendo a coser, cultivar jardines o crear arte digital. Para quienes tienen discapacidades, estos espacios pueden ofrecer una forma segura de participar en reuniones desde casa. Abren un mundo de intercambio de conocimientos y conexiones humanas.

Pero antes de que cualquiera de estas actividades digitales pueda ocurrir, las personas necesitan un dispositivo—ya sea un teléfono, computadora o tableta—y acceso a internet. En Esperanza, el equipo de Hope Digital Skills reconoce la importancia del acceso digital y trabaja para conectar a las personas con las herramientas que necesitan. A través del programa, los clientes que cumplen con los requisitos de elegibilidad reciben una computadora portátil gratuita. Además, gracias a la iniciativa PHLConnectED de la ciudad, Hope Digital Skills es un centro de distribución donde los estudiantes elegibles pueden recibir un punto de acceso gratuito por seis meses.

También entendemos que el costo de las clases de computación puede ser una barrera, por eso nuestro programa ofrece clases gratuitas para estudiantes de todos los niveles. Creemos en encontrarnos con las personas en el punto donde se encuentran en su camino digital, por eso ofrecemos cursos para principiantes diseñados para introducir a los estudiantes en los conceptos básicos de la computación. Algunas personas nunca han usado una computadora, así que el modelo de clases grupales crea una comunidad de aprendizaje donde se comparten experiencias y se brinda apoyo mutuo en un ambiente cómodo. Además, las clases de Hope Digital Skills se ofrecen en inglés y español para superar la barrera del idioma.

Finalmente, esperamos que, a través de este programa, las personas se sientan más conectadas, seguras y cómodas usando la tecnología.

Para más información, puede comunicarse al 215-297-4641 o escribir al digitalskills@esperanza.us También está disponible el número de WhatsApp +1 (267) 961-1382 para consultas o asistencia adicional.

Liderazgo asiático en Filadelfia se moviliza frente a la propaganda antiinmigrante

Participantes con los emblemáticos dragones chinos. (Foto: Leticia Roa Nixon)

La organización Asiáticos Americanos Unidos, conocida por su acrónimo en inglés AAU, fue fundada en 1985 en Filadelfia por un pequeño grupo de voluntarios que buscaban crear una respuesta organizada ante problemas como la violencia contra los asiáticos, las condiciones de vivienda por debajo de los estándares y la falta de servicios educativos para personas que no hablan inglés. Desde entonces, este colectivo ha fortalecido el liderazgo juvenil para concientizar a su comunidad sobre los derechos de los inmigrantes, la importancia del voto, así como la preservación de las artes folclóricas y la cultura de las diversas comunidades asiáticas.

El pasado 4 de octubre, integrantes de AAU participaron en el “30º Festival de Mediados de Verano”, celebrado frente a la icónica puerta del Barrio Chino de Filadelfia. Al finalizar el evento, lideraron una marcha hacia la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), ubicada en el número 108 de la calle 8 norte, para protestar contra las políticas migratorias actuales que, según denunciaron, están aterrorizando a los inmigrantes indocumentados.

Una integrante de AAU citó ejemplos de detenciones arbitrarias que han separado a familias, y afirmó: “Esto prueba lo que siempre hemos sabido: la propaganda de que ICE solo detiene a criminales es una mentira diseñada para dividirnos, justificar el secuestro de nuestra gente y normalizar la violencia”.

El Rev. John Bergen y Erika Guadalupe Núñez, destacados líderes. (Foto: Leticia Roa Nixon)

Por su parte, el reverendo John Bergen, de la Iglesia Menonita de Germantown y miembro de la organización Nuevo Movimiento Santuario, expresó: “Esta noche, en esta calle, Dios está con nosotros mientras realizamos esta acción. Yo sirvo a un Dios que no reside en lugares de poder y opresión, sino que tiene su hogar aquí, en la calle, con el pueblo que lucha por construir sus vecindarios”.

Participantes con los emblemáticos dragones chinos. (Foto: Leticia Roa Nixon)

La directora ejecutiva de la organización Juntos, Erika Guadalupe Núñez, comentó: “Nos sentimos honrados de celebrar en comunidad y solidaridad lo que nos une: el amor por nuestra gente, nuestras tradiciones y nuestra cultura. Pero también me recuerda los desafíos que enfrentamos colectivamente como pueblo”. Señaló que ICE está secuestrando a inmigrantes sin el debido proceso, deteniendo a personas cuando se dirigen a sus trabajos o a los tribunales para sus comparecencias, “mientras los funcionarios públicos de la ciudad permanecen en silencio”.

El liderazgo juvenil de AAU es un buen ejemplo de activismo. (Foto: Leticia Roa Nixon)

Una representante de la organización VietLead, que desde hace nueve años trabaja con comunidades vietnamitas y del sudeste asiático, puntualizó que Sereyrath «One» Van, inmigrante camboyano detenido por ICE en agosto de 2024, lleva un año en el Centro de Procesamiento Moshannon Valley, mientras sus abogados continúan luchando por su libertad.

Este contenido forma parte de Every Voice, Every Vote, un proyecto colaborativo gestionado por The Lenfest Institute for Journalism. El apoyo principal para Every Voice, Every Vote en 2024 y 2025 es proporcionado por la William Penn Foundation, con financiamiento adicional de The Lenfest Institute for Journalism, Comcast NBCUniversal, The John S. and James L. Knight Foundation, Henry L. Kimelman Family Foundation, Judy and Peter Leone, Arctos Foundation, Wyncote Foundation, 25th Century Foundation y Dolfinger-McMahon Foundation. Para obtener más información sobre el proyecto y ver la lista completa de patrocinadores, visita Every Voice, Every Vote . El contenido editorial se crea de manera independiente a los donantes del proyecto.

“¡Quien lo vive es quien lo goza!”: Maribel Egea García muestra el arte de “cumbiar” sin fronteras en Filadelfia

Maribel Egea García, directora de Son Colombia Las Américas (Foto: Virginia Esteban–Somalo)

Dentro de la serie “Noches de Bohemia” ofrecida en el Teatro Esperanza, el 17 de octubre se ofrecerá el espectáculo “El Carnaval de Barranquilla y la Cumbia Colombiana”.

Con el fin de aprender más sobre este genuino carnaval y sobre el baile de la cumbia, hablamos con Maribel Egea García, directora de Son Colombia Las Américas a cuyo cargo correrá esta presentación. Egea, a la vez que nos descubrió el icónico baile colombiano (patrimonio cultural de Colombia), nos mostró su alma, el de una colombiana que al llegar a Estados Unidos trajo en su maleta y en su corazón sus raíces culturales y su danza.

Nacida en una familia enfocada en la cultura y el arte (sus tíos son poetas, escritores, pintores, músicos…), sus padres bailaban de forma espontánea los ritmos populares; además Ligia, su madre amaba el Carnaval de Barranquilla y se lo inculcó a sus hijos, disfrazándolos y haciéndolos participar desde niños en los eventos del carnaval.

Maribel Egea García desfilando con Las Tres Colombias en la Gran Parada de Tradición en el Carnaval de Barranquilla (Foto: Cortesía/Maribel Egea García)

Dedicada durante más de cuarenta años en su país natal Colombia a la promoción, conservación y divulgación del patrimonio cultural colombiano, Egea se inició como bailarina de folklore en la Escuela de Danza Folklórica de Barranquilla dirigida por el maestro Carlos Franco Medina. Su formación académica se completa con estudios en ballet, danza moderna y contemporánea con otros maestros.

Convertida ella misma en maestra de danza en Educación Superior, ejerció durante más de veinte años, dirigiendo a grupos en los eventos centrales del Carnaval de Barranquilla (Batalla de Flores, Gran Parada…), muestras artísticas a nivel nacional e internacional. y proyectos de mejora y desarrollo participativo de grupos en el Carnaval de Barranquilla. Ha representado a Colombia por todo el mundo a través de la danza folklórica.

Carnaval de Barranquilla. (Foto: Cortesía/Maribel Egea García)

“En la actualidad dirijo la cumbiamba Las Tres Colombia, y la corporación Folkcarnava. También Son Colombia Las Américas LLC”.

Esta gestora de la cultura tiene como objetivo “unir fronteras entre todo el continente americano a través de la integración cultural”. Para ello transmite su saber sobre la música folklórica y danzas colombianas a través de conferencias, talleres y presentaciones. Con este fin creó la presentación “Cumbiaré sin fronteras”, para que otros también aprendiesen y disfrutasen la cumbia colombiana “y para la creación de la gran cumbiamba internacional Las Tres Colombia para mostrar al mundo y en el Carnaval de Barranquilla”.

La maestra Egea enseña que la cumbia es “un grito de identidad que se expresa con el alma”, y añade “al bailar la cumbia, grito mi identidad, soy europea, africana e indígena, me identifico con mi país Colombia, mi Caribe colombiano y mi ciudad Barranquilla, y por supuesto con nuestro carnaval”.

Carnaval de Barranquilla. (Foto: Cortesía/Maribel Egea García)

Confluyen en el baile de la cumbia tres culturas (española, africana e indígena), algo que queda representado en los símbolos y signos en él contenidos (vestuario, rueda giratoria en sentido contrario a las manecillas del reloj, parafernalia, movimientos y pasos enraizados a la tierra arrastrando los pies sin levantar del suelo).

“Es un arte de origen ancestral, reflejado en el uso del fuego en las velas encendidas, la circular ida en la coreografía, el ritmo y la fuerza que imponen los bailadores en su ejecución, y que transmite la alegría y el goce en la conexión con la música que proviene de los instrumentos típicos elaborados a mano por artesanos (llamador, tambor alegre, tambora, maracas y guache además de la flauta de millo, o gaita)”.

Los ojos de Egea brillan al explicarnos que dentro de esta presentación se compartirá una muestra de lo que es el Carnaval de Barranquilla, incluyendo una danza tradicional llamada cumbiamba, ejecutada por grupos de parejas que simulan cortejo, coqueteo y enamoramiento. “El hombre invita a la mujer a bailar con un manojo de velas que le ofrece, mientras ella esquiva, coqueta, se aleja moviendo sus caderas, para después regresar con intención de aceptar la invitación”.

Presentación en Filadelfia, Feria del Barrio 2025. (Foto: Cortesía/Maribel Egea García)

El Carnaval de Barranquilla es un espacio cultural y festivo declarado por la UNESCO como “Obra Maestra del Patrimonio Cultural Oral e Inmaterial de la Humanidad”. Tiene una existencia de más de 150 años y convergen en él danzas tradicionales, comparsas, disfraces, danzas de relación y especiales, letanías, comedias, música, y artesanías. “Haremos que el público lo conozca lo viva y lo goce” señala la directora de Son Colombia Las Américas.

“Es un espacio de goce, disfrute y jolgorio para olvidar las penas y entregarse durante cuatro días en cuerpo y alma a la celebración en éxtasis, donde lo prohibido no existe, y lo establecido en las normas, se rompe”, señala esta apasionada del folklore colombiano.

Maribel Egea García desfilando con Las Tres Colombia en la Gran Parada de Tradición en el Carnaval de Barranquilla. (Foto: Cortesía/Maribel Egea García)

Pero además “mediante una charla, haremos un recorrido por sus orígenes y ubicación geográfica, un relato cargado de colores vibrantes, personajes y ritmos contagiosos, habrá. danza y fiesta y el alma de la celebración será nuestra cumbia colombiana que abre fronteras”.

Si bien habrá una muestra artística del baile en pareja, se pasará a continuación a la rueda de cumbia donde todos los asistentes podrán participar.

También se hablará de algunos disfraces tradicionales del carnaval y máscaras “que son la esencia de este patrimonio donde el disfraz se vive y se goza”.

No faltarán muestras de gastronomía colombiana, artesanías y sorpresas para que el público disfrute, se contagie y participe del Carnaval de Barranquilla en Filadelfia.

“Todos quedan invitados”, se despide Egea, antes de volver a los ensayos de la presentación.  

El Teatro Esperanza se encuentra en el 4261 N 5th st, Filadelfia, PA 19140.

Borrando la pizarra: una lección para cada mañana

(Foto: Ilustrativa/Pexels/cottonbro studio

Hace años, cuando estaba en la universidad, llegué temprano a una clase y vi que en la pizarra todavía estaba escrito el material del día anterior. Me quedé mirándolo hasta que el profesor entró, nos saludó y, sin pensarlo mucho, borró todo para empezar con la lección del día. En ese momento no le di mucha importancia. Pero décadas después, mientras escribía el discurso para la boda de mi hija menor, ese recuerdo volvió a mi mente. Y entendí lo poderoso que es el acto de “borrar la pizarra”.

Piensa en todos esos años que pasamos en la escuela. Cada mañana, la maestra o el maestro borraba la pizarra. No porque la lección del día anterior no tuviera valor, sino porque había que hacer espacio para lo nuevo. Esa clase ya se había dado—y si estábamos pendientes, ya habíamos aprendido algo—pero el simple hecho de borrar la pizarra significaba renovación. Era un nuevo día, una nueva oportunidad de aprender, siempre construyendo sobre lo que vino antes.

Así mismo pienso que debemos vivir la vida. Cada mañana, al despertarnos, debemos imaginar que borramos nuestra pizarra. Las lecciones de ayer—sean buenas o malas—ya forman parte de nuestra historia. Aferrarnos demasiado a ellas no nos deja crecer. Pero al limpiar la pizarra nos damos permiso de abrirnos al nuevo día: a ideas frescas, nuevas experiencias y sí, también a nuevos errores.

Claro, los errores son parte del proceso. De hecho, las lecciones más grandes casi siempre vienen de esos fracasos. Nos duelen en el momento, pero dejan huellas profundas en nuestro “libreta de vida”. Por eso borrar la pizarra no significa olvidar el pasado; significa cargar con la sabiduría que ganamos, mientras nos damos el chance de volver a empezar.

El Dr. Joe Dispenza (www.drjoedispenza.com), autor de Deja de ser tú, habla mucho de esto. Él recomienda dedicar unos minutos cada mañana a una práctica de meditación e intención: enfocarte en la gratitud, elevar tus emociones y poner intenciones claras para tu futuro. Con solo cinco minutos al día, puedes empezar a reprogramar tu mente y alinear tu interior con la realidad que quieres vivir. Es literalmente como escribir tu propia lección cada mañana: aplicando lo bueno que aprendemos y sacando provecho de nuestros errores.

Por eso, mañana cuando te levantes, imagínate frente a esa pizarra en blanco. Yo lo hago todas las mañanas con una pizarrita que tengo en mi chimenea. Respira profundo. No importa si eres joven o mayor, estudiante, padre, madre o abuelo. La vida siempre nos seguirá enseñando, mientras nosotros sigamos dispuestos a aprender.

Mi deseo es que todos abracemos ese pequeño acto de renovación. Borra la pizarra. Haz espacio para el perdón, la curiosidad y el crecimiento. Empieza el día con gratitud y la mente abierta. Y recuerda: la lección más importante siempre es la que estamos escribiendo hoy.