Unos niños asisten a una clase en la Escuela Eugenio María de Hostos en Cayey en Cayey (Puerto Rico). Fotografía de archivo. (Foto: EFE/Thais Llorca)

El 69 % de las escuelas públicas en Puerto Rico no están estructuralmente aptas para comenzar el nuevo semestre este viernes por problemas persistentes en su planta física, recogido de escombros, sellado de techos, columnas cortas y pintura.

Ese porcentaje se obtuvo por los resultados de visitas realizadas por el equipo de coordinadores de la Asociación de Maestros de Puerto Rico (AMPR) y su Local Sindical a unas 588 escuelas de las 856 en total que hay en la isla.

«El país entero está cansado de la falta de un plan articulado y estratégico y eso lo vemos en cada inicio escolar. Mientras esa sea la orden del día, seguiremos teniendo los mismos resultados», lamentó Víctor M. Bonilla Sánchez, presidente de la AMPR.

Además, en un 46,4 % de las 856 escuelas, la facultad escolar no está completa.

«Es tiempo ya de que nuestro sistema educativo experimente una transformación real que abarque mucho más que una descentralización de recursos y que los protagonistas sean el magisterio y las comunidades escolares», enfatizó el vicepresidente de la AMPR, Raúl González.

Por su parte, el secretario general de la Local Sindical, Ángel Javier Pérez Hernández, afirmó que la transformación del Departamento de Educación también debe incidir en la atención efectiva del recurso humano, que es el motor impulsor del proceso educativo.

En ese sentido, dijo que la agencia debe atender con premura el establecimiento de una escala salarial para el magisterio, la culminación de la negociación colectiva, así como la puesta en marcha con agilidad de la revisión de los casos pendientes de la carrera magisterial y el proceso de evaluación de casos nuevos.

«Nuestros educadores llevan muchísimo tiempo esperando que se cumpla con la carrera magisterial y la agencia no ha podido elaborar un plan concreto para cumplir con este programa que la gran mayoría de nuestros docentes completó con muchísimo sacrificio», sostuvo.

«Si no queremos seguir perdiendo a nuestros mejores educadores, también debe haber reformas para garantizar que sus condiciones laborales y salariales sean las más adecuadas», precisó.

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