(Foto: EFE/MICHAEL REYNOLDS/Archivo)

Alan Covington, de 50 años, quien atacó con una barra de metal y un hacha a tres hombres en Utah porque creyó que eran mexicanos, ha sido sentenciado por crímenes de odio a 20 años de prisión, informó este martes el Departamento de Justicia.

En noviembre de 2018, Covington, irrumpió en el local de Lopez Tires, una venta de neumáticos en Salt Lake City y gritó «Vengo a matar mexicanos».

Covington primero golpeó con la barra metálica a Luis López, de 18 años, quien cayó al suelo con heridas en el rostro, después atacó al padre del adolescente y dueño del negocio, José López, de 51 años.

Luis López quedó inconsciente y en una intervención quirúrgica de tres horas se le colocó una placa de titanio en lado derecho de la cara. Su padre recibió ocho puntos de sutura en un brazo y sufrió magulladuras en la espalda.

Un hermano de José López, identificado en los medios como Ángel López, logró escapar y llamó a la policía que arrestó a Covington cerca del taller de neumáticos. José y Ángel, efectivamente son oriundos de México, y Luis es nacido en Estados Unidos.

En el juicio federal la Fiscalía argumentó que el asalto había sido un caso claro de crimen de odio en el cual un individuo atacó a miembros de un grupo étnico en particular.

Los fiscales presentaron pruebas de que Covington había ido a otro taller de automóviles dos días antes del ataque y confrontó al dueño latino gritando que iba a matar mexicanos.

Covington, según la Fiscalía, se fue del lugar cuando el propietario del taller le dijo que era venezolano.

En febrero de 2020 un jurado federal declaró culpable a Covington por tres crímenes de odio. Además de los 20 años de prisión la sentencia incluye cinco años de libertad vigilada.

«Este individuo asaltó brutalmente a una familia e intentó matar a un joven porque creyó que eran mexicanos», indicó Kristen Clarke, secretaria asistente de Justicia para Derechos Civiles.

La fiscal federal para el Distrito de Utah, Trina Higgings, señaló que las víctimas «son parte de nuestra comunidad y nadie debería temer por su seguridad debido a su raza o nacionalidad».

La defensa por su parte argumentó que Covington, que es afroamericano y había estado en prisión, padecía delusiones y no buscaba atacar a mexicanos sino a la Mafia Mexicana, una pandilla de prisiones a la cual culpaba por la muerte de su hija.

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