El precio del oro se ha duplicado en los últimos dos años, cruzando por primera vez la barrera de los $4,000. El viernes pasado, los futuros del oro treparon 5.4 por ciento, a $4,189.90, indicando una fuga hacia la seguridad, empujando al dólar de Estados Unidos al nivel más bajo en cinco décadas y remplazando al euro como la segunda moneda de reserva.
Además del uso industrial y de lujo, los bancos centrales son los principales compradores de oro. Según el Consejo Mundial del Oro basado en Londres, citado en el Wall Street Journal (10|08|25), los bancos centrales compraron 415 toneladas de oro en la primera mitad de este año. Otras compras de oro son por inversionistas privados en búsqueda de protección, o mayor diversificación, incluso especulación.
Sin embargo, como recuerda el inversionista Warren Buffett, el Oráculo de Omaha, “si Usted posee una onza de oro por una eternidad, al final todavía poseerá una onza de oro.” En otras palabras, el oro no genera ingreso. Por ende, el principal incentivo para poseer oro es conseguir protección, sobre todo en tiempos inciertos como los de ahora. Las guerras en Europa y en el Medio Oriente, la guerra comercial entre China y Estados Unidos, la preocupación reciente por las pérdidas crediticias en un par de bancos regionales de Estados Unidos, además del retorno de la volatilidad que está espantando a los mercados, todos están motivando la búsqueda de seguridad en medio de la creciente turbulencia.
*Analista y consultor internacional, ex-director de la Oficina de la CEPAL en Washington. Comentarista de economía y finanzas de CNN en Español TV y radio, TELEMUNDO, UNIVISION y otros medios.






