La ex primera dama Rosalynn Carter durante una conferencia de prensa en un proyecto de Habitat for Humanity, el 7 de octubre de 2019, en Nashville, Tennessee. (AP Foto/Mark Humphrey, Archivo)

La ex primera dama Rosalynn Carter, la consejera más cercana de Jimmy Carter durante su único mandato como presidente de Estados Unidos y sus cuatro décadas subsiguientes como humanitarios mundiales, falleció el domingo. Tenía 96 años.

El Centro Carter informó en un comunicado que Rosalynn Carter murió después de vivir durante varios meses con demencia y sufrir quebrantos de salud. El comunicado agregó que “murió pacíficamente, con familia a su lado” a las 2:10 de la tarde en su hogar en la comunidad rural Plains, en el sur de Georgia.

“Rosalynn fue mi socia igualitaria en todo lo que logré”, afirmó Jimmy Carter en el comunicado. “Me dio consejos sabios y aliento cuando lo necesitaba. Mientras Rosalynn estuvo en el mundo, siempre supe que alguien me amaba y me apoyaba”.

El presidente Joe Biden se refirió a los Carter como “una familia increíble porque le dieron mucha gracia a la Casa Blanca”.

“Él tenía una gran integridad y todavía la tiene. Y ella también”, declaró Biden a los periodistas cuando abordaba el Air Force One al abandonar Norfolk, Virginia, el domingo por la noche. “Dios los bendiga”.

Biden dijo que habló con la familia y le dijeron que Jimmy Carter estaba rodeado de sus hijos y nietos.

Posteriormente, la Casa Blanca dio a conocer un comunicado del presidente y la primera dama Jill Biden, en que dijeron que Carter inspiró a la nación.

“Ella fue una defensora de la igualdad de derechos y oportunidades para mujeres y niñas; una defensora de la salud mental y el bienestar de todas las personas; y una partidaria de los cuidadores de nuestros niños, seres queridos mayores y personas con discapacidades, a menudo invisibles y no compensados”, se lee en el comunicado.

Los Carter estuvieron casados más de 77 años, forjando lo que ambos describieron como una “sociedad completa”. A diferencia de muchas primeras damas previas, Rosalynn estaba presente en las reuniones de gabinete, expresaba su opinión sobre temas polémicos y representaba a su esposo en viajes en el extranjero. Asistentes del presidente Carter con frecuencia se referían a ella en privado como la “copresidenta”.

“Rosalynn es mi mejor amiga… una extensión perfecta de mí, probablemente la persona más influyente en mi vida”, dijo Jimmy Carter a sus asistentes durante sus años en la Casa Blanca, de 1977 a 1981.

La exprimera dama de EE. UU. Rosalynn Carter junto a su esposo el expresidente Jimmy Carter celebran su 75 aniversario de bodas en Plains, Georgia, el 10 de julio de 2021. (Foto: VOA)

El expresidente, ahora de 99 años, sigue en la residencia de la familia en Plains después de ingresar en cuidados paliativos en febrero.

Extremadamente leal y compasiva, así como políticamente astuta, Rosalynn Carter se enorgullecía de ser una primera dama activista, y nadie dudaba de su influencia tras bambalinas. Cuando se dio a conocer su participación en una muy publicitada reestructuración del gabinete, se vio obligada a declarar públicamente: “Yo no dirijo el gobierno”.

Muchos colaboradores presidenciales insistían que tenía mejores instintos políticos que su esposo. Con frecuencia pedían su apoyo para un proyecto antes de discutirlo con el presidente. Su voluntad de hierro contrastaba con su comportamiento aparentemente tímido y su suave acento sureño, inspirando a los reporteros de Washington a llamarla “la Magnolia de Acero”.

Los dos Carter reconocieron años después que Rosalynn siempre fue la más política de los dos. Tras la aplastante derrota de Jimmy Carter en 1980, fue ella, y no el expresidente, quien contempló un regreso inverosímil y, años después, confesó que extrañaba su vida en Washington.

Jimmy Carter confiaba tanto en ella que en 1977, apenas meses después de iniciar su mandato, la envió en una misión a Latinoamérica para informarles a los dictadores que hablaba en serio cuando dijo que negaría apoyo militar y de otro tipo a quienes violen los derechos humanos.

También tuvo mucha influencia en el estilo de la Casa Blanca durante el gobierno de su marido. Los Carter no servían licor en funciones públicas, aunque Rosalynn permitía vino estadounidense. Hubo menos veladas de bailes de salón y más bailes típicos y días de campo.

A lo largo de la carrera política de su esposo, ella eligió la salud mental y los problemas que enfrentan los adultos mayores como su énfasis político característico. Cuando los medios no cubrieron esos esfuerzos tanto como ella creía que era necesario, criticó a los periodistas por escribir sólo sobre “temas sexys”.

Como presidenta honoraria de la Comisión Presidencial sobre Salud Mental, testificó una vez ante un subcomité del Senado, convirtiéndose en la primera primera dama desde Eleanor Roosevelt en dirigirse a un panel del Congreso. Regresó a Washington en 2007 para presionar al Congreso para que mejorara la cobertura de salud mental y dijo: “Hemos estado trabajando en esto durante tanto tiempo que finalmente parece estar a nuestro alcance”.

Dijo que se comenzó a interesar en la salud mental durante las campañas de su esposo para gobernador de Georgia.

“Solía llegar a casa y decirle a Jimmy. ¿Por qué las personas me cuentan sus problemas? Y él comentaba: Porque tal vez tú seas la única persona que vean en su vida que pueda ser cercana a alguien que puede ayudarlos», explicó.

Después que Ronald Reagan ganó las elecciones de 1980, Rosalynn Carter lució más devastada que su esposo. En un principio no tenía mucho interés en regresar al pequeño poblado de Plains, donde ambos nacieron, se casaron y pasaron la mayor parte de sus vidas.

“Tenía mis dudas, no estaba del todo segura de que pudiera ser feliz aquí luego del resplandor de la Casa Blanca y los años de estimulantes batallas políticas”, escribió en su autobiografía de 1984 “First Lady from Plains”. Pero “poco a poco redescubrí la satisfacción de una vida que habíamos dejado hace mucho”.

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