Manifestantes en contra del resultado de las elecciones (EFE)

Se habla mucho del sexo y de la raza. De los jóvenes y de los mayores. De los religiosos y los ateos. Todos ellos son factores importantes para predecir cómo se comportará un votante en EE. UU., pero 2020 confirmó que el verdadero terremoto de estos últimos años ha sido la educación.

Joe Biden, presidente electo, ha ganado entre las mujeres, las minorías raciales, los jóvenes, los urbanitas, los solteros y la gente con ingresos más bajos, según indican las encuestas a pie de urna. Hasta aquí, todo normal: John Kerry, Barack Obama y Hillary Clinton también ganaron en todos estos grupos, y en algunos de ellos por márgenes superiores a los de Biden.

¿Dónde se produjo el cambio, pues? ¿Cuál es el grupo para el que ahora los demócratas resultan más atractivos y que ayuda a explicar la victoria de Biden? La respuesta es simple: el nivel educativo.

UN 55 % DE LOS TITULADOS APOYARON A BIDEN

Haber completado cuatro años o más de estudios universitarios es uno de los mayores condicionantes para conocer la probabilidad de que un votante opte por el Partido Demócrata hoy. Un 55 % de ellos respaldó a Biden, mientras que solo un 42 % se decantó por el actual presidente Donald Trump. Pero esto no siempre fue así.

¿Y quién está detrás de este cambio de tendencia? Todo indica que el que ha sido presidente en los últimos cuatro años ha tenido algo que ver…

En 2012, las últimas elecciones en que el Partido Republicano presentó a un candidato distinto a Trump, el conservador tradicional y miembro del «grupo de poder» Mitt Romney, estos ganaron el voto con estudios universitarios por cuatro puntos porcentuales de diferencia. En 2004, el expresidente George W. Bush se los llevó por 6 puntos.

Si saltamos a 2016, primera cita electoral de Trump, los primeros temblores ya se hacen notar: Hillary Clinton gana entre los titulados universitarios por los mismos cuatro puntos de ventaja que cuatro años antes habían sido para los republicanos. Y el pasado martes, estos cuatro puntos se dispararon a 13.

UN GRUPO QUE CRECE A GRAN VELOCIDAD

¿Y qué ventaja supone eso para los demócratas? ¿No son la gente con estudios superiores una minoría entre el total de la población?

Sí, pero cada vez menos. Según los últimos datos de la oficina del censo de EE. UU., en 2019 un 33 % de la población había completado estudios universitarios, frente al 28 % de sólo diez años antes. Si vamos más atrás, en 1999 la proporción era de en torno al 25 %.

Dentro de estos, las personas que han completado maestrías se han duplicado en 20 años, al pasar de los 10 millones del año 2000 a los 21 millones actuales. Los doctorados, por su parte, se han más que duplicado, y ya llegan a los 4,5 millones. En estos grupos el respaldo a los demócratas es todavía superior que entre el conjunto de graduados universitarios.

ECLIPSAN LOS AVANCES DE TRUMP

Trump ganó en 2016, entre otras cosas, porque logró crear una nueva coalición a la que atrajo en masa a los hombres blancos sin estudios superiores, un grupo que tradicionalmente se había abstenido o había votado demócrata por influencia de las organizaciones sindicales. En 2020, su apoyo entre este grupo se mantuvo fuerte, pero desencadenó una intensa reacción en el lado contrario, con los titulados universitarios abandonando por doquier el barco republicano. Y el problema añadido para Trump fue que, solo en los cuatro años que duró su presidencia, el peso de este grupo en el total de la población creció dos puntos porcentuales.

En febrero de 2016, tras ganar los caucus de Nevada, Trump sorprendió a todos en un mitin cuando, con su particular estilo, proclamó: «Nos hemos ganado a la gente con poca educación. ¡Amo a la gente con poca educación!». Cuatro años después, su problema ha sido que todo lo ganado por esta vía, lo ha perdido por la otra.

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