El presidente Joe Biden durante su primera visita como mandatario a la sede del Departamento de Estado de EE. UU. en Washington DC, el 4 de febrero de 2021.

WASHINGTON DC – El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, defendió este miércoles la importancia de las alianzas como «uno de los principales activos» de Washington e hizo un llamamiento a que las naciones colaboren para hacer frente a «una causa común»: los cada vez «más apremiantes» retos a los que se enfrenta el mundo.

«Debemos encarar este nuevo momento de retos globales cada vez más apremiantes; desde una pandemia, a la crisis climática o la proliferación nuclear. Retos que solo serán resueltos si las naciones trabajan juntas por una causa común”, afirmó Biden desde la sede del Departamento de Estado en el que fue su primer discurso sobre política exterior como jefe de Estado.

El presidente resaltó la importancia de “defender la democracia, dar oportunidades, hacer respetar los derechos universales y el orden de la ley, y tratar a cada persona con dignidad”, valores que, según dijo, “han estado bajo una intensa presión” en los últimos años, en clara referencia a la política aislacionista de su predecesor, el expresidente Donald Trump, Sin embargo, con el asalto al Capitolio del pasado 6 de enero como telón de fondo, el mandatario aseguró que “el pueblo estadounidense resurgirá” y estará mejor preparado para “unir al mundo en la lucha por la defensa de la democracia”. “Porque nosotros mismos tuvimos que luchar”, sentenció.

 Liderar a través la diplomacia también debe significar hacer frente a nuestros aliados y nuestros competidores”
Joe Biden, presidente de EE.UU.

“Pero liderar a través de la diplomacia también debe significar hacer frente a nuestros aliados y nuestros competidores”, acotó. “Competiremos desde una posición de fuerza, construyendo mejor en casa, trabajando con nuestros socios y aliados, renovando nuestro papel en instituciones internacionales y retomando nuestra credibilidad y nuestra autoridad moral”.

Asimismo, Biden destacó que en las dos últimas dos semanas ha conversado con «muchos» de los líderes de los principales países aliados de EE. UU. «para comenzar a restablecer los hábitos de cooperación y a reconstruir las alianzas democráticas que se atrofiaron durante cuatro años de negligencia y abusos”.

Rusia y China

No todo fueron palabras cálidas para los gobernantes extranjeros, no obstante. Biden se mostró especialmente firme con los líderes de Rusia, Vladímir Putin, y China, Xi Jinping.

«Le dejé claro al presidente Putin -de manera muy diferente a la de mi predecesor- que los días en que EE. UU. dejaba pasar las agresivas acciones rusas (…) se han acabado», afirmó, al tiempo que enumeraba algunas de estas acciones, como la injerencia del Kremlin en las elecciones estadounidenses o la reciente detención del opositor Alexei Navalny, condenado el 2 de enero a tres años y medio de prisión.

En cuanto a China, país al que se refirió como «nuestra principal competencia», Biden aseguró que Washington hará frente a sus «abusos económicos», si bien dejó la puerta abierta a futuras negociaciones. “Estamos listos para trabajar con Beijing, cuando sea en interés de los estadounidenses».

En su lista de denuncias, el mandatario también tuvo palabras dirigidas a la junta militar que se hizo con el poder en Birmania esta semana mediante un golpe de Estado que llevó a la detención el lunes de la líder de facto del país, Aung San Suu Kyi, y de otros funcionarios del partido gobernante.

Medidas concretas

A pesar de que Biden no quiso entrar en detalles sobre su estrategia en política exterior, quiso aprovechar su visita al Departamento de Estado para anunciar una serie de medidas concretas adoptadas ya por su administración.

Entre estas medidas, el jefe de Estado destacó su decisión de ordenar al Pentágono que revise la Estrategia de Defensa Nacional (NDS, por sus siglas en inglés), para “garantizar» que sus recursos se alinean con los «intereses” estadounidenses.

 Es importante que Estados Unidos dé un paso al frente y lidere”
Antony Blinken, secretario de Estado de EE.UU.

Asimismo, anunció que ha decidido suspender la retirada de tropas estadounidenses acuarteladas en Alemania, una controvertida medida adoptada por el gobierno del expresidente Trump como represalia a la -a sus ojos insuficiente- inversión en Defensa realizada por Berlín.

El secretario de Estado, Antony Blinken, también presente en la ceremonia, suscribió el mensaje de Biden y resaltó que estas medidas y esta política de alianzas «hace que el mundo sea más libre». “Es importante que Estados Unidos dé un paso al frente y lidere”, sostuvo.

EE.UU. abre sus puertas a 125.000 refugiados

Por último, Biden se refirió a la «grave crisis» de los refugiados, con más de 80 millones de personas desplazadas actualmente en todo el mundo. El presidente lamentó que, tras los cuatro años de gobierno de Trump, el sistema está «malamente dañado», pero se comprometió a reconstruirlo, algo que, según reconoció, «va a tomar tiempo». 

“El liderazgo de EE. UU. en temas de refugiados fue un punto de consenso bipartidista durante décadas, desde que llegué aquí. Iluminábamos con la lámpara de la libertad a la gente oprimida, ofrecíamos un lugar seguro a quienes huían de la violencia o de la persecución. Y nuestro ejemplo llevó a otras naciones a abrir también sus puertas», argumentó.

Por este motivo, Biden desveló que firmará un decreto para «restaurar» el programa de solicitud de asilo y aumentará el límite de refugiados aceptados anualmente por EE.UU. hasta los 125.000, muy por encima de el límite de 15.000 que instauró Trump en el último año de su presidencia.

“Estados Unidos volverá a liderar no solo con el ejemplo de nuestra fuerza, sino con la fuerza de nuestro ejemplo”, zanjó.

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