(Foto: Ilustrativa/Kindel Media)

El dolor crónico es un problema habitual en la sociedad actual. Muchas personas deben lidiar con ello, como consecuencia de una lesión, accidente o secuela de una patología o enfermedad.

En ciertos tipos de enfermedades, el dolor crónico suele limitar el día a día de la persona afectada. Sin embargo, encontrar una solución definitiva es tarea complicada, ya que cada persona sufre y expresa el dolor de una manera distinta, lo que provoca que los médicos deban tratarla de forma particular.

Como especialista en el dolor crónico relacionado con enfermedades degenerativas, derivadas del envejecimiento, he dedicado estudios al diagnóstico y prevención de cada una estas enfermedades, con la misión de aliviar las dolencias.

Con ayuda de la rehabilitación, la traumatología y la medicina natural, se busca encontrar la solución eficaz. Sin embargo, depende de cada caso.

El dolor es generado por el sistema nervioso, para señalar una parte del organismo que no funciona con plena normalidad. Puede presentarse en forma de hormigueo, pinchazo, ardor o molestias en diferentes zonas del cuerpo.

Un dolor crónico puede perdurar semanas, meses, o incluso años. Estos suelen ser provocados por lesiones o infecciones. En muchos de los casos, se deben a enfermedades como la artritis, el cáncer, el Párkinson, entre otras.

Asimismo, existen casos donde la causa no es totalmente clara. Para esto, es necesario realizar diferentes pruebas y exámenes médicos.

El efecto del dolor crónico en el día a día afecta en la emoción y carácter de las personas. El dolor persistente se asocia con episodios de irritabilidad, tristeza, cambios de humor y hasta con sentimientos de inutilidad. Del mismo modo, puede desencadenar trastornos de ansiedad o depresión.

Más allá de provocar un daño físico con el paso de los días, el dolor crónico suele provocar diferentes procesos psicológicos que, claramente, afectan a su entorno más cercano: familiares y amigos.

Un ejemplo reciente es el dolor crónico provocado por el Covid-19, que puede provocar un intenso dolor en el pecho y en las articulaciones, afectando mayormente a personas de edad avanzada.

Una vez superado el virus, el dolor en los músculos puede permanecer durante meses. De acuerdo con estudios realizados, son muchas las personas que tras este coronavirus, sufren terribles dolores en los músculos y articulaciones.

¿Qué puedo hacer en casa para mejorar naturalmente?

Lo primero sería ajustar el biorritmo biológico, llevando las horas de comida de forma programada y siguiendo la dieta 11-2-9. Luego, una hidratación a conciencia. Debes consumir a lo largo del día de 2,5 a 3,5 litros de agua mineral; tomar un suplemento de vitamina D, según pauta del laboratorio, y tomar diariamente un suplemento vitamínico mineral. Otra idea es valorar el uso de cannabidiol CBD. Todo, siempre escuchando antes la opinión de un médico.

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