Cierta vez, el Príncipe Harry dijo que “Cuando las mujeres tienen poder, mejoran inmensamente las vidas de todos los que están a su alrededor”, y no hace falta ser ultra feminista, para valorizar realmente la presencia de la mujer, por ejemplo, en la política.

De acuerdo con un reciente informe de la ONU, solamente 20 entre los 193 de sus países miembros, están liderados por mujeres, lo que no deja de ser valioso.

Tal vez el ejemplo más fuerte en cuanto a la ponderación de la mujer dentro de la globalización política mundial haya sido el de la canciller alemana Angela Merkel, quien con más logros que fracasos, ha desarrollado un liderazgo por lo que ha sido reconocida. De hecho, su influencia dentro de la Unión Europea ha sido preponderante en la materialización del Tratado de Lisboa y en el proceso de refundación de la UE tras las crisis de la pandemia por el COVID-19.

También ha sido sumamente valioso el trabajo desarrollado por las primeras mandatarias Jacinda Ardern en Nueva Zelanda, Katrin Jakobsdóttir en Islandia y Mette Frederiksen en Dinamarca. Estas mujeres han sido también reconocidas por su efectividad en el manejo de la crisis por la pandemia, algo muy significativo, si se tiene en cuenta que menos del 10% de todas las naciones del mundo están lideradas por mujeres.

La presidenta de la Unión Parlamentaria de la ONU, la mexicana Gabriela Cuevas Barrón, hace hincapié en que “liderazgo, firmeza, elocuencia y empatía por los más vulnerables, son las características que envuelven a estas mujeres líderes y que, si bien, la marcha es lenta, vislumbra un futuro prometedor, en cuanto a que cada vez será mayor el cupo femenino en los cargos decisivos de los gobiernos”. Asimismo, reconoce que “en los parlamentos y gabinetes ministeriales, el progreso es mayor.

Estados como Granada, Bangladesh, Nepal, Singapur, Etiopía, Finlandia, Barbados, Dinamarca, Eslovaquia, Estonia, Georgia, Grecia y Trinidad Tobago, tienen a una mujer en el poder, y de acuerdo con distintas encuestas y proyecciones, podrían duplicarse durante la siguiente década.

La licenciada argentina Carolina Vilches, especialista en temas de la mujer, dice que “hay que tener en claro que las mujeres no llegan al poder por un simple hecho de ‘feminismo’, sino que lo hacen por sus destacadas condiciones personales, y fruto de un trabajo de años”. Además, hay que considerar que, a nivel latinoamericano, la deuda es importante en comparación con el resto del mundo. Indudablemente, hay que trabajar mucho más para poder lograr una presencia sostenible de las mujeres en espacios y decisión.

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