El tema de las migraciones forzadas por el cambio climático se ha incluido en la agenda de la Cumbre de Ciudades de las Américas. (Foto: VOA)

La crisis ambiental tiene un impacto muy dramático sobre la población en general, porque los afecta en la economía, en la salud, en el trabajo, en sus prácticas de recreación y tiempo libre, y por lo tanto en la salud emocional, física y mental.

En los Estados Unidos esos efectos se notan más cuando se revisan por separado los efectos sobre los distintos grupos étnicos, minorías, nativos e inmigrantes. Entre estos, los hispanos se cuentan entre los habitantes más vulnerables a los estragos del cambio climático, debido principalmente a los lugares en donde viven y en donde trabajan.

Existe un cierto cliché e imagen negativa de que a los latinos no les importan mucho los temas ambientales; que estos, en general, son preocupaciones de los blancos y las clases más educadas. Sin embargo, un estudio del Fondo de Defensa Ambiental mostró que el 75% de los latinos jóvenes considera que el cambio climático es un tema de importancia prioritaria y que el gobierno debería adoptar medidas más agresivas para combatir la crisis climática.

Entre las razones para que los latinos se vean más afectados se incluye, la numerosa fuerza laboral en los campos, pues la mayoría son inmigrantes y en especial, hispanos.

El cambio climático está impactando en forma muy particular la agricultura y los campos de riego. Un estudio de la Universidad de California-Davis estimó que durante la sequía de 2015 se perdieron unos 10.000 empleos agrícolas en ese estado, los cuales son cubiertos en la gran mayoría por trabajadores hispanos, en condiciones cada vez más ríspidas y extremas.

Otro de los motivos, es que, en muchas de las grandes áreas urbanas, los latinos viven en vecindarios desventajados, donde el asfalto es menos refractario al sol ardiente de los veranos cada vez más calientes. Además, falta una mayor cobertura forestal, tanto para contrarrestar el calor como para purificar el aire.

En estas zonas con frecuencia se violan los niveles permitidos de partículas y otros contaminantes que vierten las fábricas.

En algunos estados, la falta de material divulgativo en español ha causado que a las comunidades latinas les lleguen más tarde las advertencias sobre peligros o riesgos para la salud, como sucedió en Flint, Michigan durante la crisis del agua contaminada con plomo. Allí muchas familias latinas fueron afectadas por más tiempo por el evento nocivo por no haber tenido a mano información relevante.

Las cifras del censo 2020 muestran que el 55% de los latinos del país se concentran en tres estados fuertemente golpeados por los cambios climáticos, como son California, Texas y la Florida; donde las sequías, los incendios forestales y el paso de huracanes deja una estela de destrucción y daños y que inevitablemente afectan más a los residentes más pobres y vulnerables.

Otro efecto es la calidad del aire. En Pensilvania, cerca de 1,3 millones de personas sufren de asma, y Filadelfia se encuentra entre las 12 ciudades con el aire más contaminado del país, por la gran concentración de ozono o smog.

Según la Universidad de Pittsburg, la incidencia de asma en el estado afecta a un 16% de puertorriqueños, 12% de negros y 7,7% de blancos.

Muchos latinos viven en zonas de la ciudad donde las casas son más viejas, lo que aumenta la cantidad de moho y polvo en el ambiente que agudizan las enfermedades respiratorias.

Otro agravante para la ciudad es el fenómeno de la gentrificación, que obliga a familias de bajos recursos a dejar sus viviendas y tener que desplazarse a lugares más económicos, que a menudo coinciden con zonas industriales o con otras actividades contaminantes, como los espacios de recolección de desechos.

En Impacto hemos venido publicando habitualmente la sección Impacto Verde, como un recurso de las principales noticias ambientales que afectan la región, y un recordatorio de lo prioritario que es tomar consciencia y acción, en especial en lo que  respecta a la Justicia Ambiental, que es una de las prioridades del actual gobierno federal y estatal, y que también es parte de la agenda de la próxima administración en la alcaldía de Filadelfia.

El Departamento de Protección Ambiental de Pensilvania bajo el liderazgo de su secretario Rich Negrin, hizo pública el pasado septiembre la nueva Política de Justicia Ambiental, que además de crear conciencia sobre el tema, busca facilitar mayores castigos y cargas tributarias a las empresas que contaminen el aire o el agua, y también, que reglamenta el protocolo de realizar asambleas y audiencias regulares con los vecinos para discutir temas de la salud ambiental de la zona, sobre la conveniencia o no de extender permisos ambientales a compañías con actividades potencialmente contaminantes.

Negrin, un latino de larga y diversa trayectoria es un rostro conocido en Filadelfia, está determinado a afrontar el problema ahora, consciente de que “Todo cambio climático es local”. En este especial de Impacto Verde, presentamos una serie de entrevistas de latinos que están comprometidos con luchar la buena batalla, para todos ellos es algo personal, y son ya parte del cambio que quieren ver, y buscan incentivar a que se unan a un tipo de ejército verde de guerreros ambientales.

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