El día que cumplió 53 años trabajó en la solicitud de una visa humanitaria. (Foto: suministrada)

“Mi familia es mi motor y el servicio a la comunidad es mi pasión” EM

Desde que llegó a Filadelfia a principios de 1996, Enerolina Meléndez ha estudiado y trabajado no solo para su superación personal, sino para servir a la comunidad. “Mi mamá siempre decía: ‘Estoy preparada para morir’, y al día de hoy puedo decir, con paz interior, que con lo tranquilo que está mi corazón, Dios me puede mandar a buscar. Lo digo como la persona que hace bien, que siembra y ahora está cosechando”.

Enerolina nació en la comunidad de Mamoncito, municipio de Monción, en la provincia Santiago Rodríguez, en República Dominicana. “Yo soy la número ocho de nueve hermanos, crecimos en una familia grande, pobres con muchas carencias en la parte económica, pero con personas de mucho valor moral y espiritual”.

Como mujer tienes que actuar, trabajar, poner empeño en lo que haces, valorarte y enseñar a los demás el gran papel que desempeñas en la sociedad. (Foto: Cortesía/Erenolina Meléndez)

Su madre, doña Flora, era muy querida y respetada. “Todavía el día de hoy, cuando estoy en cualquier parte de Monción, no tengo ni que decir mi nombre, solo digo: ‘Soy hija de doña Flor’ ”. De su padre, José Peralta, aprendió la cualidad de trabajar: “Era un hombre callado, reservado, pero trabajador. Para ayudarnos a nosotros, se iba fuera a cosechar café, duraba un mes y dos recogiendo café en un lugar fuera de Monción. Cuando llegaba, lo hacía lleno de lodo; llegaba con mucha hambre, llegaba flaco, pero sí traía el pan para nosotros”.

Esta quisqueyana sintió la necesidad de ayudar a su familia y ayudarse a sí misma mediante la oportunidad de superarse a escala profesional. A principios de 1996 se vino a este país y desde hace 28 años radica en Filadelfia. Como muchos migrantes inició de cero: “Empecé fregando platos en los restaurantes”. Fue acogida por la familia Herrera de Cotuí, que son como su familia. “Vine sin saber nada de inglés, solamente traje la misma maleta llena de sueños que traen todos los inmigrantes que vienen con la misma intención de progresar en este país, y poco a poco fui escalando”.

Reparto de comidas cada sábado frente al 3000 N. 6th St. (Foto: Leticia Roa Nixon)

Conoció a una familia puertorriqueña, los Meléndez, que le encontraron una escuela para aprender inglés, al tiempo que trabajaba en un restaurante desde cuatro de la tarde hasta que cerraran; llegaba a su casa a las tres de la madrugada. Al día siguiente estudiaba inglés desde las ocho de la mañana hasta las dos de la tarde en el centro de la ciudad.

Una de sus frases favoritas, que aplica en su vida, es: “Si piensas y actúas positivo, tendrás resultados positivos en todo lo que hagas”.

El 27 de febrero en el izamiento de la bandera dominicana, con Danilo Burgos y Quetcy Lozada. (Foto: Cortesía/Enerolina Meléndez).

Presidenta de la Asociación de Bodegueros Dominicanos

Desde que llegó, su vida ha estado ligada a los comercios, “como si me destino estuviera unido a las bodegas”. Su exesposo y ella eran dueños de un negocio. Al principio tenía un trabajo aparte, pero “para el 2001 me dijo: ‘Deja el trabajo que tienes y vamos a dedicarnos de lleno a la bodega’”.

En ese entonces no había tantas restricciones de parte de la ciudad y había personas que deseaban trabajar en esos establecimientos.

Todavía conserva su bodega “Rodríguez” en el 831 W. Cumberland: “Ahí crie a mis dos hijos, Elizabeth y Benito, como lo llama todo el mundo, los dos personas de bien… Ya mis nietos van a la bodega a tomar café con pan todos los días. Esa es una de mis mayores satisfacciones, poder sentarme afuera de la bodega con mis nietos en una mesa que puse para eso”.

Fue en 2001 cuando Danilo Burgos la invitó a una reunión de la Asociación de Bodegueros Dominicanos (ABD) y desde entonces es miembro. En ese entonces Danilo era el presidente hasta que incursionó en la política y es ahora el representante estatal por el Distrito 197.

La posición quedó abierta y Enerolina siguió trabajando con los bodegueros sin ningún título oficial hasta que un grupo de ellos se le acercaron y le dijeron: “Usted se merece ese cargo y más, porque usted ha dado todo por nosotros los bodegueros”.

En enero de 2023 asumió el cargo de presidenta oficial de la ABD. “Tenemos alrededor de dos mil bodegas en el área de Filadelfia y el Valle Delaware”, señaló.

La principal misión de la Asociación es que el bodeguero mantenga su establecimiento y que cumpla con los requisitos y las regulaciones que piden el estado y la ciudad de Pensilvania.

“Nosotros ayudamos a los bodegueros con cualquier documento que necesiten traducir, con cualquier carta que necesiten hacer, en fin, con todos los problemas que usted no se imagina. También apoyamos otros programas para ayudar a la comunidad”.

Los bodegueros se exponen a asaltos con armas de fuego y se han registrado asesinatos desde hace décadas. “Desafortunadamente, desde octubre de 2022 hasta ahora han matado a ocho bodegueros. El caso más reciente fue el de Irany Herrera”.

Irany, de 47 años, fue asesinado en su bodega de Filadelfia, el jueves 28 de septiembre de 2023 a las 1:57 de la tarde, por negarse a vender cigarrillos a menores de edad. Su viuda y otros familiares piden justicia contra el acusado Brown Iman, sospechoso del homicidio. La ABD contacta a los detectives si pasa un mes y no han escuchado nada, para darle seguimiento y exigir actualizaciones.

La ABD ha realizado protestas como la del 27 de septiembre de 2023, mediante la cual denunciaron abusos, violencia, crímenes y maltrato por parte de inspectores de Tabaco y Licencias. “Estamos unidos por un cambio”, expresó Enerolina en ese entonces. “Estamos aquí para exigir que la ciudad y las autoridades nos den lo que ya es ley”.

La líder resaltó que pagan impuestos y contribuyen sustancialmente a la economía de la ciudad, y que están dispuestos, inclusive, a cerrar sus negocios durante un día, como protesta por los reiterados abusos.

En su oficina de asuntos migratorios. (Foto: Leticia Roa Nixon)

Reconocida por la propia comunidad

El 17 de diciembre pasado recibió un premio de orgullo hispano. “Estoy feliz porque el trabajo que he hecho en los pasados 20 años está siendo reconocido. Les dedico este premio a nuestros bodegueros que trabajan arduamente todos los días para servirle a la comunidad”.

Como presidenta de la asociación, organiza talleres mediante los cuales aprenden a adquirir fondos, manejar finanzas y proyectar un perfil confiable ante entidades financieras. Entre los principales eventos que realiza está el regreso a la escuela. El año pasado la ABD, con el apoyo de la comunidad, logró donar mil mochilas con útiles escolares a niños menos favorecidos, como retribución al vecindario.

También reparten comida todos los sábados a las diez de la mañana, incluidos vegetales, fruta y leche, que se distribuyen a cien familias en 3000 N. 6th St. “Nos empeñamos para dar de comer a los necesitados de esta área y de Kensington, para que cada uno tenga una comida casera por el Día de Acción de Gracias. El año pasado servimos 750 platos; para este año pensamos duplicar esa cifra ese día, y buscar un local para traer a esas personas de Kensington, para que coman comida hecha en casa”.

La fiesta de Navidad es el último evento anual que “reúne a toda la comunidad bodeguera, ya para celebrar todo lo que hicimos durante el año, para conocernos mejor y compartir”.

En el desfile dominicano, orgullosa de su lugar de origen, Mamoncito. (Foto: Cortesía/Enerolina Meléndez) 

Emprendedora al servicio de la comunidad

La activa dominicana también es paralegal; cuando se graduó, en 2003, hizo su pasantía en The Welcoming Center. Como madre soltera se le dificultaba aún más manejar el tiempo entre la bodega e ir a la ciudad a trabajar. “Empecé a trabajar ayudando a las personas desde la sala de mi casa, y en el 2009 fue cuando fundé Enerolina Melendez & Associates, LLC. Hasta el día de hoy hemos tenido mucho éxito”, puntualiza.

Le llegan casos de personas que han sido engañadas para conseguir documentación. Su oficina cuenta con dos abogados pro bono que le ayudan en esas situaciones.

Celebra que “hoy día, gracias a Dios, hay muchísimos bodegueros ciudadanos, gracias al apoyo que les hemos brindado en mi oficina y en la Asociación”.

Su oficina en 3000 N. 6th St cuenta con una capilla donde las parejas pueden casarse y hacerse una foto de su boda. La ceremonia es oficiada por Enerolina, quien también es ministra.

En la capilla de bodas de su oficina. (Foto: Leticia Roa Nixon) 

Retos y oportunidades

“Yo he tenido los mismos retos que ha tenido todo el que se propone metas. He tenido piedritas en el camino, pero Dios y el deseo de superación me han dado la fuerza necesaria de todo lo que me ha pasado negativo convertirlo en cosas positivas. No solamente eso, sino mantener la esperanza y seguir trabajando y luchando por la comunidad; eso supera cualquier reto que yo haya tenido”.

“He sido víctima de racismo, he sido víctima de menosprecio que pasa cualquier inmigrante. Soy una mujer de fe, creo en que las oportunidades están ahí. Usted solo tiene que saber buscarlas y aprovecharlas. De las cosas negativas que le pasen, analícelas, que algo positivo usted les va a encontrar”.

Enerolina Meléndez se ha hecho presente en muchas de las causas de los inmigrantes, como en la campaña de licencias de conducir para todos, las protestas para exigir justicia para Eddie Irizarry, Jr., las acciones para pedir justicia por Irany Herrera, entre otras actividades comunitarias.

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