petróleo

Es información pública, pero evidentemente no quieren hacerla visible. Las cinco principales empresas de gas y petróleo obtuvieron $116 mil millones en ganancias durante el 2023. Sí, efectivamente un número con tantos ceros que casi alcanza el ancho de este párrafo.

Mientras las grandes petroleras se llenaban los bolsillos de dinero, nosotros pagamos la cuenta con precios excesivos. Los elevados precios de la gasolina y la energía tienen un gran impacto en los presupuestos familiares. Los efectos económicos de la especulación de las grandes petroleras se sienten aún más en las comunidades de color, ya que gastamos un porcentaje mayor de nuestro presupuesto en gasolina y cuentas de electricidad.

Pero también es necesario decir que pagamos otra cuenta, esta vez no con dinero, sino con nuestra salud y arriesgando el futuro de nuestras familias. Mientras las grandes petroleras ganaban miles de millones contaminando nuestro medio ambiente, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) anunció que 2023 fue el año más caluroso jamás registrado, y las proyecciones indican que 2024 va camino de batir más récords. El año pasado también fue histórico para el cambio climático. En 2023, Estados Unidos sufrió 28 catástrofes asociadas con el clima extremo. 

¿Hasta cuándo? Es la pregunta que todos deberíamos estar formulando en este punto. En especial para nosotros los Latinos, es hora de hacernos las preguntas necesarias para proteger a nuestra comunidad y de reexaminar muchos de los espejismos con los que crecimos cuando se trata de los combustibles fósiles.

Por décadas la industria del gas y petróleo se ha jactado de apoyar a nuestra comunidad, generando empleos pero la realidad que viven los latinos en estos trabajos está lejos de ser un campo de rosas.  Somos Un Pueblo Unido, una organización sin fines de lucro, comisionó al Centro de Política Social de la Universidad de Nuevo México para llevar a cabo un proyecto de investigación que analizara las actitudes y condiciones laborales de los trabajadores latinos del gas y petróleo en la Cuenca Pérmica, en el sureste de Nuevo México.

El informe destaca la realidad de los trabajadores del sector del gas y petróleo que participaron en la encuesta. Como por ejemplo, muchos consideran que las condiciones laborales son inseguras, ya que los accidentes suceden con frecuencia en el sector. Ocho de cada 10 trabajadores declararon conocer a alguien que había sufrido un accidente laboral. La mayoría (85%) ha sufrido accidentes laborales y creen que éstos se podían haber evitado. Aunque la industria petrolera tiene un impacto negativo en la salud de sus trabajadores, más de la mitad de los encuestados declararon no tener seguro médico. 

Además, los trabajadores Latinos del sector petrolero señalaron que el trabajo en este sector supone un costo significativo en su salud, su vida familiar y su capacidad para participar en sus comunidades. La mayoría (78,3%) dijo que no quieren que sus hijos trabajen en esta industria.

Así como no queremos esto para nuestros hijos, tampoco queremos un futuro donde nuestro aire sea irrespirable y no nos alcancemos a recuperar de un desastre climático antes que venga el siguiente. Sin embargo, la industria quiere mantener el statu quo, quieren seguir perpetuando y frenar la transición necesaria a la energía limpia. Un ejemplo claro es la campaña publicitaria de siete cifras de la American Fuel and Petrochemical Manufacturers que incluye un anuncio televisivo que circulará en estados clave para las elecciones repleto de desinformación energética.

Cuando se trata del futuro de nuestra comunidad, la última persona que necesitamos en la presidencia es un fiel amigo de la industria del gas y petróleo, como Trump quien pasó sus cuatro años en la presidencia eliminando legislación climática crítica que habría salvado vidas, reducido costos y creado empleos. Si es elegido, Donald Trump ha prometido recortar las históricas inversiones climáticas, dando a las grandes petroleras licencia para seguir abusando de los bolsillos de las familias trabajadoras, mientras contaminan el aire de nuestras comunidades. 

Antonieta Cádiz es la directora ejecutiva adjunta de Climate Power En Acción. Anteriormente, trabajó como corresponsal nacional para La Opinión y fue escritora política nacional para Univisión.

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