La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, en el edificio de oficinas ejecutivas de Eisenhower, en Washington, DC. (Foto: EFE/Chris Kleponis)

A medida que se intensifican las negociaciones de infraestructura, la visita del día de esta semana de la vicepresidenta Kamala Harris a Pensilvania, recuerda que un 75% de los latinos en Estados Unidos está atento al manejo ambiental de la administración Biden. Además un 67% de los latinos quiere que la expansión del desarrollo y el uso de fuentes de energía limpia, como la energía eólica y solar, sean incluidas en el plan de infraestructura final.

Si bien el Congreso ha tardado en aprobar la muy necesaria legislación climática y de infraestructura, estas iniciativas son también ampliamente populares entre los residentes de Pensilvania.

Las inversiones como la hecha en Pittsburgh, pueden servir como modelo para otras comunidades en el estado, a medida que se construye una mejor infraestructura.

Estas son algunos de los impactos en la ciudad acerera.

  • Pittsburgh fue duramente golpeada por la decreciente industria manufacturera y siderúrgica. A finales del siglo XX, Pittsburgh vio colapsar las industrias manufacturera y del acero, lo que provocó una tasa máxima de desempleo del 18%, la disolución del 75% de sus corporaciones siderúrgicas y una disminución del 30% en su población.
  • La ciudad vio la oportunidad de revitalizar la economía local y fue uno de los primeros líderes en inversiones en energía limpia. Pittsburgh está a la vanguardia de la revolución de la energía limpia: la ciudad es pionera en un sistema de energía renovable de microrredes descentralizadas a escala de distrito que serán más ecológicas y resistentes.
  • Las inversiones en energía limpia impulsaron miles de nuevos puestos de trabajo en Pittsburgh. A finales del 2019, Pittsburgh contaba con 18,116 empleos de energía limpia, 2,051 empleos de generación de energía renovable y 13,552 empleos de eficiencia energética.

Actualizar la infraestructura de Pensilvania es fundamental para mitigar el calor extremo, salvar vidas y reducir la contaminación que genera estas olas de calor más intensas. Filadelfia, por ejemplo, es la decimoséptima ciudad en calentarse más rápido en los Estados Unidos, gracias en parte al peligroso efecto de las «islas de calor», es decir cuando los edificios y el concreto atrapan el calor y la falta de espacios verdes evita el enfriamiento. Comunidades mayoritariamente latinas, como Hunting Park, se ven especialmente afectadas por este efecto. 

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