Varias personas custodian bolsas llenas de mercancía que adquirieron en Dajabón, República Dominicana, el jueves 14 de septiembre de 2023, antes de cruzar la frontera para regresar a Haití. (AP Foto/Ricardo Hernández)

El presidente dominicano Luis Abinader anunció el jueves que cerrará todas las fronteras con Haití a partir del viernes debido a una disputa sobre un canal en el lado haitiano que utilizará agua de un río fronterizo.

Abinader señaló que las fronteras aéreas, marítimas y terrestres se cerrarán a las 6 a.m. hora local del viernes y permanecerán cerradas “hasta tanto sea necesario”, e indicó que las negociaciones de último momento entre ambos países no habían logrado impedir el cierre. Es una medida inusual para la República Dominicana y podría afectar las economías de ambos países, aunque se sentirá más en Haití.

El cierre es una respuesta a la excavación de un canal por parte de un grupo de agricultores del lado haitiano que usaría las aguas del río Masacre, que fluye a lo largo de la frontera compartida por ambos países en la isla de La Española.

El organismo independiente International Crisis Group dijo que los trabajos en el canal se habían suspendido desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021, y que se habían reanudado debido a la inacción del gobierno haitiano, “que no ha respondido a los problemas creados por la sequía en la zona agrícola de la planicie de Maribaroux”.

La organización no ha visto ninguna evidencia “que deje entrever que hay políticos importantes o empresarios poderosos detrás, como ha afirmado el gobierno dominicano”, según Diego Da Rin, consultor para América Latina y el Caribe.

En los últimos días, Abinader también suspendió la emisión de visas para los haitianos y cerró la frontera cerca de la ciudad norteña de Dajabón, paralizando un sustento económico clave para los haitianos, que compran y venden productos allí varias veces a la semana. Quienes viven en Haití, pero trabajan en Dominicana, también cruzan la frontera a diario.

“Están sufriendo mucho aquí en Dajabón, y en Haití también, porque hay mucha mercancía que se está echando a perder”, dijo el empresario haitiano Pichelo Petijon. “Hay millones de dólares en pérdidas”.

Abinader acusó a Haití de intentar desviar agua del río Masacre, y dijo que eso afectaría a los agricultores dominicanos y al medio ambiente. El río se llama así por un sangriento enfrentamiento entre colonizadores franceses y españoles en el siglo XVIII, y también fue el lugar de una matanza masiva de haitianos por parte del ejército dominicano en 1937.

El miércoles, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Haití dijo que se reunió con funcionarios dominicanos en la República Dominicana para conversar sobre la situación. El gobierno dominicano dijo el jueves que la reunión se había alargado a un segundo día, pero no ofreció detalles. La reunión seguía cuando Abinader anunció que cerrará todas las fronteras a partir del viernes.

Mientras tanto, Jean Brévil Weston, líder de un grupo de agricultores cerca de la frontera, señaló que no dejará de trabajar en el canal, de acuerdo con lo reportado por la estación de radio Magik9 de Haití.

“Es el canal o la muerte”, afirmó según la estación de radio. “Estamos listos para ser enterrados por el canal”.

La oficina del primer ministro haitiano, Ariel Henry, indicó que por el momento no tenía comentarios.

Claude Joseph, ex primer ministro de Haití y aspirante a la presidencia, dijo que la excavación no viola ningún acuerdo ni tratado entre los dos países, e instó a los trabajadores a continuar con el proyecto. Joseph ya había tenido diferencias con Abidaner por una cuestión no relacionada, lo que provocó que el mandatario dominicano le prohibiera la entrada a su país.

El jueves ya se formaba una fila en Dajabón, República Dominicana, y decenas de personas intentaban cruzar hacia Haití por varias razones, muchas de ellas con bolsos pesados sobre la cabeza o maletas en las manos. Las autoridades dominicanas abrían la puerta sólo tres veces al día, y únicamente para cruces hacia Haití.

Entre los que esperaban cruzar estaba un haitiano de 47 años que sólo dio su nombre, Egnel, y dijo que tenía un empleo en una plantación bananera en la República Dominicana. Señaló que necesitaba regresar a Haití para llevar a una de sus hijas al hospital, y que estaba dispuesto a correr el riesgo de no poder regresar a su empleo.

“Mi objetivo es cuidar de mi hija”, dijo.

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