Una serie de imágenes que muestra al Casino Trump Plaza mientras es demolido en Atlantic City, New Jersey, EEUU, EL 17 de febrero de 2021.EFE/EPA/Peter Foley

Nueva Jersey. – Aunque el expresidente está construyendo nuevos proyectos en los que pretende llegar de nuevo a las más altas alturas, el Casino Trump Plaza, que cobijo de famosos durante años y que se erigía en la ciudad de Atlantic City, en Nueva Jersey, fue reducido el miércoles 17 de febrero a escombros, en una explosión controlada que fue seguida por los aplausos de las personas que se concentraron en esta ciudad de juego de la costa este de Estados Unidos. En apenas veinte segundos, se desmoronó la torre que un día el empresario y expresidente Donald Trump erigió como la joya de la corona de su imperio hotelero y por el que durante varias décadas pasaron músicos, actores y famosos. «Todo el mundo, desde Hulk Hogan hasta Mick Jagger y Keith Richard, toda la gama de personalidades» pasó por este hotel, ha apuntado el director de eventos del casino desde su inauguración en 1984 hasta 1991, Bernie Dillon, citado por varios medios locales.

El jefe de bomberos de la ciudad, Scott Evans, ha explicado que se colocaron cargas explosivas en lugares estratégicos de la estructura que lo sustentaba, para que el peso lo hiciera caer sobre su base de manera vertical, con una pequeña desviación hacia el noreste.

El deslumbrante casino por el que también pasaron Madonna, Sean Penn, Barbra Streisand, Don Johnson o Muhammad Ali, entre otros muchos, no pertenecía al presidente desde el año 2016, cuando fue adquirido por el millonario Carl Icahn, junto a otro casino que el expresidente todavía mantenía en esta urbe costera.

Ante el éxito del Trump Plaza (cerrado en 2014), el empresario se lanzó a la construcción en 1990 del Trump Taj Mahal y dejó un poco de lado su primer y exitoso proyecto, según ha comentado al canal Abc6 el presidente del principal sindicato de casinos, Bob McDevitt.

Pero las deudas y la mala gestión de ambos, sumado a la sobresaturación de casinos en la ciudad, obligaron al magnate a venderlos. El Taj Mahal, adquirido también por Icahn, continúa operando, pero bajo una nueva marca: Hard Rock.

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