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The many faces of America

Edward Wavier Yong, one of President Trump's supporters, demonstrates in front of the Pennsylvania Convention Center in downtown Philadelphia, US, 06 November 2020. EFE/ Jorge Fuentelsaz

The newscasters submitted that yesterday was not the face of America! They argued that it was a moment in time, the result of a very long and strange trip with President Trump.        

Four dead after President Trump incites a mob to keep control of the White House. It was one face of America.

And the kindness people have shown each other during the pandemic, food and clothes and transportation and shelter and friendship. Another face of America!

But last summer as the police had the National Guard waiting at the Capitol steps in preparation for the Black Lives Matter protests in contrast to Wednesday during a major political event where thousands of Trump supporters were expected to be there rallying to keep control of the White House. No National Guard and even some police enabling the protesters to move forward. Another face of America.

The poverty in many of our urban neighborhoods and rural communities where children do not have enough to eat or the resources for good schools or affordable housing…Another face of America.

Our faith communities praying for their families and their neighborhoods and their country…Another face of America.

The daily essential workers and others keeping our communities going…Another face of America.

Of course, the rolling hills and the mountains and the oceans and the skylines of our communities and the beautiful change of seasons where we have them…Another face of America

And you and I, the great diversity of our country.

Another face of America…

Llueven las críticas a la actuación policial en el asalto al Congreso

El inaudito asaltó al Congreso por parte de seguidores radicales del presidente Donald Trump ha generado una lluvia de críticas al gobernante, por haberlo instigado, pero también a la seguridad encargada de la custodia del Capitolio. EFE/EPA/JUSTIN LANE

Washington, (EFE News). – El inaudito asaltó al Congreso por parte de seguidores radicales del presidente Donald Trump ha generado una lluvia de críticas al gobernante, por haberlo instigado, pero también a la seguridad encargada de la custodia del Capitolio.

Nadie se explica cómo pudo ocurrir que una protesta convocada hacía días, y que el propio Trump había anticipado que sería «salvaje», acabaría con gente con banderas por los pasillos del Congreso, tomándose fotos o sentándose en los escaños de los legisladores tras haber superado por la fuerza un cordón policial claramente insuficiente para detener a una multitud violenta.

El presidente electo, Joe Biden, cuya victoria electoral estaban confirmando entonces los congresistas, criticó este jueves la actuación policial y, como muchos otros, se preguntó qué habría pasado si en vez de seguidores de Trump los violentos asaltantes de las vallas policiales hubieran sido afroamericanos.

LA JUSTICIA CON DIFERENTE RASERO

Se produjo un «fallo claro a la hora de aplicar la justicia con el mismo rasero», dijo hoy en una rueda de prensa Biden, que en dos semanas habrá de hacerse cargo de la Presidencia.

«Nadie puede decirme que si hubiese sido un grupo del movimiento Black Lives Matter (Las Vidas Negras Importan) el que protestaba ayer, no habría sido tratado de manera muy, muy diferente que a la turba de maleantes que irrumpieron en el Capitolio», aseguró.

Pese al despliegue de 340 soldados de la Guardia Nacional ante una protesta que preveía unos 15.000 participantes, incluidos radicales de derechas y supremacistas blancos, las autoridades tuvieron que pedir ayuda sobre la marcha a cuerpos de policía cercanos y otros 150 guardias para recobrar el control de la ciudad.

A diferencia de los gobernadores de los estados, la alcaldesa de la capital, Muriel Bowser, no puede convocar a la Guardia Nacional por su cuenta, sino que necesita la aprobación del Pentágono, algo que consiguió anoche gracias a la intervención, no de Trump, sino del vicepresidente Mike Pence.

UN ASALTO ANTICIPABLE

Además, los propios convocantes habían advertido de que la protesta, que coincidía con la sesión del Legislativo para confirmar la victoria electoral de Biden, tenía como fin impedirlo.

«Le toca a la ciudadanía estadounidense» impedir el fraude, había dicho en su convocatoria «March for Trump», haciéndose eco de las constantes denuncias infundadas de irregularidades del gobernante.

El secretario del Ejército, Ryan McCarthy, dijo hoy que una agresión contra el Capitolio como la que se produjo no estaba ni en su «imaginación más salvaje».

Por su lado, el jefe de la policía metropolitana de Washington, Robert Contee, apuntó que ninguna «información de inteligencia» parecía sugerir que habría un asalto al Capitolio.

Sin embargo, en redes sociales, los grupos extremistas cercanos a Trump venían desde hacía días discutiendo planes para lograr ingresar al legislativo e interrumpir la confirmación de Biden.

La alcaldesa Bowser tuvo que decretar de manera urgente un toque de queda que hoy prorrogó hasta el próximo 21 de enero, un día después de que tome posesión Biden, preguntándose si la violencia política se va a convertir en «la nueva normalidad» de EE.UU.

El secretario del Ejército indicó que también se mantendrán hasta después del relevo presidencial la activación de la Guardia Nacional en la capital y nuevas cercas que se han montado en torno al Capitolio a raíz de los graves incidentes del miércoles.

PETICIONES DE RENUNCIA

La respuesta policial al asalto llevó hoy a los líderes demócratas de la Cámara Baja y del Senado, Nancy Pelosi y Charles Schumer, a pedir la dimisión del jefe de la policía del Capitolio y de los responsables de la seguridad de ambas cámaras.

«Señor Sund, ni siquiera nos ha llamado desde que sucedió esto», dijo hoy Pelosi en una rueda de prensa en alusión a Steven Sund, el jefe de la policía del Capitolio.

Los legisladores de ambas cámaras y de ambos partidos se comprometieron hoy a investigar cómo la seguridad del Capitolio permitió que la turba penetrara en el edificio.

Lo sucedido fue «un fracaso masivo de las instituciones, los protocolos y la planificación para proteger la primera rama de nuestro gobierno federal», dijo el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, que culpó, en última instancia, a «los criminales desquiciados que derribaron puertas, pisotearon la bandera de nuestra nación, lucharon con las fuerzas del orden y trataron de perturbar nuestra democracia, y a quienes los incitaron».

McConell no mencionó en ningún momento a Trump.

Identificadas las cuatro víctimas mortales del asalto al Congreso

Los fallecidos el miércoles fueron Ashli Babbitt, una mujer de 35 años residente en San Diego (California); Benjamin Phillips, de 50, de Ri (Pensilvania); Kevin Greeson, de 55 años, de Athens (Alabama); y Rosanne Boyland, de 34 años, de Kennesaw (Georgia). EFE/EPA/WILL OLIVER

Los Ángeles, (EFE News). – Las autoridades policiales han identificado públicamente este jueves a las cuatro víctimas mortales del asalto al Congreso, que terminó también con numerosos daños materiales y medio centenar de detenidos.

Los fallecidos el miércoles fueron Ashli Babbitt, una mujer de 35 años residente en San Diego (California); Benjamin Phillips, de 50, de Ri (Pensilvania); Kevin Greeson, de 55 años, de Athens (Alabama); y Rosanne Boyland, de 34 años, de Kennesaw (Georgia).

Así lo anunció el jefe del Departamento de Policía Metropolitana de Washington D.C., Robert Contee III, en una conferencia de prensa en la que no dio detalles sobre las circunstancias específicas de las muertes de las cuatro personas malogradas.

En el caso de Babbitt, la mujer de San Diego, murió después de recibir un disparo de un agente de la Policía del Capitolio de EE.UU., de acuerdo a un comunicado de ese cuerpo policial, que se encarga exclusivamente de la seguridad del propio edificio y los colindantes, propiedades del Gobierno.

«Se brindó asistencia médica de inmediato y la mujer fue trasladada al hospital, donde más tarde sucumbió a sus heridas», agregó la Policía del Capitolio.

La licencia del agente que acabó con la vida de Babbitt, cuyo nombre no ha trascendido, ha sido suspendida hasta el fin de la investigación del suceso por parte de la misma Policía del Capitolio y la Policía Metropolitana de DC.

De acuerdo a varios videos difundidos por las redes sociales, Babbitt trató de entrar en una zona del Capitolio a través de una ventana rota, flanqueada por otros miembros de la insurreción y fue entonces cuando el policía apretó el gatillo, terminando con su vida de un solo disparo.

Según medios locales de California, esta mujer era veterana del Ejército, libertaria, ferviente seguidora de Donald Trump y partidaria de la Segunda Enmienda, que protege el derecho a portar armas.

El día antes de su fallecimiento, Babbitt aseguró en Twitter que «nada» detendría al movimiento de apoyo de Trump.

«Nada nos detendrá. Pueden intentar y tratar de hacerlo, pero la tormenta está aquí y descenderá sobre DC en menos de 24 horas», escribió en su cuenta personal.

Babbit fue la primera víctima mortal confirmada de la insurrección al Capitolio, que obligó a aplazar las sesiones de la Cámara baja y el Senado para certificar el triunfo del presidente electo, Joe Biden, en las elecciones del pasado 3 de noviembre.

Después de casi cuatro horas de asalto, y con todo tipo de destrozos en los hemiciclos y oficinas del Congreso, los legisladores de ambos partidos consideraron importante retomar la misma noche del miércoles la sesión que interrumpió el inaudito asalto en Washington y declararon a Biden como vencedor.

Diciembre registra la mayor detención de migrantes en la frontera desde 2000

La detención de inmigrantes irregulares en la frontera de Estados Unidos con México alcanzó en diciembre pasado cifras máximas no vistas en ese mes desde el año 2000, al registrarse 70.630 encuentros entre indocumentados y agentes de la Patrulla Fronteriza. EFE/ Miguel Sierra/Archivo

Miami, (EFE News). – La detención de inmigrantes irregulares en la frontera de Estados Unidos con México alcanzó en diciembre pasado cifras máximas no vistas en ese mes desde el año 2000, al registrarse 70.630 encuentros entre indocumentados y agentes de la Patrulla Fronteriza.

Según datos publicados este jueves por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos, las detenciones de indocumentados cuando intentaban entrar ilegalmente al país más que duplica los datos del mes homólogo de 2019, cuando se registraron 32.853, y solo ligeramente por debajo de los datos del año 2000 (71.252).

Si a los 70.630 se suman los llegados a los puertos fronterizos y considerados no admisibles para entrar al país la cifra se elevó en diciembre pasado a 73.513, el mayor número desde julio de 2019.

Y todo ello pese a que diciembre suele ser un mes de menor cruce fronterizo debido al frío y a los miles de millones invertidos por el Gobierno del presidente Donald Trump en levantar la valla fronteriza, de la que esta semana se informó que se habían construido ya 450 millas (725 kilómetros) desde que arrancó el proyecto.

Diciembre pasado fue el octavo mes en que la cifra de detenidos o considerados inadmisibles subió de manera consecutiva, según los datos de CBP, y en los tres meses que llevamos de año fiscal casi se alcanzó la mitad de todo el periodo fiscal anterior, en el que se notó mucho la incidencia de la pandemia del coronavirus.

Precisamente la covid-19 fue el polémico pretexto utilizado por las autoridades migratorias para expulsar o no permitir el ingreso a más de 61.000 inmigrantes en diciembre. Entre ellos estaban los 5.015 menores de edad que llegaron a la frontera en diciembre sin la compañía de sus padres o de un adulto que ejerciera de tutor, el mayor número también desde julio de 2019.

En cuanto a las unidades familiares, consideradas tales cuando un adulto está acompañado de al menos un menor de edad, en diciembre se registraron 4.646 personas en esta situación, el número más elevado en los últimos 10 meses.

Los mexicanos siguen siendo el grupo más nutrido en los datos y en diciembre 38.905 nacionales de ese país fueron detenidos o considerados inadmisibles, seguidos de los guatemaltecos (12.446), hondureños (10.351) y salvadoreños (3.912).

En marzo pasado, el vicepresidente Mike Pence ordenó a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) usar sus poderes de emergencia para sellar las fronteras de Estados Unidos, a pesar de las reticencias mostradas por la principal agencia sanitaria del país, según reportes de prensa.

Con el pretexto de la pandemia, el Gobierno Trump endureció así aun más su política migratoria al expulsar del país a la mayoría de migrantes que llegaban a Estados Unidos en busca de asilo o que eran detenidos entrando de forma ilegal.

Durante el evento público en el que se anunció el cierre fronterizo por la covid-19 en marzo pasado, el secretario interino de Seguridad Nacional, Chad Wolf, aseguró que los CDC habían determinado que el coronavirus presentaba un «serio peligro» para los inmigrantes, agentes y oficiales y el pueblo estadounidense.

Sin embargo, una investigación de The Wall Street Journal halló que, de acuerdo con una revisión de los documentos internos del Gobierno y entrevistas con personas involucradas en el proceso, dicha medida «fue impulsada por funcionarios de inmigración en la Administración a pesar de las objeciones de altos funcionarios de los CDC».

Secretaria de Transporte del Gobierno de Trump dimite tras asalto al Congreso

La secretaria de Transporte, Elaine Chao, anunció hoy su dimisión tras el asalto al Capitolio por parte de seguidores del presidente Donald Trump. EFE/EPA/Shawn Thew/Archivo

Washington, (EFE News). – La secretaria de Transporte, Elaine Chao, anunció este jueves su dimisión tras el asalto al Capitolio por parte de seguidores del presidente Donald Trump.

Chao, quien está casada con el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, es el primer miembro del gabinete presidencial que dimite apenas a dos semanas de que Trump concluya su mandato tras la convulsa jornada de este miércoles en Washington, que dejó cuatro muertos.

«Ayer, nuestro país sufrió un acto traumático y totalmente evitable cuando seguidores del presidente Trump irrumpieron en el edificio del Capitolio tras un mitin que él encabezó», señaló en un comunicado.

Chao se mostró «profundamente preocupada» por lo acontecido.

Su salida confirma las tensiones desatadas en el seno del gabinete presidencial por la negativa del presidente Trump a condenar el asalto al Capitolio.

Chao era secretaria de Transporte desde el inicio de la Administración Trump, y previamente había sido Secretaria de Trabajo con George W. Bush.

Los medios estadounidenses han apuntado que varios altos cargos de la Casa Blanca contemplan renunciar, entre ellos el asesor de seguridad nacional Robert O’Brien.

Este miércoles, se conoció la dimisión de Stephanie Grisham, exdirectora de comunicaciones de la Casa Blanca, y secretaria de prensa y actual jefa de gabinete de la primera dama, Melania Trump, también a raíz de los disturbios.

También anunciaron su renuncia la viceportavoz de la Casa Blanca, Sarah Matthews, y la jefa de eventos sociales de la Casa Blanca, Anna Cristina Niceta, quien también está bajo la responsabilidad de la primera dama.

Trump está considerando indultarse a sí mismo, según The New York Times

Donald Trump, presidente saliente de Estados Unidos. EFE/EPA/MICHAEL REYNOLDS/Archivo

Nueva York, (EFE News). – El presidente saliente, Donald Trump, ha hablado recientemente con varios colaboradores sobre la posibilidad de indultarse a sí mismo de forma preventiva, con el fin de eludir posibles investigaciones una vez abandone la Casa Blanca, según informó este jueves The New York Times (NYT).

El diario, que cita a dos fuentes anónimas con conocimiento de las conversaciones, señala que Trump ha sacado el asunto a relucir en varias ocasiones desde su derrota electoral y ha preguntado a miembros de su equipo sobre los efectos jurídicos y políticos que podría tener la medida.

Según el NYT, no está claro si el mandatario ha vuelto a abordar la cuestión después del asalto de sus simpatizantes al Capitolio este miércoles, que se produjo después de que el propio Trump les animase a ir a la sede del legislativo para denunciar un supuesto fraude electoral que clama sin aportar pruebas.

Que un presidente se indulte a sí mismo sería algo inédito en la historia de Estados Unidos, pero Trump ya ha hablado en público repetidamente sobre esa opción, defendiendo que tiene el “derecho absoluto” a hacerlo, algo que cuestionan numerosos expertos.

El líder republicano planteó esa opción especialmente durante la investigación de la llamada trama rusa, que indagó los supuestos lazos entre Rusia y su campaña en las elecciones de 2016.

El caso se cerró sin que Trump fuese acusado de ningún delito por unas normas del Departamento de Justicia que establecen que un jefe de Estado no puede ser imputado mientras está en el poder.

Sin embargo, el fiscal especial del caso, Robert Mueller, insistió en todo momento en que el mandatario no fue exonerado, lo que hace que potencialmente pueda ser enjuiciado cuando deje la Casa Blanca.

Según algunos analistas, Trump podría enfrentarse también a algún tipo de responsabilidad ante la Justicia por haber presionado a la máxima autoridad electoral de Georgia para que manipulara los resultados de los comicios de noviembre o por incitación a la violencia en el asalto al Capitolio.

Tras su derrota en las elecciones, Trump ya ha perdonado al general Michael T. Flynn, su primer asesor de seguridad nacional y quien se declaró culpable de haber mentido al FBI sobre sus contactos con agentes rusos, y a otras dos personas implicadas en la misma trama.

Además, según el NYT, el presidente saliente está considerando indultos preventivos para varios miembros de su familia -incluidos sus hijos Donald Trump Jr., Eric Trump e Ivanka Trump-, para el marido de esta última y asesor de la Casa Blanca, Jared Kushner, y para otras figuras cercanas como el abogado de Trump, Rudolph Giuliani.

Los indultos presidenciales se aplican a los casos federales, por lo que no afectarían a investigaciones por posibles violaciones de leyes estatales, como la que hay abierta en Nueva York contra Trump por supuestas irregularidades financieras de su empresa.

En toda la historia, el único presidente estadounidense que recibió un indulto fue Richard Nixon, que lo obtuvo del que fuera su vicepresidente, Gerald Ford, un mes después de dejar el poder y cubriendo todos los posibles crímenes cometidos durante su Presidencia, marcada por el escándalo del «Watergate».

Biden elige como fiscal general a un juez que Obama intentó elevar al Supremo

Fotografía de archivo fechada el 28 de marzo de 2016 que muestra al entonces candidato a la Corte Suprema, Merrick Garland, Juez Principal, Corte de Apelaciones de los Estados Unidos, Circuito de DC, mientras se reúne con un Senador Republicano de Illinois, en Capitol Hill en Washington DC (EE.UU.). EFE/EPA/MICHAEL REYNOLDS/Archivo

Washington, (EFE News). – El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, anunció este jueves su nominación como próximo fiscal general del país del juez federal Merrick Garland, al que el exmandatario Barack Obama intentó sin éxito colocar en el Tribunal Supremo en 2016.

La obstrucción de la mayoría republicana en el Senado impidió que Garland, un respetado juez que actualmente ocupa un cargo vitalicio en el Tribunal Federal de Apelaciones del Distrito de Columbia -donde se encuentra Washington-, ascendiera en 2016 al Supremo.

Los republicanos argumentaron entonces que no tenía sentido aprobar una nominación tan importante en un año electoral, pero en octubre pasado ignoraron su propio precedente y ratificaron, días antes de las elecciones del 3 de noviembre, la designación para el Supremo de la juez conservadora Amy Coney Barrett.

Consciente de que Garland fue una víctima de los juegos políticos de Washington, Biden ha querido recompensarle con el puesto de fiscal general, responsable de dirigir el Departamento de Justicia de EE.UU. y sus agencias relacionadas, como el Buró Federal de Investigaciones (FBI) o la Agencia Antidrogas (DEA).

«No me sorprende que el presidente Obama nominara al juez Garland para el Tribunal Supremo. Él personifica el honor, la decencia, la integridad, la fidelidad al Estado de derecho y a la independencia judicial», dijo Biden en un acto junto a Garland en Wilmington (Delaware).

«Esos mismos rasgos los aportará como fiscal general de Estados Unidos, un cargo que no es el de abogado personal del presidente», añadió el mandatario electo al subrayar la independencia que debe mantener el Departamento de Justicia respecto de la Casa Blanca.

Tras una jornada convulsa en Washington por el asalto al Capitolio, que cierra cuatro años en los que el Gabinete del presidente saliente Donald Trump ha estado poco dispuesto a frenar sus peores impulsos, Biden envió un mensaje a Garland y el resto de sus nominados para el Departamento de Justicia.

«Ustedes no trabajarán para mí. Su lealtad no debe ser conmigo, sino con la ley, la Constitución, el pueblo de esta nación, para garantizar la justicia», recalcó el presidente electo.

Garland, de 68 años, aseguró en el mismo acto que sus prioridades como fiscal general, si le confirma el Senado, serán «asegurar la igualdad racial en el sistema de justicia» y «enfrentar la amenaza cambiante del extremismo violento», entre otras.

«Como entiende cualquiera que viera lo que pasó ayer en Washington, el Estado de derecho no son palabras bonitas que usa un abogado. Es la base de nuestra democracia», añadió el juez.

Biden esperó a nominar a Garland hasta que quedó claro que los demócratas controlarán el Senado cuando él tome posesión de su cargo el 20 de enero, después de que los dos candidatos de su partido ganaran las elecciones de segunda vuelta en Georgia.

La estrecha mayoría de 51 votos que tienen ahora los demócratas -contando con el desempate de la vicepresidenta electa y futura presidenta del Senado, Kamala Harris- promete facilitar el proceso de confirmación de Garland.

Biden nominó además a dos exfuncionarias del Gobierno de Obama como «número dos» y «número tres» del Departamento de Justicia, Lisa Monaco y Vanita Gupta, respectivamente; y a la abogada Kirsten Clarke como encargada de derechos civiles en el Departamento de Justicia.

Cerca de 4 mil muertos en un día

Este balance pasadas las 20.00 hora local (01.00 GMT del jueves) es de 3.674 muertes más que el martes y de 236.601 nuevos contagios. EFE/EPA/ETIENNE LAURENT/Archivo

Estados Unidos llegó a mitad de esta semana a los 21.272.775 casos confirmados y a los 360.741 fallecidos por COVID-19, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins. Esas cifras se registraron un día después de que el país alcanzara un récord de muertes diarias con 3.775 fallecidos registrados el martes. El país vive un grave rebrote de la pandemia, con muchos estados registrando récords de hospitalizaciones, y los expertos temen que la situación empeore por la llegada de la cepa británica del virus, más contagiosa. El estado de Nueva York sigue como el más golpeado del país por la pandemia con 38.912 muertos, seguido por Texas (29.118), California (27.658), Florida (22.317) y Nueva Jersey (19.523).

Pensilvania llegó a (16.915)

El balance provisional de fallecidos -360.741- supera con creces la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes a causa de la pandemia.

El presidente saliente estadounidense, Donald Trump, rebajó esas estimaciones y se mostró confiado en que la cifra final estaría más bien entre los 50.000 y 60.000 fallecidos, aunque luego auguró hasta 110.000 muertos, un número que también se ha superado.

Por su parte, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, (que tampoco ha sido muy atinado), calcula que cuando Trump abandone el poder el próximo 20 de enero habrán muerto 420.000 personas y para el 1 de abril 560.000.

Nuevo gobernador de Puerto Rico estrechará lazos con la R. D.

El nuevo gobernador de Puerto Rico estrechará lazos con la República Dominicana. Foto: EFE

San Juan – El nuevo gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, anunció que estrechará lazos con la República Dominicana, como uno de los principales objetivos del mandato que inicio el dos de enero.

Pierluisi, tras jurar como nuevo jefe del Ejecutivo puertorriqueño en el Tribunal Supremo, participó en la ceremonia de toma de posesión como décimo segundo gobernador, en el Capitolio, la sede del Legislativo en San Juan, donde dio a conocer su prioridad con respecto a la República Dominicana.

Las palabras de Pierluisi fueron escuchadas en persona por el presidente dominicano, Luis Abinader, el único jefe de gobierno extranjero que acudió a la ceremonia.

«Vamos a estrechar lazos con la República Dominicana», destacó Pierluisi, quien se impuso en las elecciones celebradas el pasado 3 de noviembre al candidato del opositor Partido Popular Democrático (PPD), Carlos Delgado, con 372.611 votos y el 32 % del escrutinio. Pierluisi podrá así, seguir trabajando por su principal promesa, la plena integración con EE.UU.

El gobernador no dio detalles de qué áreas de cooperación en particular impulsará con República Dominicana, pero los analistas han destacado que el país caribeño es, gracias a su fuerte crecimiento, un aliado fundamental para Puerto Rico de cara a los próximos años.

Los dos territorios caribeños tienen una larga historia de intercambio comercial que se ha tratado de incrementar durante las últimas décadas, un periodo en el que el crecimiento de República Dominicana ha aumentado año tras año.

La ceremonia celebrada hoy en el exterior del Capitolio fue criticada por reunir a cerca de 400 personas, a pesar de que Puerto Rico atraviesa por uno de los peores momentos de la pandemia provocada por la covid-19.

Puerto Rico sumó 5 muertes y 619 contagios adicionales en la última semana a causa de la covid-19, según el informe del Departamento de Salud de la isla caribeña divulgado el sábado anterior.

Las cifras hechas públicas al inicio de la semana elevan el total de fallecidos desde el inicio de la pandemia a 1.526, mientras que los contagiados confirmados por la covid-19 son ya 73.162.

Washington vive una jornada de caos con el asalto de trumpistas al Congreso

La ciudad de Washington vivió este miércoles una jornada de caos inédita, que se saldó con cuatro muertos, debido al asalto por parte de seguidores del presidente Donald Trump de la sede del Congreso cuando los legisladores certificaban la victoria electoral del demócrata Joe Biden.

Al grito de «Trump ganó», cientos de seguidores del mandatario irrumpieron en el Capitolio tras desbordar a la policía que lo custodiaba, y que provocaron caóticas escenas con trumpistas recorriendo los pasillos con banderas o sentándose en los escaños.

Durante estos incidentes, una simpatizante de Trump identificada como Ashli Babbit, vecina de San Diego (California), resultó herida de bala y falleció tras ser trasladada a un hospital, según confirmaron fuentes policiales a varios medios.

La mujer, una veterana de la Fuerza Aérea, presentaba una fuerte hemorragia ocasionada por un disparo en el cuello efectuado por un miembro de la seguridad de la sede legislativa durante el asalto, que se prolongó varias horas y que obligó a interrumpir la sesión.

Otras tres personas fallecieron como consecuencia de «urgencias médicas» que sufrieron en las instalaciones del Capitolio, dijo el jefe de la Policía Metropolitana de Washington, Robert Contee, en una rueda de prensa nocturna.

Catorce agentes de policía resultaron heridos durante los incidentes en el Capitolio, dos de ellos de forma «grave», y al menos 52 personas fueron arrestadas, según Contee.

ASALTO DESPUÉS DE ARENGA DE TRUMP

El asalto al Congreso se produjo poco después de que los manifestantes hubieran sido arengados frente a la Casa Blanca por el presidente saliente, quien les repitió la retahíla de denuncias de fraude infundadas en las que insiste desde que se confirmó su derrota en las elecciones de noviembre pasado, sin demostrarlas.

«No cederemos nunca, nunca concederemos (la victoria)», dijo Trump a los miles de congregados a las afueras de la Casa Blanca para la marcha «Salvar a EEUU», que partió al Capitolio.

En la sede del Congreso, los legisladores se encontraban reunidos para celebrar la ceremonia de validación formal del resultado de las elecciones de noviembre, en las que el demócrata Joe Biden se impuso a Trump.

A partir de su llegada al Capitolio se registraron las primeras escaramuzas entre los revoltosos y los agentes que custodiaban el lugar, que en inferioridad numérica y armados solo con aerosoles de gases lacrimógenos no pudieron contener a la multitud.

En el momento del asalto al emblemático edificio, los legisladores habían suspendido su reunión para debatir las objeciones presentadas por los republicanos a los resultados en las elecciones en Arizona, uno de los primeros por orden alfabético.

ESCENAS NUNCA VISTAS EN WASHINGTON

A partir de ahí, el caos y escenas nunca vistas en Washington, con cristales rotos, puertas quebradas y peleas con disparos en el interior del Congreso entre seguidores de Trump y la policía, que desalojó a los legisladores a tiempo y los llevó a un lugar seguro.

Las imágenes de las televisiones y las captadas por testigos dentro del lugar mostraron cómo los seguidores del mandatario saliente paseaban libremente por los pasillos e incluso llegaron a entrar en los despachos de los legisladores.

Algunos de ellos lograron acceder al pleno de la Cámara de Representantes e incluso uno se sentó en uno de los asientos destinados para los discursos oficiales al grito de «Trump ganó».

MAS DE TRES HORAS DE ASALTO

El Capitolio pudo ser despejado más de tres horas después del inicio del asalto, poco antes de entrar en vigor a las 18 horas (23 GMT) el toque de queda decretado de manera urgente por la alcaldesa de la capital, Muriel Bowser, y se restableció la seguridad.

Al menos trece personas fueron detenidas en estos incidentes, acusadas de posesión de armas de fuego, agresión y cruce de líneas policiales, según las autoridades.

La Policía lanzó inicialmente gases irritantes y de aturdimiento (que al caer desprenden flashes muy brillantes para desorientar) con el fin de expulsar a los seguidores de Trump de las inmediaciones del Capitolio.

Pese al toque de queda, que durará hasta las 6 de la mañana del jueves en la capital (11:00 horas GMT) y dos de sus suburbios en el aledaño estado de Virginia, se seguían viendo grupos deambulando por la capital, y al menos 30 personas fueron detenidas por ello, según la oficina de la alcaldesa.

No obstante, una vez que entró en vigor el toque de queda, los agentes antidisturbios empezaron a avanzar hacia el centro de la ciudad para empujar a los seguidores de Trump lejos del Capitolio, y estos obedecieron, alejándose de la zona lentamente pero sin dar señales de querer regresar a sus residencias u hoteles.

Algunos manifestantes se dirigieron hacia la calle 16, a una intersección situada enfrente de la Casa Blanca y bautizada como la plaza de «Black Lives Matter» («Las vidas negras importan»).

Allí, dos decenas de ellos se enfrentaron con otros manifestantes contrarios a Trump, a puñetazos, con gas pimienta y una pistola de descarga eléctrica, hasta que la Policía intervino para que pararan, informó el diario The Washington Post.

PESE A INCIDENTES TRUMP SIGUIÓ TUITEANDO

Pese a que durante estos incidentes Trump siguió tuiteando justificando la actitud de sus seguidores, en un momento dado les pidió «que sean pacíficos», poco antes de que la red social decidiera suspender temporalmente la cuenta.

Trump culpó a su vicepresidente, Mike Pence, que presidía la sesión en el Congreso, del caos generado por no haberse atorgado poderes que no le otorga la Constitución para revocar la victoria electoral de Biden durante la sesión legislativa.

Los históricos acontecimientos de este miércoles se produjeron después de que el mandatario se haya resistido a admitir la victoria de Biden en las elecciones, pese a que el Colegio Electoral ya confirmó oficialmente su victoria el 14 de diciembre, y haya perdido todas las demandas judiciales para impugnar los resultados.