El presidente Donald Trump golpea un mazo que le entregó el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson (aplaudiendo en primer plano, a la izquierda), después de que promulgó su ley de recortes fiscales y al gasto público en la Casa Blanca, el viernes 4 de julio de 2025, en Washington. (Foto: AP/Evan Vucci)

Estados Unidos lleva mucho tiempo luchando por cumplir los ideales establecidos en la Declaración de Independencia y la Constitución. Pero ningún presidente ha socavado activamente las instituciones estadounidenses como lo ha hecho Donald Trump.

La Declaración de Independencia, adoptada en Filadelfia el 4 de julio de 1776, contiene una afirmación conocida y conmovedora:

“Sostenemos que estas verdades son evidentes por sí mismas: que todos los hombres son creados iguales, que están dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables, entre los que están la vida, la libertad y la búsqueda de la Felicidad”.

Con menos frecuencia se citan los 27 agravios que el documento enumera contra el rey George III. Mientras los estadounidenses se reúnen para celebrar las libertades que tanto valoramos, vale la pena recordar que algunas de las razones que motivaron a los fundadores hace 249 años resuenan en las acciones recientes de Donald Trump.

“Ha obstruido la administración de justicia, al negarse a aprobar leyes que establezcan el poder judicial”.

El Gobierno Trump ignoró una orden judicial que requería el retorno de dos vuelos con cientos de migrantes venezolanos enviados a una prisión en El Salvador.

“Ha rehusado aprobar leyes”.

Ty Cobb, exabogado de la Casa Blanca bajo Trump, declaró: “Esta es una Administración totalmente ilegal, sin respeto por los tribunales ni por el estado de derecho”.

“Ha hecho que los jueces dependan únicamente de su voluntad para el ejercicio de sus cargos”.

Trump pidió el juicio político de jueces federales que fallaron en su contra.

“Ha creado una multitud de nuevas oficinas y enviado enjambres de funcionarios a hostigar a nuestro pueblo y devorar sus recursos”.

Trump utilizó una orden ejecutiva para crear el llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés). Luego nombró a Elon Musk, el hombre más rico del mundo, para supervisar despidos masivos de empleados federales.

Más de una docena de fiscales generales estatales intentaron sin éxito bloquear el DOGE, argumentando que el nombramiento de Musk violaba la cláusula de nombramientos de la Constitución.

“Los fundadores de este país estarían indignados de que, 250 años después de derrocar a un rey, el pueblo estadounidense —muchos de los cuales han luchado y muerto por proteger nuestras libertades— esté ahora sometido a los caprichos de un solo multimillonario no electo”, dijo la fiscal general de Arizona, Kris Mayes.

Aunque Musk ya no ocupa el cargo, el daño del DOGE persiste.

“Ha mantenido entre nosotros, en tiempos de paz, ejércitos permanentes sin el consentimiento de nuestras legislaturas”.

Trump envió miles de soldados a la frontera entre Estados Unidos y México. También desplegó cerca de 700 infantes de marina y 4,000 miembros de la Guardia Nacional a Los Ángeles sin el consentimiento del gobernador.

“Por cortar nuestro comercio con todas las partes del mundo”.

Los aranceles erráticos de Trump han afectado gravemente el libre comercio a nivel mundial.

“Por imponer impuestos sin nuestro consentimiento”.

Se espera que los aranceles de Trump generen un aumento acumulado de impuestos a los consumidores de un billón de dólares al año.

“Ha saqueado nuestros mares”.

La fortuna personal de Trump ha aumentado en miles de millones de dólares este año gracias a su empresa de redes sociales, inversiones opacas en criptomonedas y múltiples acuerdos inmobiliarios internacionales.

“Ha incitado insurrecciones domésticas entre nosotros.”

Trump fue acusado por sus intentos de anular las elecciones presidenciales de 2020, lo que culminó en la insurrección del 6 de enero de 2021. Tras su reelección en 2024, el caso fue desestimado.

La conclusión de la Declaración sobre el rey Jorge sigue vigente hoy: “Un príncipe cuyo carácter está marcado por todos los actos que definen a un tirano, no es digno de gobernar a un pueblo libre”.

Si bien la revolución no es la respuesta hoy, no se puede negar que el ataque de Trump a la Constitución ha socavado el excepcionalísimo estadounidense y ha hecho del país una nación más dividida, más débil y más hostil.

Es cierto que Estados Unidos ha tenido dificultades históricas para cumplir los ideales de la Declaración y la Constitución. Pero ningún otro presidente ha atacado tan abiertamente las instituciones estadounidenses como Trump.

En 1852, Frederick Douglass pronunció un contundente discurso por el Día de la Independencia, señalando la paradoja de un país que valoraba la libertad, pero toleraba la esclavitud:

“Este Cuatro de Julio es suyo, no mío”, dijo Douglass. “Ustedes pueden celebrar, yo debo lamentar”.

Una encuesta reciente reveló que el orgullo nacional en EE. UU. ha caído a su nivel más bajo. Como Douglass, muchos el 4 de julio lamentan lo que ha sido de las verdades evidentes que los estadounidenses alguna vez sostuvieron con firmeza.

Sin embargo, a pesar de los tiempos oscuros, incluso Douglass creía en el poder duradero de los ideales de libertad y justicia consagrados en la Declaración de Independencia.

Esa causa sigue viva, pero debe ser defendida.

Esta pieza editorial fue publicada a la víspera del 4 de julio de 2025 por The Inquirer.

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