
Adam Sheafe, de 51 años, asesino confeso del Pastor William “Bill” Schonemann, de la iglesia New River Bible Chapel en Arizona, asegura que tenía planeado matar a más pastores y sacerdotes en diferentes estados del país como parte de un plan con distorsionadas motivaciones religiosas; y expresó frustración por no haber podido completar su misión
El Pastor Bill era muy querido en su comunidad; llevaba décadas sirviendo en su iglesia, y la gente lo conocía por su amabilidad y su pasión por los autos y aviones clásicos. Lo encontraron muerto en su casa el 28 de abril.
Recientemente Sheafe habló desde la cárcel con un canal de noticias local. Antes de este crimen, Sheafe tenía antecedentes penales por fraude bancario y robo de identidad, por los cuales cumplió más de cuatro años en prisión federal. Tras su liberación en 2023, se trasladó a Arizona, donde también fue vinculado a robos en Sedona
Sheafe afirmó que su objetivo era castigar a los pastores que predican que Jesús es Dios, una doctrina central del cristianismo tradicional. Según él, esta enseñanza es una «invención de San Pablo» y contradice el Primer Mandamiento bíblico: «Amarás al Señor tu Dios por encima de todas las cosas». En su interpretación, solo Dios Padre es Dios, y cualquier otra enseñanza es una blasfemia.
La «Operación Primer Mandamiento» fue el nombre que Adam Christopher Sheafe dio a un plan criminal que él mismo ideó y confesó públicamente desde prisión. Este plan consistía en asesinar a 14 líderes religiosos en 10 estados de Estados Unidos, como una forma de castigo por lo que él consideraba una tergiversación de la fe cristiana.
El primer y único asesinato que logró cometer fue el del pastor William “Bill” Schonemann, de 76 años, en New River, Arizona. Sheafe lo seleccionó tras asistir a un estudio bíblico donde lo escuchó predicar. Lo asesinó en su casa, clavándole las manos a la pared de su cama en una posición que evocaba una crucifixión, y le colocó una corona de espinas hecha con ramas del desierto.
Sheafe planeaba recorrer ciudades como Las Vegas, Portland, Seattle, Detroit, Nueva York, Charlotte, Mobile, Beaumont y El Paso, entre otras. Su intención era iniciar y terminar su serie de asesinatos en Phoenix, Arizona.
No hay evidencia concluyente de que Adam Sheafe sea de origen judío, pero hay varios indicios que sugieren una fuerte influencia del judaísmo en su pensamiento y simbología:
Tatuaje hebreo: Sheafe tiene un tatuaje en hebreo en el cuello, lo que indica una conexión simbólica o espiritual con el idioma y posiblemente con la tradición judía.
Obsesión con el Antiguo Testamento: En sus declaraciones, Sheafe ha mostrado una clara preferencia por el Antiguo Testamento, rechazando el Nuevo Testamento y la figura de Jesús como Dios.
En su relato dijo que manejó hasta a la casa del pastor Bill de madrugada, se bajó del carro, encontró la puerta sin seguro, entró y le preguntó si él era de los que enseñaban sobre Jesucristo, el pastor dijo que sí, y él le respondió que estaba enseñando mal la Biblia, y a continuación, lo mató.

Dijo que eso mismo quería hacer con todos los demás, que muchos pastores y sacerdotes estaban engañando a los creyentes, y por eso quería eliminarlos, y también, que “planeaba dejar una copia de los Diez Mandamientos junto a cada víctima”.
Sheafe explicó que había planeado matar 14 pastores o sacerdotes, uno por cada una de las 13 tribus de Israel, y uno más por Adam, “el único hijo verdadero de Dios”.
Dijo que su próximo destino sería Las Vegas y que pensaba cruzar el país buscando nuevas víctimas en 10 estados, “empezando en Phoenix y terminando en Phoenix”.
Sheafe incluso contactó al FBI para contar lo que había hecho y dar detalles del crimen. Cuando le preguntaron si se declaraba culpable respondió convencido que sí, y agregó: “Quiero la pena de muerte… me declaro culpable ahora mismo”.
Los detectives también aseguraron que Sheafe tenía una lista con más víctimas potenciales y ya se están comunicando con esas personas para preguntarles si habían notado hechos extraños y para brindarles protección.
Sheafe no solo cometió este asesinato. También es sospechoso de otros delitos cometidos en Arizona. Unos días antes del asesinato, se metió a robar en una casa cerca de la iglesia del Pastor Bill. Un vecino lo vio actuando raro, pero la policía no logró detenerlo en ese momento. Más tarde, se fue a Sedona, donde lo captaron en cámaras tratando de entrar a varias casas. La policía lo encontró, lo persiguió y lo atrapó después de que huyó corriendo por una zona boscosa.
Al momento de su arresto, Sheafe enfrentaba varios cargos: robo, agresión, resistirse al arresto, dañar propiedad, y más. También había huido en un carro robado y causó un choque durante la persecución.
Su papá, Chris Sheafe, habló con los medios y dijo que su hijo llevaba años con problemas de drogas, sobre todo después de un accidente en moto. También confirmó que su hijo estaba obsesionado con el Antiguo Testamento. Contó que hacía tiempo no hablaba con él, pero que cuando por fin lo hizo después del asesinato, su hijo le confesó todo. Le dijo que estaba arrepentido, que no quería ocultar nada y que iba a decirle toda la verdad a la policía.
Sheafe también dijo que “no odiaba a los cristianos”, que había crecido en un hogar cristiano y que había tenido una buena niñez, pero que iba a atacar a esos pastores que estaban “llevando a los cristianos al error”.
Cuando le preguntan si no creía que pudiese estar sufriendo de algún desequilibrio mental, Sheafe se rio y respondió muy tranquilo que “absolutamente no, estoy muy bien de la cabeza, el problema es, que soy el único que está viendo la verdad; más bien son los demás los que han perdido el juicio”.





