El presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, se dirige a la audiencia en su alma mater, la Universidad Externado de Colombia, en Bogotá. (Foto: VOA)

Una de las propuestas que han causado críticas es la reforma de las fuerzas militares, con la desarticulación del Escuadrón Móvil Antidisturbios  (ESMAD).

Bogotá, Colombia. El 7 de agosto comenzará en Colombia el nuevo gobierno encabezado por el presidente electo y líder de la izquierda Gustavo Petro, quien ya tiene lista una serie de propuestas que buscará llevar al Congreso para que sean aprobadas.

Desde sus aspiraciones presidenciales, ha causado revuelo por algunas de ellas que, como las llaman algunos analistas, resultan polémicas.

Aunque, según el profesor y analista político Vicente Torrijos, “el nuevo gobierno tiene un panorama sumamente fácil, pues desde el punto de vista parlamentario, ha logrado una adhesión impresionante…, en el fondo hay tantas expectativas de cambio, sobre todo en sus propios sectores,… que diríamos es allí en donde tal vez encuentre los mayores obstáculos”.

La seguridad

Una de las reformas que han causado críticas es la reforma de las Fuerzas Militares, con la desarticulación del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD). Incluso, el ministro de Defensa designado, Iván Velásquez, aseguró esta semana a medios locales la salida de la Policía Nacional del Ministerio de Defensa.

Según algunos analistas, la propuesta tiene al gobierno electo en el ojo del huracán porque consideran que no es viable desmontar una fuerza militar que por décadas ha sido la mano derecha de centenares de gobiernos.

Para Orlando Carrillo, analista en seguridad, estas modificaciones se podrían generar, siempre y cuando “el conflicto [En Colombia] realmente se logre estabilizar. Hoy tenemos demasiados problemas y esa articulación de comunicaciones, de logística y de ideas podría verse afectada haciendo este nuevo cambio”.

“Aquí lo que se puede hablar es de una transformación de este grupo, generar nuevos lineamientos mucho más contundentes y más cercanos a todo lo que tiene que ver con la defensa de los derechos humanos, y demás situaciones enmarcadas en la normatividad, pero desaparecerlo me parece un gran error”, agrega Carrillo.

Los analistas coinciden en que los grupos antidisturbios siempre han existido a nivel mundial y que son necesarios para salvaguardar la seguridad de un país. Para el profesor, “si el Gobierno Petro desmonta el ESMAD tendrá que fundar uno nuevo”.

“Yo creo que el Gobierno de Petro se estrella con una realidad muy violenta en Colombia, que va a requerir el concurso de las Fuerzas Militares, y por supuesto que esto no será fácil, porque hay algunos sectores de la sociedad, que le están reclamando insistentemente algo así como una especie de cobro de facturas…, pero también es cierto que las fuerzas militares colombianas han hecho un esfuerzo gigantesco en materia pedagógica por los derechos humanos”, afirma Torrijos.

Desde su punto de vista, Petro debe tomar distancias de ambos intereses y lograr un equilibrio para garantizar la seguridad.

Perdón social

Gustavo Petro ha hablado de una propuesta de amnistía que, según escribió en Twitter, “si el país ha vivido décadas de violencia, la única manera de saldar las heridas es a partir de un inmenso perdón global. El perdón social es un proceso histórico que implica justicia reparativa y verdad”.

Para Orlando Carrillo, es un concepto que se discute en las cárceles del país, pero que presuntamente buscaría rebajas en condenas.

“Hay que perdonar, sí efectivamente, es un proceso humano social, pero también hay que trabajar en que efectivamente, detrás de ese perdón, haya un cese definitivo de sus actividades criminales”, asegura.

Para Torrijos, en cualquier tipo de negociación, ya sea de sometimiento a la justicia con la delincuencia organizada “o teniendo en cuenta todo lo que ha sido el delito político, los delitos conexos o, en todo caso, el pretendido derecho a la rebelión, todo esto tiene que enmarcarse de necesariamente en que no haya ni impunidad, por una parte, ni incumplimientos, por otra». Además, dice, Petro no debe verse favorecedor de la delincuencia, “que sería algo profundamente traumático para una sociedad como la colombiana”.

Subsidios y reforma agraria

Para Torrijos, otro de los puntos más polémicos de sus propuestas y que depronto le pueden generar ciertos problemas son los subsidios.

“Hay muchos sectores de la izquierda en Colombia que han soñado con que el país viva subsidiado… Más allá de la pedagogía social, el gobierno Petro tendrá que esforzarse mucho en materia de salud pública y hacer entender que no es de manera automática como se van a resolver todos los problemas, sino que se necesita un sistema gradual y sostenible con aportes confiables por todos los sectores de la sociedad para proveer un servicio de salud que sea equitativo, pero a la vez sostenible”.

Por otra parte, en materia de reforma agraria, se ha planteado la compra de terrenos que no están siendo productivos. Al respecto, Torrijos sostiene que no basta con sembrar la sensación de que los campesinos por fin van a ser dueños de la tierra en Colombia y que el nuevo gobierno en Colombia “tendrá que trabajar para convertir al campo en un verdadero motor de productividad y eso no se soluciona únicamente con la reasignación de tierras por supuesto”.

Otras propuestas

A comienzos de julio, el presidente electo dijo que promoverá una reforma para eliminar la Procuraduría General de la Nación, pero ¿qué tan fácil es lograrlo?

Para Vicente Torrijos, es apenas normal que una Procuraduría -organismo de control disciplinario-, en cualquier sociedad democrática, se encargue de las funciones constitucionales que le corresponde y “acabarla no necesariamente soluciona los problemas porque siempre habrá necesidad de un ministerio público”.

En este sentido, agrega, si lo que se está buscando en el fondo es una reforma constitucional o iniciar una agenda para convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, “eso habría que decirlo con suficiente claridad para que haya unos puntos concretos y entonces la sociedad transite por el sendero, como ha sucedido en Chile por ejemplo”.

El presidente electo también ha manifestado su intención de acelerar la transición energética y limitar nuevas licencias de exploración.

“No habrá fracking en Colombia”, dijo Petro en Twitter, en apoyo a Susana Muhamad, a quien designó ministra de Ambiente.

Está clarísimo que, a largo plazo, los modelos de suficiencia energética no pueden seguir basándose en la exploración del petróleo, pero también es cierto que la economía colombiana se ha fundado desde hace tiempo justamente en los ingresos derivados por los hidrocarburos con lo cual hay que lograr, en todo caso un balance”, dice Torrijos.

Para el analista, la clave de todas las propuestas está en que el próximo presidente de los colombianos logre articular el deseo de los sectores que siempre lo han apoyado, que buscan un cambio, y el sector tradicional que parlamentariamente le han manifestado su apoyo, y así se amortigüen las tendencias de la polarización en el país.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí