
Estados Unidos y México anunciaron el lunes por la noche en comunicados separados un nuevo acuerdo para el saneamiento de las aguas residuales del fronterizo río Tijuana, que concreta lo pactado entre ambos países en julio.
El acuerdo establece un conjunto de acciones técnicas y financieras para limpiar las aguas, con ayuda económica estadounidense, así como una planificación hídrica a largo plazo que permitirá «anticipar el crecimiento urbano y evitar futuras crisis”, indicó el comunicado de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México.
Estados Unidos, por su parte, celebró que por primera vez se tendrá en cuenta “el futuro crecimiento demográfico de Tijuana, un componente clave que faltaba en los acuerdos anteriores”, según la nota de la Agencia de Protección Medioambiental (EPA por sus siglas en inglés).
Además, indicó que México deberá tener listo el plan hídrico en seis meses, así como una presa para recoger sedimentos antes de la temporada de lluvias 2026-2027 y una nueva planta de tratamiento de agua para finales 2028, entre otras obras.
Miles de millones de litros de aguas residuales y químicos tóxicos procedentes de Tijuana han contaminado el océano Pacífico frente al sur de California, según agencias estadounidenses, obligando al cierre de playas y provocando enfermedades a pesar de los esfuerzos y la inversión millonaria realizados durante años para intentar solucionar el problema.
El anuncio sobre el río Tijuana llega cuando sigue el problema del reparto del agua en el rio Bravo, una cuestión cada vez más delicada ante las crecientes sequías. A principios de mes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a amenazar a México con aranceles del 5% si no cumplía con sus obligaciones de envío de agua a Texas contempladas en un tratado de 1944.
Su homóloga mexicana, Claudia Sheinbaum, argumentó que pagarían cuando pudieran hacerlo porque, debido a la sequía, no se podía poner el riesgo el suministro en el país. Pero el pasado viernes, autoridades de ambos países llegaron a un acuerdo y México accedió a entregar 249 millones de metros cúbicos a partir del lunes.
México está obligado por el tratado de 1944 a enviar a Texas 430 millones de metros cúbicos (350.000 acres-pie) de agua por año, o aproximadamente 2.150 millones de metros cúbicos (1,75 millones de acres-pie) en cinco años, por el este de la frontera común (el río Bravo). Estados Unidos, a cambio, le da a México aún más agua de otras fuentes ubicadas más al oeste (las cuencas del río Colorado y del río Tijuana).





